Capítulo Ocho - Se acabó la fiesta (✔)

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Empecé a sudar de los nervios y tan pronto miré que comentó, le respondí con "Oh, gracias linda, es tan gratificador que me felicites con esa energía de siempre. Te amo." Literalmente a los segundos me llegó otra notificación de ella "Ya sabes, yo siempre con mi buena energía." Definitivamente las había cagado, cometí una estupidez por culpa de la rabia del momento y ahora me encontraba en problemas.

Vacilé unos segundos y miré que John se acercó a mí con un gesto de preocupación.

—Oye viejo, ¿Que sucedió? Miré la foto. —Dijo mientras me mostraba su celular.

— ¿Qué? ¡Ya todos la miraron! ¡Demonios!

Se sentó en una silla a mi lado y me miró mientras me quitaba el celular de las manos. Se puso a leer los comentarios hasta llegar a los últimos.

— ¡Pero qué idiota eres! —Exclamó levantando sus cejas. — ¿No te das cuenta en lo que te has metido? —Advirtió.

Asentí con la cabeza y coloqué mis codos en las piernas mientras con mis manos movía mi cabello hacia atrás. Me sentía resignado.

—Oye, es mejor que hagas algo, pero que sea ya mismo. —Dijo John con un gesto de preocupación.

—Tienes razón. —Tenía que arreglar la cagada que cometí, o por lo menos intentar. —Iré con ella. —Sabía que Deb estaría como una furia y no me escucharía, pero necesitaba hacer algo, necesitaba que por lo menos me escuchara.

Me puse de pie y caminé hacia el centro de la casa en busca del micrófono del karaoke. Lo tomé entre las manos y grité — ¡Desalojen el área ya! ¡Se acabó la fiesta! Quiero a todos fuera de mi casa. —Necesitaba que todos se fueran lo más pronto posible.

Todos se quedaron extremadamente serios y a lo lejos escuché como pararon la música. Empezaron a caminar por toda la casa directo a la salida y me di cuenta que el único que quedó dentro, era John. Él se podía quedar las veces que quisiera, de hecho, ya tenía su propia habitación en la casa.

Se fue directo a la cocina y escuché abrir el refrigerador y al regresar a la sala conmigo pude ver que tenía una cerveza y la mitad de un Subway. Me miró con la boca llena de comida y dijo —Adelante, no sé qué rayos estás esperando para ir por tu chica, ¿Necesitas algún permiso o qué? —Preguntó confundido

Lo miré con una sonrisa en la cara y tropezándome con el desastre que había en la casa, corrí hacia la habitación que compartía con mi amada Deb.

—Cariño... —Dije en busca de su dulce rostro.

Sus ojos color miel estaban cerrados y bajo de ellos se encontraba una ligera sombra oscura de una ojera que se asomaba en su hermoso rostro, opacando su belleza, sonreí al verla plácidamente sabía que estaba con una Diosa y sin importar cualquier minúsculo detalle que intentara opacar su belleza natural. Tomé una ducha y me puse un bóxer, luego salí a la sala para tratar de limpiar un poco del desastre que los 'Invitados' habían dejado.

Y ahí estaba John sentado en uno de los sillones. Solo me miraba riéndose de mí porque tropezaba con toda la basura que había en el suelo. La casa estaba hecha un desastre, pero la sala, era de lo peor; sinceramente no me quería ni imaginar como estaría la piscina.

— ¿Por qué no me ayudas? Solo te estás riendo y créeme que estoy cansado. —Reclamé.

— ¡Uy!, acuérdate que soy visita aquí. —Bromeó.

Tomé un cojín del sillón y le lancé con todas mis fuerzas en la cara.

— ¡Ey! ¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Te ayudo! —Se quejó.

Por último, dejamos la piscina, como temía... era un desastre. La fiesta no había durado mucho pero aun así hicieron un desastre, había botellas y latas de cerveza esparcidas por cada rincón, y lo peor... condones usados. De

Definitivamente mañana tendría que limpiar la piscina, no me quería imaginar cuantos espermatozoides muertos habían quedado en el agua.

—Oye John, ¿Piedra, papel o tijera? —Señale los condones en la piscina. —El que pierda los saca. —Bromeé.

—¡Que gente tan asquerosa! Pero entro. —Respondió motivado.

—¡Uno, dos, tres! —Gritamos al tiempo. —¡Piedra, papel o tijera! —John hizo piedra y yo hice papel. Había ganado.

—¡NOOO! —Gritó. —¡Que asco! —John entró a la piscina y se comenzó a sacar los condones usados.

Terminamos más rápido de lo que llegué a imaginar, y cuando menos pensé ya eran las tres de la madrugada. Me metía mi habitación y me acosté al lado de mi hermosa.

Tome un poco de cobija y me tape. A la mitad de la noche, sentí su cabeza en mi pecho y su brazo rodear mi cintura. Daría lo que fuera por estar siempre así, a su lado.

—Te amo. —Susurré en busca de sus labios.

Ella abrió los ojos y me miró enojada. Se separó de mí y una lágrima rodó por su mejilla.

Me dio la espalda y escuché sus sollozos en silencio.

—Cariño. —Rogué.

—No me digas cariño y aléjate. —Seguía furiosa.

— ¿Estás echándome? —Pregunté arqueando una ceja.

—Sí, te puedes ir ahora mismo.

Se puso de pie y caminó hacia el closet, empezó a sacar todas mis cosas y las lanzó por la ventana. Yo reí ante su acción. Es decir, eran las cinco de la mañana y ella aún seguía histérica. No había sido tan malo lo que había hecho. Está bien, de acuerdo. Si era muy malo, pero ya pasó ¿No?

— ¡Cariño, cariño!

—Tú y yo ya no somos más que solo dos desconocidos. —Dijo con una furia extrema.

La mire con los ojos empañados en lágrimas y solo me acerque a ella para abrazarla. Su piel era suave, aterciopelada con un aroma delicioso. Sus lágrimas mojaban mi pecho y sentía que corrían a través de él.

Besé su frente y la tomé de los muslos para cargarla y besar sus labios. Ella entrelazo sus brazos en mi cuello y siguió mi beso. Lentamente la dejé caer en la cama y continué besándola.

Sabía que no podía seguir haciéndole daño por cosas tan absurdas. Pero siempre era lo mismo, me dejaba llevar por mis sentimientos impulsivos y terminaba haciendo estupideces. Deb siempre terminaba llorando y yo rogándole que me perdone... y después lo hacía, volviendo todo a la normalidad.

Luego desperté...

Fantasma De Amor© (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora