Capítulo Treinta y uno - La verdad. (✔)

683 67 0
                                    

A la mañana siguiente, desperté y Deb dormía abrazada a mí, como en los viejos tiempos. Acaricie su hermoso cabello y bese su nariz fugazmente. Ella despertó y conectó sus ojos con los míos.

—Ni creas que te he perdonado, infiel. —Yo reí y la atrape con mis brazos haciéndola subir a mi cuerpo.

—Dime que me amas. —Le supliqué.

—Esa palabra ya no está en mi diccionario.

—Oh, sí que lo está.—Me encontraba feliz. —Aunque tú digas... —La interrumpí besando sus labios sin dejarla ir, y ella no pudo hacer más que seguir mi beso.

—Idiota. —Murmuró separándose de mí.

Reí aun más y a los segundos, logré que ella se uniera a mi coro de risas. —Armacost... —Murmuró recargando su cabeza en mi pecho. —Anoche fue una de las mejores de toda mi estúpida vida.

Entrelace mis manos en su espalda y arrugue mi nariz esperando a que ella imitara mi acción hasta que así fue. —Dame un beso, cariño. —Pedí como un bebé. Ella me coincidió mi deseo y al finalizar, me abrazo. —Perdóname... —Susurré en su mente. —He sido un...

—Ya. -Dijo interrumpiéndome y poniendo su dedo índice en mi boca. —Te he perdonado. —Yo sonreí, agradecido. —Pero necesitas explicarme lo de Missy.

Suspiré y le indiqué que se sentara, ella cubrió su cuerpo con una sábana blanca y me miro esperando a que yo hablara.

—Los días que estuviste fuera de casa, necesitaba a alguien para controlar mi ansiedad... —Comencé a relatar, pero aún así dentro de mí nació un miedo, miedo a que Deb se fuera si le decía la verdad. —Así que le ofrecí a Missy que se quedara, ella estaba sola y yo por igual, ambos necesitábamos de compañía... —Ella tomó mi mano y comenzó a jugar con mis dedos, supuse que era por los nervios de escuchar el resto de la verdad. —Pero su compañía no me era de buen gusto, porque ella desde que llegó, me lanzó la bomba sobre su embarazo.

La observé con la mirada fija y ella hizo lo mismo. —¿Y qué pasó? —Preguntó.

—Me dijo que el bebé era mío. —Sus ojos se abrieron como dos platos blancos. —Pero yo en ese momento, sabía que eso no era posible, mas sin embargo, le abrí las puertas de mi casa para que ella se quedara Deb... —Dije mirándola a los ojos. —Te puedo asegurar que ese bebé no es mío.

—¿Por qué estás tan seguro?

—Porque yo sé.

—Eso no me asegura nada.

—Bueno... en algunos meses te aseguraré si me lo permites. —Dije acercándome a sus labios.

—Bueno. —Ella aceptó.

Me tomo de las mejillas y besó fugazmente mis labios. Había una cosa buena, ella me había permitido demostrarle con acciones que en realidad iba a cambiar, pero yo no tengo tanta suerte y mi vida no iba marchar bien. Por primera vez, sentía que tener a Deb no era suficiente, esta vez necesitaba el apoyo de mi mamá.

Así que por la tarde, después de haber dejado a mí —Ahora novia— Debora en su casa, llegué a visitar a mi madre. Ella me recibió con un gran abrazo y besó mi frente. Me dijo unas mil veces lo mucho que había crecido y yo solo sonreí. Había comprendido que se le olvidaba que decía las mismas cosas millones de veces. Me senté en el sillón de la sala, y las memorias golpearon mi cabeza; comencé a pensar que esto de visitar a mamá no estaba siendo buena idea.

—¿Cómo has estado, bebé? —Dijo colocando en la mesita de té dos tazas con té verde.

—Pues... bien ma.

—¡Me alegro! —Yo tomé la taza y miré alrededor de las paredes de la sala de estar, eran de un color blanco hueso, y tenían dos grandes cuadros, el primero, era de mi papá, mi mamá y yo cuando era pequeño, el segundo era uno de mi mama y yo cuando me gradué de la primaria. Esta última fotografía me sacó una gran sonrisa, la cual ella notó al instante. —¿Lo recuerdas?

Yo asentí y me puse de pie para tomarla entre mis manos.

Yo usaba el típico traje de graduación y en mis manos sostenía mi reconocimiento por 'Buen estudiante' el cual le había pagado a la profesora para que me diera a mí el reconocimiento, mi cara era de enfado, pues mi madre me había obligado a tomarme esa foto. Ahora todo tenía sentido, ahora esa foto me parecía la más hermosa que iluminaba la pared. La mayor parte de la tarde estuve al lado de mi mamá, visitamos la tumba de mi padre y justo antes de irme, le comenté que tenía la esperanza de hacer a Deb mi futura esposa, ella se alegró mucho y me deseó la mejor de las suertes. Sin embargo ¿Quién necesita suerte? La pregunta ofende, pero incluso la respuesta ofende aún más, pues esta vez, el que necesitaba suerte era yo. Por la noche, alrededor de las once, Missy llegó a casa.

—Axel. —Murmuró con sus manos en la panza.

—Oh, Missy. —Dije indiferente. —¿Qué sucede?

Le eché una pequeña mirada a su irregular atuendo de un vestido largo y zapatos cómodos y después regrese mis ojos a los suyos. No entendí palabra alguna de sus súplicas, puesto que lloraba desconsoladamente. La tomé del brazo y le ayudé a entrar a la sala, le ofrecí un poco de agua y ella la empezó a beber con lentitud.

—Solo te quería pedir que si me dabas una de tus habitaciones para quedarme, necesito tu apoyo, y más ahora que seremos una familia. —Dijo cínicamente.

Había llegado al límite de soportara Missy, y aunque se me hacía feo dejarla desconsolada, le dejé que se hospedara en casa durante su embarazo, siempre y cuando me permitiera hacer una prueba de ADN a 'Nuestro bebé', ella lo aceptó de mala gana. Y por la mañana del día siguiente, me la pasé la mayor parte del tiempo al lado de mi Deb. Recordamos el primer día que nos conocimos.

✿✿✿✿✿✿✿

Habían pasado varios días en los que yo pasaba por donde ella se sentaba a desayunar todos los días, eran buenos tiempos, ella siempre estaba riendo junto a su mejor amiga de la cual jamás se separaba, y eso fue lo primero que me atrajo de ella. Su sonrisa...

Para mi buena suerte, en esos tiempos, yo solía hablar con toda la preparatoria, así que yo le pedía su mejor amiga, de nombre Nicole, que me hiciera el favor de que me dijera el nombre de ella. —Debora—.

Al día siguiente, recuerdo que en la hora del desayuno, ellas estaban riendo, la sonrisa de Deb me llamó mi atención una vez más y mientras ella reía, yo me había quedado mirando, jamás había visto una sonrisa tan hermosa como la que ella tenía.

Fantasma De Amor© (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora