Capítulo Treinta y tres - El adiós. (✔)

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Y no, la verdad yo no era una persona que creía en la frase 'Un tiempo' porque ese tiempo significaba separarse y separarse significaba olvidar. Y eso no era exactamente lo que yo quería pero al parecer Deb sí. Permaneció callada en busca de palabras y yo la miraba fijamente deteniendo el estallido en llanto que guardaban mis sentimientos de niña.

—Creo que un tiempo es lo mejor. —Prosiguió.

Yo la escuché y tardé en contestar, mi cerebro apenas estaba procesando lo que había dicho. —Bien. —Respondí con lo último que me quedaba.

Se paró de puntas para besarme y yo le seguí el beso. Pero no comprendía para qué lo hacía ¿Quería terminar de matarme? ¿O quería asegurarse de que quedara bien muerto? En realidad no sabía lo que pasaba por mi mente, solo quería averiguar por qué me había enamorado de alguien que jamás imaginé que fuese a ser tan difícil.

—Adiós. —Dijo soltando mi mano.

Yo la miré alejarse hasta perderla de vista. En este tiempo al lado de Deb, había comprendido algo muy cierto: 'Si amas algo, déjalo ir, si vuelve es tuyo sino, nunca lo fue'. Pero tenía miedo de que nunca volviera, yo sabía que ella no iba a hacerlo. Si yo no hacía algo para regresar con nuestra relación, ella no iba a hacer nada.Y la verdad, lo mejor era que empezara a aceptar 'El tiempo' aunque este fuese mi peor enemigo. Regresé, soportando el dolor que sentía mi corazón, subí las escaleras sin gana alguna y al final de ellas, encontré a mi madre, quien ya usaba su pijama.

— ¿Qué sucede, cariño? —Preguntó pasando su mano por mi mejilla. — ¿Está todo bien con Deb?

Yo asentí con la cabeza. Lo malo de que mi mamá estuviese en mi casa, era que su forma de tratarme me hacía sentir mucho más ¿Niño? Es decir, me hacía mi desayuno favorito todas las mañanas, me hacía algo rico para comer y por la cena, hacía un rico postre de Brownie.

Ni hablar de cuando llegaba de mal humor o triste a casa, ella hacía todo lo posible por hacerme sentir mejor. Pero no quería que me preguntara lo que había pasado con Deben este momento. Sabía que iba a terminar en llanto y Missy podía escuchar y no quería eso. Mi poca reputación sería echada a la basura.

— ¿Estás seguro, bebé?

—Sí, mami. —Le contesté con la voz quebrada.

Camine rápido al notar que mis sentimientos de niña iban a explotar.

Mi madre me siguió hasta mi habitación y yo me tiré en la cama, boca abajo tapándome la cara. Decidí llorar, era lo mejor y ahí Missy no me iba a escuchar —O al menos eso creía—.

— ¿Qué sucede, Axel? —Preguntó mi madre nuevamente. — ¿Qué sucedió con Debora?

—Mi vida es un desastre. —Dije.

— ¿Quién dice que la mía no lo es? No puedes andar llorando por todos los rincones del mundo por un problema insignificante, Axel. —Mi mamá tenía razón, mi vida no era tan difícil como la de ella, pero yo sentía que mi vida ya dependía de la droga llamada Debora y lo peor de todo, era que no sabía desde cuando ya era dependiente de ella. —Lo mejor es que aprendas a ser fuerte. —Finalizó mi madre como toda una sabelotodo.

— ¡La amo mamá! ¿No entiendes? Ese es mi problema, no puedo dejar ir a la mujer que más amo en mi vida, ella es diferente a todas las demás.

—No es amor si sientes que dependes de ella, eso es solo necesidad

—No es necesidad.

—Sí lo es, Axel.

—No me entiendes porque jamás has amado a alguien. —Dije seco mirándola a los ojos.

En ese momento, comprendí que ya lo había echado todo a perder. Mi mamá me miró directamente penetrando mis ojos con una tristeza inmensa, sabía que ella había amado a mi padre como a nadie. Que él era su razón para vivir y, que aunque él había sido un mal hombre, no había ninguna razón para que ella dejara de sentir ese gran amor.

—Es claro que el que no entiende las cosas aquí eres tú. —Dijo palmeando mi espalda lentamente. —Anda a dormir ya. —Se puso de pie, besó mi frente y tras de ella cerró la puerta de mi habitación.

¿Qué era lo que había hecho con mi vida? ¿Quieren una respuesta?

En primero, mi vida estaba siendo lentamente destruida por el Karma. Yo tenía en mente lo estúpido que había sido al serle infiel con Missy a Debora y debido a todas las infidelidades que le había hecho, el Karma se estaba encargando de que yo fuese infeliz.

En segundo, empezaba a temer que alguna otra persona hallará lo hermosa que es Debora y la enamorase y entonces yo quedara solo como un perro.

En tercero, las dos opciones anteriores, de alguna forma u otra, ya estaban sucediendo y eso me iba a terminar de matar algún día.

✿✿✿✿✿✿✿

Después de varias semanas sin saber absolutamente de Axel, mi estado de ánimo había cambiado completamente. Y no solo eso, sino también mi cuerpo.

¿Qué sucedió? Les cuento...

Después de una semana de aquella noche en la que me entregué a Armacost, empecé a sentirme muy mal. Vomitaba lo que comía, me sentía mareada y no podía sostener mi cuerpo de pie. Por lo qué decidí visitar a un doctor; y fue ahí cuando me lanzó la bomba.

Estaba embarazada.

Y eso no era bueno, Axel iba a estar esperando un hijo de Missy y otro mío que... la verdad no sabía si él lo iba a tomar como bueno o malo. Así que había decidido algo; despedirme de él sin decirle razones, motivos ni circunstancias. Solo un simple 'Hasta luego'. Y aunque sabía que él iba a regresar por mí, yo ya no iba a estar en esta ciudad. Su bebé y yo íbamos a estar realmente muy lejos de papá.

Un viernes por la tarde, regresé a la casa de Armacost. Necesitaba decirle que me dejara de buscar —Aunque ya lo había hecho— y que algún día esperaba volver a reencontrarlo.

Toqué el timbre de la puerta y espere unos cinco minutos afuera hasta que su madre salió.

— ¡Debora! —Exclamó levantando ambas cejas. — ¿Vienes a ver a Axel? —Yo asentí como si fuese algo obvio. —Pasa, hermosa, siéntate. ¿Gustas algo de tomar? —Me ofreció.

Yo le dije un 'No gracias' de forma muy amable y esperé a que Axel bajara de su habitación.

Caminamos por la playa bajo la hermosa oscuridad que reinaba en el cielo y el sonido de las olas romper en la costa eran la situación perfecta para que yo empezara con mi despedida.

—Así que... vas muy bien en lo que queda de la preparatoria con Missy... —Comencé.

El metió sus manos en los bolsillos de sus jeans y después de un largo suspiro, asintió con la cabeza. —Sí.

Yo paré de caminar y tomé su brazo para que el hiciera lo mismo.

—Hoy vine solamente a despedirme, Axel.

Fantasma De Amor© (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora