Capitulo 11

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-No te puedes enamorar de mí, Perrie le susurré evitándole la mirada

-¿Por qué?- Me interrumpió- ¿Por el maldito trato de hace 2 años?, yo en verdad no puedo evitarlo más- Dijo en el mismo tono bajito, ella se había acercado hasta estar a solo unos centímetros y sus manos reposaban en mis mejillas, estábamos tan cerca que sentía su respiración- No me niegues que estás enamorada de mí, o en verdad me voy a morir- Yo me perdí en sus labios rosados y carnosos, estábamos tan cerca que era lo único que veía, y casi al segundo la besé, dejándome llevar por el momento, por su sensación tan cercana y su sabor.

Cuando se separó articuló una sonrisa

-Que desafortunada soy al enamorarme de una mujer como tú- Le susurré cerca de sus labios y ella inmediatamente sonrió de nuevo

-Por fin lo admites- Dijo separándose de mí y entrado a su auto, yo me recosté a la ventanilla esperando que encendiera- Ya lo sabía- Bromeó la chica de los ojos azules

-¿Cómo puedes ser tan romántica y al minuto tan cretina?- Pregunté con una sonrisa

Ella rió, besó mi mejilla y me separé del auto para que pudiera irse. Decidí no caminar a la tienda, las calles estaban muy solas así que volví a dentro, Jed seguía durmiendo.

Me senté en el sofá del frente y solté un gran suspiro, todas las declaraciones de los últimos minutos me habían dejado nerviosa, el expresar algo que para ambas en algún momento fue un tabú y ahora nos habíamos dejado llevar por las emociones, también me preguntaba cómo sería nuestra relación de ahora en adelante, no creo que sigamos igual, aunque posiblemente ambas éramos inconscientes del amor, pero ahora conocíamos los pensamientos de la otra y las incomodidades no faltarían.

Me pasé casi toda la noche pensando y recapitulando todo mí día. Jed, dormía con tranquilidad y lo envidiaba, hubiese querido que el sueño también hubiera llegado a mí tan rápido. Consideré la idea de llamar a Leigh, pero me arrepentí al ver la hora, seguramente estaría durmiendo.

-Llevas ahí mucho rato, que dormilón que eres- Le dije con gracia a Jed

Forcé mis ojos a cerrarse y maldije que mañana tuviera que trabajar, poco a poco me iba durmiendo y por fortuna así fue.

-Hey, levántate- Me decía una voz ronca moviendo mi cuerpo con suavidad, abrí mis ojos con lentitud y me asusté al ver a Jed, pero me calmé al recordar que se había quedado a dormir la noche anterior- Lo siento, pero en verdad no quiero que llegues tarde al trabajo- Me susurró sonriente- Me tomé el atrevimiento de hacerte desayuno

Me levanté y froté mis ojos, miré el reloj y solo había dormido unas 4 horas, dormir tan poco debería ser delito

–Muchas gracias enserio por dejarme quedar y disculpa por no dar lucha contra el sueño- Me levanté y tomé un vaso de agua

-De nada, solo trata de descansar más ¿Está bien?- Le dije con amabilidad- Me iré a duchar-Anuncié, el asintió y se sentó a revisar su celular

Yo me di una ducha rápida y me cambié, Jed ya no estaba pero había dejado una nota

"Lo siento por no despedirme, voy tarde al trabajo, espero y te guste el desayuno, nos vemos. Pd: Disculpa de nuevo por quedarme a dormir en tu casa, espero y se repita"

Yo me reí y me senté a comer el emparedado que él me había hecho, también había preparado un jugo de naranja, todo estaba muy rico. Aproveché y revisé mis mensajes, había uno de Mark que me invitaba a almorzar, yo le respondí que pasara por mí al trabajo entre las 11:30 y las 12:00, también había uno de Perrie, tomé aire antes de leerlo.

Amantes en práctica, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora