Capitulo 16

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Me desperté y me estiré un poco, buscaba con mi mano a la mujer que había dormido conmigo pero no estaba, le tocaba turno hoy. Froté mis ojos y me levanté como siempre buscando mis pantuflas. Me bañé y cambié, me di cuenta de que aún seguían las pequeñas bolsas en mi cartera, olvidé dárselas, suspiré pesadamente y me tiré nuevamente en la cama. Saqué las cadenas y jugaba con ellas, Taz entró a mi cuarto y rogaba porque lo montara en la cama, le sonreí y lo puse a mi lado

-¿No te parecen lindas Taz?- Pregunté sin quitarles la vista- Una es mía y otra es de mami- Dije sonriente. Me sentía ansiosa de ver la reacción de Perrie.

Me puse algo casual y me fui al hospital. Estaba todo despejado, lo cual era extraño, busque en todas partes y lo único que me pareció aún más extraño es que hubiera una mini ¿Fiesta? en la cafetería

-¿Qué celebramos?- Le pregunté a una chica que estaba de espaldas, primera vez que la veía

-El traslado de Perrie Edwards- Respondió sin verme mientras tomaba su jugo

¡¿Qué carajo?!

Buscaba con la mirada a la rubia pero no lo veía, a Leigh no le tocaba turno

¿A qué se debía esto?

Salí y llamé a la morena

-¿Por qué hay fiesta en la cafetería?- Pregunté a quemarropa

-Es la despedida de Perrie. No pude ir, dile por favor que espero que le vaya bien en Argentina

Yo colgué para luego quedar paralizada en una silla de la recepción, tomé aire y caminé a toda prisa hacia la oficina de Perrie.

Cuando iba a entrar una chica iba saliendo, su perfume me golpeó en mis fosas nasales causando que estornudara, de lo poco que pude verla, caminaba con coquetería luciendo un vestido no tan corto pero que definía su figura, alta y cabello castaño

¿Qué estaba pasando acá?

Toqué la puerta y la abrí de una vez

-Camila, por favor no insistas- Me dijo en medio de una sonrisa, se volteó y me miró con seriedad

-¿Camila?- Pregunté disimulando mi cólera, ella iba a hablar pero le interrumpí- Si hubiera sabido que la fiesta era en honor a ti, tal vez traería un pastel que diga: "Feliz viaje Perrie"

La sentía maldecirse por dentro, la tensión se sentía en el lugar y yo estaba herida, no solo por la coquetería de la chica que hace un momento estaba a solas con ella, sino también por el hecho de que no me haya comentado acerca de un supuesto traslado

-Yo te lo iba a decir- Dijo acercándose a mí, yo me alejé

-¿Cuándo? ¿Cuándo Camila te diera permiso? ¿O cuando estuvieras en un aeropuerto para ir a despedirte?

-Camila no es nada mío...

-¡¿A mí que me importa si es algo tuyo o no?!- Le interrumpí exaltada, respiraba con dificultad pero trataba de mantener la calma, la miraba en silencio y ella sin palabras hacía lo mismo- Que tengas un buen viaje, Perrie- Me despedí, pero me tomó por el brazo evitando mi torpe huida- ¿Cuándo te lo dijeron?- Murmuré en un hilo de voz dándole la espalda

-Hace 3 días- Respondió en la misma voz baja

Yo quería llorar y quería salir del consultorio, tirarme a mi cama y desahogarme

-Todos lo sabían excepto yo...- Susurré -Claro, todo fue sencillo- Continué aclarando mi garganta- Llegas, me sonríes, hacemos el amor y al día siguiente te vas, supongo que no hay nada fuera de lo común- Reía irónicamente

Amantes en práctica, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora