El camino del verdadero amor (primeras citas)

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Autor: Hinkeeverlack

Traductor: MagnusLadyAlways

N/A: Esta historia está disponible en Las Crónicas de Bane desde el Punto de Vista de Magnus

Alece

—"Alec, ¡vamos! -gritó Jace. ¡Concéntrate, caray!

Alec blandió la espada serafín y está golpeó fuerte contra la de Jace. Tan fuerte que se le soltó de su mano y cruzó girando por el aire, a través del cuarto de entrenamiento.

Max, estaba sentado en una de las bancas instaladas a los lados del cuarto, y comenzó a aplaudir. -¡Eso estuvo fantástico Alec! – dijo para felicitarlo.

Alec le brindó una de sus mejores sonrisas. Aun así, no podía quitarse esa inquietud que lo desconcentraba. Checó el reloj otra vez y se dio cuenta que si no salía de ahí en ese momento, se le iba a ser tarde. Tarde para su primera cita. Por supuesto nadie sabía que él tenía una cita. De otro modo, lo habrían dejado ir desde cuándo. Pero no podía decirles, y no se le ocurría ninguna excusa.

-Ok, ¿acabamos? -preguntó. Jace atravesó el cuarto hacía su espada y la levantó.

-No. -dijo Jace. -Acabamos de empezar.

-Yo quiero tratar. -dijo Max.

Alec miró a su hermano y se maldijo en silencio. Max prefería pelear con Jace en vez de con él y lo odiaba, pero al mismo tiempo, le había acabado de dar una salida.

-Sí, buena idea. -dijo- ustedes practiquen. Yo estoy fuera.

Antes de que Jace pudiera preguntarle nada acerca de a dónde iba, salió del cuarto de entrenamiento y se apresuró a su cuarto. Se dio un baño rápido y se puso una camisa nueva que compró para su primera cita con Magnus. Se apresuró lo más que pudo, desde su cuarto al elevador, y de allí para fuera del Instituto.

Una vez en el exterior, checó el reloj nuevamente. Se suponía que tenía que estar en la casa de Magnus en un minuto, pero le iba a tomar 30 minutos por lo menos llegar hasta ahí. No había manera, iba a llegar tarde, realmente tarde.

Isabelle diría que eso no importa. Diría que llegar tarde se compensa con entusiasmo. Que él se hacía el difícil. Pero ese no es su estilo y odiaba llegar tarde. Así que todo lo que podía hacer era correr y correr para minimizar el daño.

Abordó la línea F del tren y una vez en Brooklyn, corrió otra vez tan rápido como pudo. Por supuesto, llegó a la casa de Magnus sin aire. Timbró y checó el reloj otra vez. Más de treinta minutos tarde.

Se abrió la puerta y Alec corrió escaleras arriba al segundo piso. La puerta estaba abierta y Magnus se encontraba parado en ella sosteniendo a su gato. Vestía pantalones de piel y zapatos en rojo con un chaleco de seda negra. Lucia increíblemente glamuroso. Glamuroso y demasiado fuera de su alcance.

Alec sintió los nervios aflorando en su estómago y por millonésima vez volvió a dudar, estaría cometiendo un error al aceptar esta cita. ¿Estaba está encaminada al fracaso? ¿Cómo alguien tan bello y experimentado como Magnus podría fijarse en él? Un sencillo chico de diecisiete sin sentido de la moda.

Magnus levantó un poco las cejas y se dio la vuelta al interior del departamento. Alec lo siguió un poco reacio.

-Bueno, esto es realmente inesperado. -dijo Magnus sentándose en el sofá. Se mostraba desinteresado y despreocupado. Exactamente lo opuesto a lo que él estaba viviendo. Su mente estaba haciéndose pedazos, torturándose por no saber ¿Qué decir?, ¿Es que acaso Magnus no lo esperaba? ¿Habría olvidado su cita?

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