Café robado

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Autor : Hinkeeverlack

Traductor: MagnusLadyAlways

Nota del traductor: Cuando empecé a leer esta historia, lo que más me enganchó fue el título del primer capítulo. El primer encuentro entre Magnus y Alec narrado desde el punto de vista de Alec y después el de Magnus. Creí que era muy buena, pero es impresionante. De lo mejor que he leído y es por eso que decidí contactar a la escritora y pedir permiso de traducirla. Voy lenta pero te va a encantar. Ten alguito de paciencia. La tarea es faraónica. 120 capítulos. Por el Ángel! pero lo vamos a lograr.

Alec

Alec presionó el intercomunicador del departamento de Magnus. Le había mandado un mensaje cuando abordó el tren para avisarle que iba ya en camino. Se escuchó el cerrojo de la puerta al abrirse y Alec apresuró el paso al subir las escaleras. Magnus se encontraba parado en el marco de la puerta superior, sonriendo para él. No dejaba de pensar en lo bello que era el brujo. Un poco más alto que él mismo, lo cual, casi nunca sucedía. Pómulos pronunciados y de facciones fuertes. Sus pupilas en forma de gato y poco rasgadas, herencia de su descendencia asiática. Lucía como de diecinueve, aunque Alec sabía bien, debía tener al menos trescientos años. Hablando de diferencia de edades, aun así, él seguía encantado con su belleza.

Le devolvió la mejor de sus sonrisas y la sonrisa de Magnus se magnificó en su rostro. Recordó el día que Magnus estuvo en el Instituto para curarlo del ataque del demonio. Recordaba un poco de esa noche, pero algo que no olvidaba, era a Magnus sosteniendo su mano y que lo hubiese llamado hermoso. Que alguien le dijera eso a él era realmente insólito y lo estaba disfrutando sobremanera.

—Tengo café. -anunció Magnus, mientras giraba hacia el interior de la casa.

—Café robado, supongo -declaró Alec.

Magnus sonrió nuevamente mientras cerraba la puerta. —Puedo darme cuenta que eso te molesta. -dijo en tono burlón, estirando su mano en dirección a Alec. Él lo miró sin entender del todo lo que estaba pasando.

—Mi playera, -Magnus pidió. —Dijiste que la traerías de vuelta.

"Por el Ángel", -pensó Alec, se le había olvidado la bendita playera. Esa era la razón oficial por la que había ido a ver a Magnus y la había olvidado del todo. Magnus pudo ver la expresión de su cara y volvió a reír. Seguramente había amanecido alegre esta mañana.

— ¡La has olvidado! No te preocupes. No necesitas ningún falso pretexto para venir aquí. Si lo que quieres es verme, esa es una razón más que suficiente para que lo hagas.

—Yo no, -Alec titubeó, —quiero decir, de verdad me alegra verte, pero no fue mi intención olvidar tu playera.

— ¿Dónde está? -preguntó Magnus.

—Está en mi cuarto, en el Instituto. -respondió Alec.

Los ojos de Magnus se achicaron un poco, — ¿Está en tu cama?, ¿dormiste con ella? -le preguntó, bromeando un poco.

Los ojos de Alec se agrandaron con pánico. — ¡No! -dijo indignado. -"Uhm"... -sintió el hervor del rubor en las mejillas, al darse cuenta que efectivamente, la playera estaba en su cama. —Sí, está en mi cama. -tuvo que admitir.

Los ojos de Magnus se suavizaron y lo alcanzó a tomar del brazo con la mano que ya tenía extendida para él. —No te preocupes, ya la regresaras y además estará impregnada de tu aroma. Olor de Aleccy. Eso me encanta.

— ¿Aleccy? -preguntó Alec, pero ya con una gran sonrisa burlona en su rostro. —Pero de verdad, debería regresarme por ella.

—Por supuesto que no. Ya estás aquí. No voy a dejar que te vayas. Toma, sostén esto. Magnus le dejo las dos tazas de café en las manos, mismas que no estaban ahí unos segundos antes. —Sabes que he estado en tu habitación antes. Yo la puedo traer, así, -aseguró él, tronando los dedos frente a él y sosteniendo una playera gris en su mano al siguiente instante. Era de Alec. Había dormido con ella esa noche y la había dejado bajo su almohada.

Malec Una Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora