Toma mi energía

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Doceavo Encuentro

Magnus

Mantener el barco con las protecciones abajo, había requerido de una inmensa cantidad de energía y poder. Valentine lo tenía muy bien protegido. Luke, Clary y Jace, habían dejado la camioneta desde hacía mucho tiempo y en el inter, habían llegado muchos botes llenos de cazadores de sombras. Habían abordado el barco y en estos momentos la batalla continuaba. Podía ver un enjambre de figuras, demonios y cazadores de sombras peleando. Cuchillos serafines blandiendo en el aire. No sabía quién iba ganando, pero sabía que los cazadores debían apurarse. Sentía que en unas horas, quizás menos, su energía se agotaría por completo.

Observaba el barco cuando reconoció a una chica con largo cabello negro que descendía por una escalera de uno de los lados del barco. Era Isabelle. Está escaló hacia abajo del barco y dentro de uno de los botes en los que habían llegado los cazadores de sombras, la vio ladear la cabeza y la siguió con la mirada. Su respiración se detuvo.

El delgado guerrero de pelo negro caía volando por el aire, hundiéndose rápidamente tan pronto tocó el agua, con tal impacto que Magnus pudo escucharlo desde donde se hallaba sentado. No perdió ni un segundo, con gran agilidad, puso un hechizo a la camioneta que ya flotaba en el río y se sumergió en el agua. Con lo que pensó, era su último resto de energía mágica, tiro del cuerpo de Alec a través del agua. Tan pronto como lo tuvo a su alcance, tomó el cuerpo del cazador y lo subió a la parte trasera de la camioneta. Con el rabillo del ojo vio que Isabelle había alcanzado uno de los botes de los cazadores y estaba observándolos ansiosamente en la distancia. Magnus subió a la troca después de asegurar a Alec. Se cernía lleno de angustia sobre él. Lo tenía tendido en el piso, su rostro blanco como el papel y no respiraba. -"Vamos", -le dijo golpeando ligeramente su mejilla. -Vamos Alexander. Respira.

Rodó hacia el otro lado para palmear su espalda con la mano plana. -No te atrevas a morir, -gritaba.

Por un agonizante minuto pensó que era demasiado tarde, pero entonces, el cuerpo de Alec dio un espasmo. Tosió fuertemente y se sentó de golpe. Tosiendo y atragantándose con la inmunda agua del río.

Magnus se recargó en uno de los lados de la camioneta, sintiéndose tremendamente aliviado. Alec estaba a salvo. Magnus estaba casi convulsionando debido al esfuerzo físico, mirando a Alec y como este, trataba de recobrar el aliento. Estaba jadeando, su rostro aún estaba demasiado pálido y sus dientes castañeaban.

-¿Qué sucedió? -preguntó Alec.

-Trataste de beberte el Río Este. Yo te saqué.

Alec se veía desconcertado, palpó su cinturón, y giró la cabeza buscando, tan pronto como recobro la memoria de lo que había pasado.

-Isabelle, ella estaba escalando cuando yo caía.

-Ella está bien. Alcanzó uno de los botes. Yo la vi. -Magnus se acercó a Alec, estaba preocupado por el estado frenético en el que se encontraba. Había golpeado tan fuerte contra el agua al caer. -Tú por otro lado, puede que hayas tenido una contusión.

-Necesito regresar a la batalla. -dijo Alec alejando la mano de Magnus cuando este trataba de tocarlo. -Tú eres un brujo, ¿Puedes, no sé, devolverme volando al barco y sanar mi contusión mientras estás en eso?

Magnus se dejó caer contra la camioneta. Estaba teniendo dificultad para mantener los ojos abiertos.

Llevarme de regreso al bote y arreglar mi contusión.

Sintió que se estaba convirtiendo rápidamente en el pequeño esclavo de Alec.

Aparentemente, él lo notó también. -Lo lamento. Yo sé que no tienes que ayudarnos, pero ¿me harías el favor?

Malec Una Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora