Nuestra primera no cita P2

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Una vez que nos sentamos puedo observar mejor lo lindo que está todo y no puedo evitar imaginarme a Jeffrey acomodando las cosas, pensando en todo esto, cocinando, todo para mi. Sonrió sin darme cuenta.

- ¿Qué pasa? ¿En qué pensas? -Escucho que me pregunta mientras nos sirve la comida.

- Es que... No puedo creer lo afortunada que soy, ¿Hiciste todo esto por mi?

- Esto no es nada de lo que haría por vos, Pau. Además, te debía una primera cita.-Me sonríe mientras se sienta.

- ¿Primera cita?

- Si, bueno... ya salimos muchas veces, pero nunca tuvimos una verdadera cita, así bien de película.-Se ríe- Estoy criado a la antigua, perdón. Nací romántico. -Nos reímos.

- Me encanta que lo seas, porque yo podré hacerme la anti cursilerías, pero en realidad soy bastante romántica.

- Lo sé, vimos Titanic unas diez veces desde que estamos juntos.-Lanza una carcajada.

- ¡Es Di Caprio, no es mi culpa!

- Tampoco es para tanto...

- Jeff, lloraste.

- Yo no...-Levanto una ceja- mejor hablemos de otra cosa, ¿Te gusta la comida?

- Me río y pruebo la carne con papas que hizo, no sé si esto está realmente rico o yo tengo demasiada hambre.- Sé que te digo esto cada vez que cocinas pero, deberías inscribirte en Master Cheff o algo, está muy rico.

- Como vos. -Dice con su voz ronca y yo automáticamente me pongo como un tomate.

- No empieces.

- ¿Qué cosa?

- A decir cosas así, calmate. -Me tapo la cara. Y escucho su risa.

- Es que me encanta cuando te pones colorada, no puedo evitarlo. 

- Te divierte mi desgracia, que lindo.

- Gracias por lo de lindo. -Me guiña el ojo. Yo no puedo así.

***

- ¿Qué película queres ver? -Me pregunta mientras prende y acomoda bien el proyector.

- ¿De qué tenes ganas de ver?

- Hum, ¿Terror? Así te abrazo y quedo como todo un macho. -Me río.

- Ok, de terror será. -Sonrío negando con la cabeza mientras busco alguna película de terror buena.

Estoy feliz, me siento plena. Hace mucho que no me sentía tan bien con alguien, Jeffrey me acepta como soy, con mis idioteces y mi humor tan basado en películas animadas, series o los Simpsons, es más, hasta me sigue la corriente, en ese sentido es igual de inmaduro que yo. Lo miro y no puedo creer como un hombre como él se fijara en mi, y no lo digo por la edad, porque treinta no es taaan grande, sino de que un chabon con la vida ya realizada como me dijo él una vez, que se haya interesado en alguien como yo, una alumna con la vida hecha un signo de interrogación, porque todavía no tengo nada definido en qué hacer, qué estudiar, si voy a trabajar al mismo tiempo, y todas esas cosas del mundo de adultos del que estoy por ingresar, en fin, es inusual, pero supongo que el amor es más fuerte que cualquier prejuicio o duda.
Y si, dije amor. Ya no lo voy a negar o tratar de disfrazar.

En fin, durante mi reflexión sobre mi situación amorosa, elijo una película sobre posesiones que parece estar buena. Una vez que Jeffrey termina de acomodar todo, se acuesta esperando a que yo ponga la película y lo acompañe.

- ¿Qué elegiste? -Me pregunta mientras cruza sus brazos por detrás de su cabeza.

- La típica película de posesiones, la sinopsis está buena.-Me encojo de hombros, pongo la película y me tiro al lado suyo.

- Dá igual, como si realmente fuéramos a verla.-Siento como me atrae hacia su pecho riéndose pervertidamente.

- ¡Jeff! -Me río- Yo cuando digo que voy a ver una película, realmente la miro, lamento decepcionarte pero sabes que soy muy cinéfila.

- Ok, veamos la película entonces...-Me besa.

- No vas a distraerme.-Trato de concentrarme a pesar de su perfume que me vuelve loca.

- No intentaba hacerlo... todavía.-Me besa la frente riendo. Estúpido y sensual Jeffrey. Se piensa que no puedo resistirme a sus encantos... bueno, no puedo. ¡Pero él no tiene porqué saberlo!

***
- ¡Mierda! ¿Viste eso? ¿Qué era eso? -Me aferro más a su pecho, y se ríe.

- No sé, no estaba viendo. Dejé de ver cuando te asustaste a los primeros quince minutos cuando saltó el gato de arriba del ropero.

- ¡No me lo esperaba! Maldito gato. -Nos reímos y lo miro- ¿Te aburrió, queres que la cambie?

- No, estoy bien así.

- Pero ni la estás viendo...

- Vos sos más interesante de admirar.

- Ok, eso sonó un poco acosador y raro, pero lindo.-Me río y lo besó.

- Es que estás especialmente hermosa hoy... ¿Podemos ver la película en otro momento? Quiero besarte sin interrupciones.

- Por más irresistible que estés, ya me enganché con la historia.

- ¿O sea que si yo hago esto...? -Me besa- ¿No vas a cambiar de opinión?

- Nope. Sigo queriendo ver la película.

- ¿Y si hago... así? -Me besa más intensamente mientras su mano recorre mis piernas hasta llegar a mis muslos.

- Todavía...-Aclaro la garganta- todavía quiero ver la película... creo.

- ¿Ah, si? -Pregunta con su voz ronca y empieza a besar mi cuello como si su vida dependiera de eso. Justo en el punto débil.

- Yo... eh.- Mierda, no puedo ni pensar, ¿Qué era lo que estaba pasando en la película? ¿La nena paralítica se cayó de la escalera? No, algo así, eh...

- ¿Mmm?

- Creo que podría verla en otro momento, si. -Le sonrió mientras nos besamos apasionadamente, digno de telenovela.

Y es así como pasé una de las noches más románticas y lindas de mi vida. Me entregué en cuerpo y alma al hombre que me enseñó a querer sin importar qué, al que me hace sentir segura, feliz, suficiente. Porque por más "erróneo" que sea esto, se siente correcto. Él hace que sea correcto. Me enamoré perdidamente de alguien cuando en el fondo sabía que no tenía que hacerlo. Estaba mal, pero cuando me rodeaba con sus brazos el resto no importaba.

El profe de arte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora