Capítulo Veinte - La despedida (✔)

809 77 9
                                    

Continué por quitar sus manos de mis hombros y me alejé de ella.

No quería tener ningún contacto visual, emocional, o corporal con ella, ni con ninguna otra chica. Ya me había hecho mucho daño, y lo más importante ya le había hecho mucho daño a Deb.

—Puedo sentir que estás muy estresado, déjame de darte un masaje. —Prosiguió con su voz relajante y excitante. — ¿Qué dices? ¿Vamos a la cama? Escuché que la cama de agua de los padres de Jack es muy cómoda. —Su aliento fresco choco con mi oído y un escalofrío me recorrió todo mi cuerpo.

No podía ser posible que yo fuera a caer nuevamente en las redes de Missy. Le eche una mirada a su cuerpo en bikini y ella pasó su mano por mi entre pierna. En ese momento, sentí que perdí el control. Me abalancé hacia los brazos de Missy y la besé descontroladamente como si jamás en la vida hubiera besado a una mujer. Ella siguió mi beso con intensidad y, cuando menos lo pensé, ya me encontraba en la cama con ella.

No quería hacerlo, pero en un abrir y cerrar de ojos, Missy ya estaba entre mis piernas. La alarma de mi celular sonó, eran las ocho de la mañana del día domingo. Solo un loco de mi tipo pone a funcionar la alarma los domingos y más a esa hora. Una fuerte resaca me sacudió la cabeza, ahora me encontraba peor que nunca: con depresión, resaca y un fuerte dolor de cuerpo. Todos mis músculos estaban contraídos y no tenía la fuerza suficiente para ponerme de pie.

Entrecerré los ojos, como pude me levanté de la cama y caminé hacia la ventada a abrir las cortinas, no las abrí en su totalidad cuando ya el sol me había dejado ciego.

— ¿Armacost? —Giré mi cabeza hacia Missy, quien estaba adormecida. — ¿Qué sucedió, mi amor? —Preguntó con su voz medio dormida.

— ¿Mi amor? —Dije algo frustrado. —Esto lo va a pagar John.

— ¿John por qué? —Preguntó Missy

— ¡Porque yo sé que John te mandó a mí!, ¿No es así, Missy? —Dije gritando, me encontraba algo histérico.

Ella pensó unos segundos y después asintió lentamente mordiendo su labio.

— ¡Mierda! —Exclamé enojado.

Tomé mi celular y lo lancé al suelo mientras miraba como se hacía pedazos.

Miré a Missy una vez más y ella solo cubrió su cuerpo desnudo con la sábana blanca, se encogió de piernas y abrió la boca para hablar, pero antes de que emitiera algún sonido, salí corriendo por la puerta. Había un desastre, vasos desechables por aquí y allá, restos de botellas de alcohol, comida... la casa era un caos total. En el camino hacia la puerta, me encontré con Jack, quien aún seguía bebiendo tranquilamente.

— ¿A dónde vas? —Preguntó.

— ¡A mi casa! —Caminé directo a la salida, golpeando a la gente a mi paso. Llegué al carro y seguí el camino a la casa.

Necesitaba de Deb, de su voz, de sus manos alrededor de mi cuello, de sus labios besándome con impaciencia y de su cuerpo sobre el mío durmiendo plácidamente con su oreja sobre mi pecho contando los latidos de mi corazón.

A la misma vez, su voz me arrullaba contando cada latido; Uno, dos, tres, cuatro... hasta terminar dormidos ¿Qué debía hacer para regresar a donde éramos la pareja perfecta?

✿✿✿✿✿✿✿

» Después del accidente «

Amaneció nublado, su cuerpo estaba a mi lado y vaya que era mi necesidad tener su calor cerca de mí.

Acaricié su brazo y besé pausadamente sus labios hasta que ella despertó. Completamente frustrada, se apartó de mí y me miró enojada.

— ¿Qué haces?

—Cada vez que despierto, es una costumbre hacerlo de esta forma. —Respondí con una amplia sonrisa en mi rostro.

—Entiendo. —Respondió indiferente. —Bueno, no lo vuelvas a hacer. —Pidió.

Sentí como mi corazón se partió en dos.

Me destapé y tome mis jeans, baje a la cocina para hacer algo de desayuno. No podía evitar que las lágrimas salieran explotadas por mis ojos, me dolía demasiado que el amor de mi vida me evitara de esa forma. Me serví mi desayuno y lo coloqué en la barra, jugué con la comida mientras sollozaba en silencio.

Sentí la presencia de su cuerpo detrás de mí y yo solo actué, tratando de ignorar que sabía su presencia. Se sentó al lado de mí, me fulminó con la mirada y pasó la palma de su mano por sus labios. Una lagrima rodo por mi mejilla y ella abrió sus ojos sorprendida.

— ¡Oh no, Axel! ¿Qué hice? —Me negué con la cabeza en un ademán de "Nada". — ¡Perdóname! ¡Perdóname! No puedo soportar mirarte llorando. —Si tan sólo supiera que yo no podría vivir mi vida sin sus labios, sin sus caricias; necesitaba de ello para ser feliz, para sentirme satisfecho.

Más, sin embargo, continué en silencio e introduje un pedazo de huevo en mi boca, lo mastiqué lentamente y ella seguía sin despegar su mirada de mí. Yo mantenía mi mirada en mi plato y seguía comiendo sin gana alguna.

— ¿Sabes? Creo que es suficiente. —Yo seguí comiendo. — ¿No me vas a preguntar por qué?

Me negué con la cabeza mientras juntaba mis manos y colocaba mis brazos en la mesa. Sacudió su cabello y lo acomodo con sus manos. El aroma que desprendió su Shampoo quedó impregnado en mi nariz.

Suspiré y clavé mi mirada en sus labios rojos; ella lo notó y los mordió. Me moría por dentro, quería morder esos labios, pero existía algo que se llamaba "Orgullo" y ese orgullo consistía en soportar mis ganas de besarla, abrazarla, y cualquier cosa que tuviera que nacer un contacto con su piel.

—Bueno, ya que no me lo preguntas, estoy considerando vivir con mis padres, ayer los llamé, ellos se sorprendieron en realidad; e incluso ellos me ofrecieron su hogar; creo que es lo mejor ya que son las únicas personas que recuerdo en este momento y... —Entrecerró sus grandes ojos y agregó. —Es cansado vivir en un lugar donde no conozco las costumbres de convivencia con mi supuesto "Prometido".

Trate de digerir bien cada palabra que su voz aterciopelada deletreo tan perfectamente, como si tuviera toda la paciencia del mundo para decir las cosas.

— ¿Y qué quieres que yo diga? —No quería que se fuera, pero no podía hacer nada, era una decisión que ella tenía que tomar y yo tendría que respetar. Ella se encogió de hombros y me miró intensamente. —Sí lo que tú quieres es irte de esta casa, no sé qué diablos estás esperando. —Tragué saliva y limpié mis lágrimas.

Me miró asustada y se acercó a mí, yo lancé fuera de mí vista el plato con comida y ella solo pasó sus brazos por mi cuello. Beso mi cabello y lo olió.

—Es un aroma que de alguna forma me hace sentir bien ¿Sabes? —Dijo.

—Como digas. —Respondí cortante.

—Perdón.

—Está todo bien. —Contesté derramando más lágrimas. —Ella se sentó en mis piernas y me limpio las lágrimas.

—No llores más ¿De acuerdo? —Para ella era fácil pedirlo.

—Seré fuerte. —Mentí mientras rodeaba su cintura con mis manos.

Me abrazó y recargo su cabeza en mi hombro, después se apartó y caminó lentamente hacia las escaleras.

La lluvia comenzó a caer, yo estaba acostado en el sillón, tratando de mantenerme fuerte, no podía seguir mostrando mi lado débil.

Después de media hora ella bajó las escaleras. —Es todo. —Dijo sosteniendo sus maletas entre sus manos.

Era el fin, mis lágrimas volvieron a salir, esta vez a una velocidad increíble. Se paró en el marco de la puerta y las dejó caer para comenzar con la despedida. Me abrazo fuertemente, y sentí los latidos de su corazón en mi pecho.

—No te vayas. —Le susurré.

Fantasma De Amor© (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora