Has sido besado

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Kissed - Para referencia acerca del punto de vista de Alec visita la historia de Cassandra Clare

http://cassandraclare.com/excerpts-extras/kissed/

Magnus

Magnus estaba aburrido. Las noticias de que Valentine tenía dos hijos que estaban viviendo en Nueva York llevaba ya unos días. Nada interesante había sucedido desde entonces. Esa mañana recibió una llamada de Catarina. Ella pasaría más tarde para comer juntos. Se estaba poniendo unos jeans de cintura baja y una playera que tenía las letras BLINK IF YOU WANT ME (parpadea si me deseas) bordado en lentejuelas cuando zumbó el identificador.

Irritado camino hacía el botón y gritó - ¿Quién solicita al Gran Brujo?

-¡Mmm! -se escuchó la voz de un chico. -Soy yo. Quiero decir, Alec. Alec Lightwood.

Al principio Magnus creyó que había escuchado mal, pero el chico había dicho su nombre dos veces, no podía haber error. Frente a su puerta, en este preciso momento, se encontraba el maravilloso cazador de sombras de ojos azules. Esto si no se lo esperaba. Estaba conmocionado, casi se le olvida abrirle la puerta.

Corrió a checarse al espejo que colgaba a un lado de la puerta y la abrió, se acomodó en el umbral recargándose sobre el porte del marco de la puerta. Adoptó una actitud de desinterés, que definitivamente no sentía y se preparó para el encuentro. Las personas de pelo negro y ojos azules siempre han sido su talón de Aquiles y éste, no era la excepción.

Se recordó de la noche que pasó en el cuarto de Alec y la ansiedad que le invadió al sentir que quizás era sólo un poco demasiado tarde para salvarlo de las heridas causadas por el demonio mayor. También recordó el gran alivio al ver a Alec abrir sus ojos y estar entonces seguro que él iba a sobrevivir.

Y ahora se presentaba en su puerta, cojeando un poco, pero aun así, tan bello como Magnus podía recordarlo. Alec busco sus ojos y enseguida bajó la vista hasta sus zapatos. -"Tan tímido y tan guapo" -pensó Magnus. ¿Pero qué demonios estaba él haciendo aquí?

-"Alexander Lightwood" -dijo disfrutando el sonido en sus labios. -¿A qué debo el placer de tu visita?

Alec enfocó su mirada tratando de ver hacía el interior de la casa. -¿Tienes... compañía?

Magnus cruzó los brazos, lo miró fijamente y levantó una ceja. -¿Por qué quieres saber?

-Esperaba poder pasar y hablar contigo.

-Hmmmm. -Magnus dijo, examinando de arriba abajo al muchacho. ¡Por favor! Usaba unas ropas horribles. El sweater de un negro gastado con varios agujeros y las costuras bastante deterioradas. Los jeans estaban muuuy fuera de temporada. Se preguntó ¿cómo es que alguien escoge eso para vestirse? Pero también, en la fiesta de la otra noche, no había lucido nada diferente. Lo mataba la curiosidad. Quería averiguar lo que había traído a Alec hasta su puerta. -Bueno, está bien. ¡Pasa! -dijo finalmente dándose la vuelta para que él lo siguiera.

Hizo un ademán indicándole el otomán para que se sentara. -¿Te gustaría una taza de té? -preguntó.

Alec asintió. -Seguro.- y Magnus conjuró dos tazas de Chai de Joe, de El Arte del Café, una en su propia mano y una más en la de Alec. Pero Alec, no esperaba que de pronto le apareciera una taza de té caliente, directamente de la nada, y se la dejaran caer en la mano, por lo que al sentirla; tuvo un pequeño sobresalto y derramó un poco del líquido.

-¡Por el Ángel!

-Amo esa expresión. -dijo Magnus- es tan pintoresca.

-Alec le miró directo a los ojos. -¿Acabas de robar este té?

Malec Una Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora