Capítulo Treinta y cinco - El fin. (✔)

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En ese entonces, ya ninguno de los dos supo del otro, solo eran lágrimas en nuestro corazón. Al día siguiente, al amanecer, ya tenía listas mis maletas, ya estaba preparada mentalmente para olvidar mi horrible pasado en esta ciudad.

Me senté en la sala de espera del aeropuerto y tomé una revista que estaba por ahí. La revista era del año 2000 pero aun así quería distraer mi mente en algo, la revisé hoja por hoja sin prestarle atención alguna, solo pensaba en Axel. En nuestra primera vez; lo mucho que me amó durante nuestra relación de dos años y más. Él de veintiuno y yo de veinte, mi mente estaba ocupada en tantos recuerdos, que los nervios ya los sentía la piel de gallina.

Sus ojos se vinieron a mis recuerdos, esa forma de mirarme, intensa y tierna a la vez, se le hicieron coro sus labios y su cuerpo. Necesitaba de él y en eso estaba más que de acuerdo. No sabía absolutamente nada de lo que iba a hacer sin él a mi lado, ya era muy torpe como para vivir sin su presencia.

Él era como mi sombra de día y noche.

No éramos la pareja más perfecta, pero teníamos un amor tan grande el uno por el otro, que hacía vencer males sin la necesidad de enfrentarlos. La voz de una mujer, me hizo salir de mis pensamientos, estaba anunciando que mi vuelo ya estaba por despegar. Caminé hacia el avión y entonces escuche su voz a lo lejos. No estaba segura de sí era una tonta alucinación o si en realidad él estaba llamándome. Me preocupe por voltear mi cabeza hacia atrás, pero lo hice con lentitud para no parecer una tonta, y entonces descubrí lo que creía casi imposible.

Era él.

Parecía haber estado corriendo para llegar a tiempo y sí que lo había logrado. Suspiré y entrecerré mis ojos al frotarlos para convencerme de que estaba en lo correcto. Corrí hasta sus brazos y él me atrapó entre ellos. Respiraba agitadamente y sus ojos estaban cristalinos, brillaban. Besó muchas veces toda mi cara hasta llegar a mis labios.

—Dime que vas a volver.

—Lo prometo. —Mentí.

Bajé mi mirada y miré nuestras manos entrelazadas. — ¿Es una promesa entonces? —Asentí con una sonrisa fingida. Tomo mi rostro con sus manos y me besó. —Te voy a esperar, te esperare hasta que vuelvas.

Yo me negué. —No es necesario.

— ¿Por qué?

—Ya tengo mi vida planeada.

—Bueno es algo que tenemos en común.

—No, te equivocas, esta vez mi vida la pienso vivir sin ti a mi lado.

Entonces sentí que mis ojos se cristalizaron, pero no les permití que derramaran una sola lágrima. La fuerza que había entre nuestras manos se debilitó y comprendí que había llegado la hora de decirnos "Adiós".

Le lancé una última mirada y el solo sonrió. Se encogió de hombros.

—Lo lamento.

—No, está bien. —Dijo.

Estrechamos nuestras manos en forma de saludo y nos dedicamos una fiel sonrisa.

—Adiós. —Le dije.

Besó mi mejilla como tratando de decirme que habíamos finalizado como amigos. Sin embargo, ambos sabíamos lo difícil que iba a ser ese trato de 'Solo amigos'. Caminé alejándome de él, con mi corazón roto, llevándome un pedazo con Axel.

Entonces sentí que tomó mi brazo, yo me detuve. — ¿Es en serio? ¿Así vamos a terminar? —Asentí con la cabeza y lo mire, derrotada. —Me estás diciendo que tu regreso fue completamente innecesario porque la promesa era que ibas a volver al mundo para estar conmigo, para vivir nuestra vida juntos. —Pasó su mano por su cabello, desesperado por seguir hablando. —Debora no tienes la menor idea de lo mucho que he sufrido por nosotros; cuando te miré en tu velorio... sé que sonará extraño y que miles de personas dirán que soy un loco, pero estoy seguro que no fue un sueño... tú volviste a mí, reencarnando en otro cuerpo, dijiste que no me ibas a dejar, que teníamos promesas por seguir... teníamos hijos por tener... —'Hijos por tener' y esas palabras me terminaron de destrozar. Ya teníamos un hijo, pero él no tenía la menor idea de lo que había en mí.

—Tú y yo. —Le dije. El me miró con ojos suplicantes. —Somos lo más imperfecto de parejas en el mundo.

—No me importa ¡Rayos! ¡Ya no sé cómo explicártelo! ¡Si pudiera hacer que te quedaras, lo haría! —Pasé mi mano por mi vientre y él se quedó callado.

Preferí no decir nada, tal vez mis acciones iban a hablar mucho más que palabras. Sin embargo, él era lo demasiado lento como para comprender. Jamás entendió que íbamos a ser padres; y por supuesto, en mis planes no estaba decírselo.

—Te traje algo. —Murmuró.

Sacó un sobre de su bolsillo y me lo dio. Lo tomé y lo guarde en mi bolso.

—Es todo, me tengo que ir. —Le dije. Abracé mi vientre y él me miró entrecerrando los ojos. Antes de que él abriera la boca, lo besé y lo abrace fuerte para disimular alguna sospecha. —Me llevo un pedazo de ti. —Susurré en su oído.

Corrí lejos de él, y me subí al avión; busqué la ventanilla para verlo hasta perderlo de vista. Me miraba intensamente a lo lejos. Y mi corazón le pedía a gritos que volviera. El ya no iba a hacer nada, cuando el avión encendió los motores, lo único que hizo fue darse media vuelta y seguir con su camino.

Fue ahí cuando me di cuenta que había tomado la decisión correcta.

Había dos promesas en marcha, una era volver y la otra... decirle que tendremos un hijo. Lo último que hice fue bajar la pequeña cortina de la ventanilla del avión y dejar todo en el olvido. Me pasé las manos por mi vientre y cerré los ojos; ahora tenía una razón más importante por la cual vivir, y era mi bebé.

Fantasma De Amor© (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora