Chica tequila al rescate

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Esto de ser la que cuida de los borrachos no está bueno, lo único positivo de todo esto, es que las chicas viven solas, porque si algún padre nos viera así, nos ganaríamos una buena cagada a pedo.
Después de haber llegado al departamento, Sofía se fue directamente a dormir, y acá estaba yo, sosteniendole el pelo a Noelia mientras lanza todo lo que comió y tomó en el día, o en la semana, no sé, es demasiado vómito para un cuerpo tan chiquito. Y ahora que se me pasó el pedo, no dejo de maquinarme si lo que hice estuvo bien, osea, me chapé a mi profesor, pro-fe-sor, ¿Cómo lo voy a ver a la cara ahora?

- Ya está-Me dice una Noe toda pálida levantándose, la ayudo a lavarse un poco, a cambiarse, y una vez que se acuesta, la tapo.- Gracias por ser tan buena amiga, Pau. Te quiero.-Me sonríe.

- Estás muy en pedo todavía, pero también te quiero.-Le sonrío- ahora dormí, que descanses.-Asiente, y me voy a bañar, porque ya no me aguanto el olor a bar y a vómito que tengo. Cuando termino de sacarme y cambiarme, armo el sillón para dormir, Dios, no doy más, quiero dormir dos días seguidos más o menos. Me acuesto, me tapo hasta el cuello y cuando me dispongo a dormir como nunca, el sonido de mi celular me interrumpe, ¿Quién mierda me está llamando a esta hora?, agarro el celular como puedo, y me quedo ciega con el brillo que tiene la pantalla, parece que bajó Jesús a la tierra, puedo ver que dice "Número desconocido", ay, mierda, puede ser una emergencia, mejor atiendo. Aprieto dónde dice para atender.

- ¿Hola?

- ¿Paula?

- Eh, si, ¿Quién habla?

- ¡Chica tequila!, que bueno escucharte, soy Marcos, supongo que te acordas de mi, nos vimos hace dos horas...

- Si, me acuerdo, ¿Cómo tenes mi número?

- Ah, no, yo no lo tengo, es el celular de tu novio, por eso te llamaba...-Me dice algo preocupado, ¿Mi novio? ¿Qué novio...? ¡Jeffrey!.

- ¿Qué le pasó, está bien? -Preocupada me siento en el sofá.

- Si, está bien... bien borracho. Apenas puede caminar, me dijo que tiene moto, pero no quería dejarlo ir así, así que le pregunté si llamaba a alguien y dijo que a vos, y acá estamos hablando. ¿Podes venir por él?

- ¿Ahora?, mierda, bueno, si. En quince minutos estoy ahí. Por favor, cuidalo mientras.-Le digo levantándome y poniéndome las zapatillas.

- Dalo por hecho, chica tequila. Acá te esperamos.-Me dice divertido.

- Dale, gracias. Nos vemos...-Corto. Genial, y yo que quería dormir.

Tal ves me esté yendo de las manos al ir a buscar a mi profesor en pedo a un lugar, pero ahora tenía curiosidad del porqué le dijo a Marcos de que me llamara a mi, ¿Acaso no tiene familia? ¿Soy la única amiga que tiene o que onda? Les dejo un papel a las chicas diciéndoles que me iba a mi casa, que no se preocupen y bajo, ya que el remis que pedí recién debe estar esperando, eso es lo bueno de tener un remiseria cerca.
Una vez llegando al bar, veo a Marcos sentado al lado de Jeff dándole agua, sonrío pensando de que por lo menos no es un asesino serial. Le digo al remisero que espere, bajo y me acerco a ellos. Marcos se levanta a saludarme.

- Gracias por quedarte, sé que no era tu responsabilidad, pero gracias.-Le sonrío, lo cual él me abraza un poco y me sonríe.

- No pasa nada, me cagué de risa con las incoherencias que dice.-Se ríe- Así que, ahí está tu Romeo.-Lo señala con la cabeza, me río un poco y me acerco a Jeff, que estaba mirando el piso.

- ¿Jeffrey...?-Levanta la vista y trata de pararse- Hola, te vine a buscar, ¿Estás bien? -Lo ayudo a levantarse y me abraza fuerte. Y yo que me acabé de bañar, ahora tengo un olor a alcohol terrible.

- ¡Hola, Paaau!, viniste, gracias, gracias, gracias. Pensé que me ibas a dejar, tenía tantas ganas de verte de nuevo. Sos tan linda.-Me dice como puede.

- Ok, tranquilo. Te llevo a tu casa, ¿Si? -Asiente, paso su brazo por mi hombro y casi se me cae de no ser porque Marcos lo llegó a agarrar del otro brazo, lo llevamos hasta el remis, pero antes de que pudiera abrir la puerta sale el remisero diciendo de que no va a llevar a nadie en pedo, porque le ensucian todo, blablabla, ste men. Le pago el viaje para que se calle y se vaya, cuando eso hace, saco el celular para llamar a otra remiseria. Marcos me saca el celular, lo miro confundida.

- ¿Qué haces?, dame, tengo que pedir un remis.-Le digo un poco molesta.

- No vas a llamar a nadie, los llevo yo, tengo el auto ahí.-Lo señala.

- Pero ya hiciste demasiado, prefiero pedir un remis y dejar de molestarte...

- Na, no pasa nada, posta. Aparte, debe haber demora a esta hora, y él necesita un baño urgente.-Señala a Jeffrey, el cual se ríe.- No es molestia, llegamos en un toque, y ya me quedo tranquilo que están sanos y salvos.

-Suspiro- Bueno, dale. Gracias.-Le sonrió y empezamos a caminar para su auto, dejamos a Jeff acostado en los asientos de atrás, él se sube de piloto y yo de copiloto.- No sé como voy a hacer para pagarte todo esto, enserio.

- Podrías invitarme un café algún día, ojo, sé que tenes novio, pero podríamos ser amigos.-Me sonríe devolviendome mi celular y arranca el auto.

- Ok, me parece justo.-Agarro un pedazo de papel y una lapicera que estaban ahí y le anoto mi número.

- Genial, bueno, ¿Dónde los llevo?

- Hum, ¿Jeff? ¿Tu dirección? -Le pregunto sacudiendole el hombro un poco para que no se duerma, y nos dice la dirección como puede.

Después de 20 minutos de viaje a pura risa, llegamos al departamento de Jeffrey, nos despedimos de Marcos agradeciendole todo, y quedamos para vernos otro día. Subo con dificultad al piso que me dijo mi profesor borracho, y entramos en su apartamento. Una vez que lo dejo en su sillón y me iba a ir, me dí cuenta que gasté toda la plata que tenía en el remis, aunque podría ir hasta mi casa y darle la plata ahí al remisero. Mientras estaba pensando como irme, escucho a Jeffrey llamandome.

- ¿Paula? ¿Seguís acá?-Voy hacia él.

- Si, ya me estaba por ir...

- ¡No, no!, no te vayas por favor... quedate conmigo.-Me dice suplicante mientras me agarra las manos.- Aparte, me tengo que bañar y necesito ayuda, sino me voy a caer...-No llego a contestar que se para cómo puede y se empieza a sacar la remera en dirección al baño, supongo.

- Pero, yo tengo que...-Apa, esa espalda. Se dá vuelta a mirarme y Mabel, está más fuerte que la telaraña que balancea a los elefantes.

- ¿Decías?...-Me mira sonriendo, debe haber visto el hilo de baba que se me cayó de la boca.

- Eh, que... yo... tengo que irme, perdón. Esto no está bien...-Me doy vuelta para irme pero escucho el ruido de un golpe seco que viene del baño. Mierda, se mató.- ¿Jeff?-Voy corriendo a ver que pasó y me lo encuentro tirado en el piso tocándose la cabeza, se golpeó el boludo. Lo ayudo a levantarse.- Bueno, te ayudo a que se te pase un poco el pedo, y me voy, ¿Ok?

- Ok...-Se mete en la bañera, abro la ducha y grita un poco- ¡Está helada!

- ¡Tiene que estarlo!, no seas nena, es un poco de agua nomás, dale.

- ¿Qué no sea nena? Vení acá.-Me agarra de los brazos y me mete en la bañera con él, pegandome a su pecho.

- ¡Jeffrey, mierda, mi ropa!, la puta madre, ¡Mi celular!-Trato de salir, pero no me deja, logro tirar aunque sea el celular al lavamanos y lo miro.-No era necesario, ¿Sabes?

- Claro que si, tenes que sentir lo que siento yo...

- ¿Seguimos hablando del agua, no?-Le pregunto nerviosa, tenerlo así no me estaría dejando pensar mucho.

- Yo no...-Se acerca tanto que las gotas que caen por su pelo caen en mi frente.- Yo hablo de lo que me hace sentir tenerte así, conmigo, de lo que me estás haciendo.

- Jeff, yo...-Pone su pulgar en mis labios, callandome. Acaricia mi mejilla y termina la poca distancia que teníamos uniendo nuestros labios en un chape salvaje que parecía que no iba a terminar más.

El profe de arte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora