Capitulo 3

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-¿Qué haces aquí?- Pregunté confundida

-Una cita precipitada, tal vez- Danielle se sentó a mi lado y me ofreció un pañuelo- Es broma, vivo allí- Señaló un edificio que no alcancé a distinguir- Te llevaré a casa- Me animó

No pude negarme, desafortunadamente no me di cuenta de que había caminado en sentido contrario y ya me encontraba muy lejos de mi casa; solo asentí y me llevo a su auto, se veía mucho más joven sin su uniforme y sus gafas

-¿Noche difícil?- Preguntó rompiendo el silencio

Asentí y sentía su mirada puesta en mí, quería que hablara pero tantas lágrimas me habían cortado la voz, soltó una risita irónica- ¿Dónde vives?

Le di mi dirección y ella tomó camino al instante, el sueño llego a los minutos de estar en su auto, no me podía dormir, cuando sentía que caía llegamos a mi casa.

Aclaré mi garganta y le dije en voz bajita- Gracias, me has salvado la vida- Me dio una sonrisa y asintió amablemente.

Entré a mi casa y me di una ducha caliente, revisé mi teléfono y habían 3 llamadas perdidas de Mark y 6 de Perrie, suspiré y me tiré en la cama aún en toalla, me lancé sabanas arriba y me dormí. La mañana siguiente no sentía cansancio afortunadamente, me hice un café y revisé mi agenda: Tenía la cita con la psicóloga a las 3 y eran las 9, tiempo suficiente para dibujar un rato. Cuando me iba a desayunar tocaron mi puerta, mi estómago maldijo por unos segundos la interrupción, era Perrie

Al instante me besó y yo me separé casi de inmediato, sé que ella no tenía la culpa pero en verdad no estaba de ánimos

-¿Te pasó algo en el camino? Me la pase buscándote sin encontrarte

- No me ibas a encontrar me equivoqué de camino- pensé-

- Se supone que estarías en turno a esta hora- Comenté dejándola pasar

-Pedí permiso, no me contestabas el maldito teléfono- Pareció tirar la puerta pero ignoré el hecho- Mark también te ha estado buscando pero le pedí que me dejara hablarte a mí primero. No puedes seguir así Jadey- Susurró tomándome las manos

-Lo sé, no te preocupes iré a trabajar hoy

-¡Lo que menos me importa es que trabajes, me importas tú, maldita sea!

Mire un momento esos ojos azules que en parte lucían entristecidos, me acerqué y acaricie sus mejillas haciéndola relajarse un poco, notablemente sus hombros se fueron bajando y cediendo a mi tacto, yo le sonreí- Hagamos como si nada de lo de ayer hubiera pasado ¿Esta bien?- Le susurré suavecito en su oído-Mejor dime...- Me separé y le tomé las manos- ¿Ya desayunaste?- Negó con la cabeza y la obligué a sentarse

-Si fueras mi esposa créeme que te cocinaría todos los días- Dijo alto en la sala

-¡No comiences!- Grité en medio de risas

Le hice rápidamente el desayuno y esta comió tranquila y feliz, me parecía siempre divertido verla comer, parecía una niña pequeña cuando va a su restaurante preferido, me reí y ella me miró confundida pero también rió. Nos quedamos hasta el mediodía juntas ya que a ella le tocaba volver a trabajar y a mí me correspondía ir a la cita

-Te veo en el trabajo- Susurró antes de besar mis mejillas

Llegué temprano al consultorio y aproveché para leer unas cuantas revistas que estaban apiladas en un rincón, no decían nada fuera de lo normal pero me entretenían por un rato

-Jade Thirlwall- Alcé la vista hacia la simpática secretaria- Ya es tu turno, querida

Obedecí y le di las gracias por llamarme, pasé y me senté en el sillón, al parecer la doctora estaba en el baño, no había nadie dentro

-Buenas buenas, mi querida paciente- Saludó alegremente

-Buenas- Me levanté y le ofrecí mi mano, ella me correspondió

-¿Qué tal tu noche?- Preguntó

-Bien, gracias por el aventón de ayer

-No hay de que- Nos quedamos un momento en silencio mientras que ella agrupaba algunos papeles, supuse que debía contarle lo que pasó ayer, respiré hondo y al ver mi expresión esta alzó la ceja dedicándome toda su atención

-Estudié medicina, sí, soy doctora. Trabajo en un hospital para niños necesitados, no recuerdo si te lo comenté antes, pero bueno-Suspiré- No ejerzo como doctora hace ya un año.

Se levantó y sacó nuevamente el vodka, cuando se sentó sirvió de nuevo los vasos como la cita pasada y me indicó que siguiera, yo asentí

-El hospital lo fundó mi tío, no creas que por eso me dejo más fácil el ingreso, le pedí que me dejara hacer una inscripción como cualquier otro, así fue y pasé, no fue nada fácil. Trabajé allí cerca de 3 meses tranquilamente, luego mi abuela se enfermó- El nudo en mi garganta se iba agravando poco a poco y el vodka no colaboraba en mayor parte- La llevaron al hospital de niños, no había problema alguno, los equipamientos estaban ahí y se podía atenderla, lo que se veía normal no lo era, sufría de cáncer de pulmón- Mi última frase mi voz soltó un chillido y las lágrimas salieron con rapidez- Yo estaba en el momento de la operación, pero todo se descontroló y murió.- Mi voz era un susurro dolido, la doctora lo había notado pero no se movía- ¡Se murió frente a mí, maldita sea! ¡Los malditos estudios no me sirvieron para nada!- Limpié mis lágrimas y traté de calmarme un poco

-Mi tío me pidió que me tomara un tiempo para poder superar, pero en realidad nunca lo superaría, siempre tendría ese trauma en mi mente, pero para mí la mejor forma de superarlo es volviendo a ejercer y poder darle la cara a mi miedo- Miré a Danielle y me miró sonriente, de acuerdo conmigo

Hablamos un buen rato, le comenté de las buenas experiencias de mi trabajo y muchas más cosas de Karl, mi adolescencia y mi colegio, eran detalles pequeños y casi insignificantes

-Entonces nos veremos en una semana- Se levantó y me ofreció su mano

Yo asentí y salí del consultorio. Caminé hasta el hospital afortunadamente se veía vacío por afuera, no habían tantas preocupaciones, entré y me ubiqué en mi oficina, suspiré cuando vi que Mark venía hacia mi

-Te debo una disculpa- Comentó como entrada- Sé que debí creer en ti ayer, pero entiende lo difícil que es hacerte volver a aquel día

Me levanté y le abracé- Se cuánto te preocupas por mí- Le susurré con dulzura- Sé que todo lo que hiciste fue con buenas intenciones, no me haces volver a aquel día, yo quiero superarlo y para eso debo enfrentarlo- Me separé y analicé su mirada- Por eso creo que debo renunciar.

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Amantes en práctica, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora