Capítulo 11

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—Buenos días. —Siento un reguero de besos por toda la cara y sonrió como estúpida. Steve sí que sabe cómo darme los buenos días y despertarme con esta manera tan cariñosa hoy viernes.

Abro los ojos y lo veo.

Tiene el pelo revuelto, los ojos brillantes como focos de navidad y una increíble mirada soñolienta. Joder pero que adorable es. Me muerdo el labio inferior y estiro mis manos hacia él. Toco su labio inferior con las yemas de mis dedos y muy despacio asciendo por todo su rostro. El cierra los ojos y apoya su mejilla en la palma de mi mano para sentir más mi caricia y tener más contacto con mi mano. Sonrió ampliamente y deslizo mi mano enterrando mis dedos en su suave pelo.

—Buenos días tú. —Me inclino hacia él y pego mis labios sobre los suyos. Mmm.... Pero que bien sabe en esta mañana. Es delicioso. Cuando lo miro a los ojos, lleva una sonrisa tan resplandeciente que tengo que entornar un poco los ojos.

—¿Cómo amaneció hoy mi consentida malcriada y cabezota.

Arqueo las cejas

—¿Malcriada y cabezota?

—Si. —Se muerde el labio inferior para evitar reírse a carcajadas. —La mayoría de las veces lo eres. —Toma uno de mis rizos y juega con él entre sus dedos. Vaya, hoy esta de excelente humor. Cuando decía que despertaba feliz a mi lado lo decía muy enserio. Sonrió ampliamente al recordar decirme estas palabras. Pero la sonrisa se me esfuma cuando recuerdo que me llamo malcriada y cabezota.

Le doy un manotazo en el brazo.

—Yo no soy malcriada ni mucho menos cabezota. —Frunzo el ceño y me cruzo de brazos sobre mi pecho.

Steve suelta una carcajada.

—Malcriada no. Pero cabezota si cuando te niegas a obedecerme. —Arquea las cejas y coloca el mechón de pelo tras mi oreja. —Pero eso lo adoro de ti. Se inclina sobre mi y me da un pico en los labios. —Supongo que hoy tienes muchos planes.

Oh si...

—Si. Hoy tengo muchos planes. —Sonrió de oreja a oreja.

Me hace mucha ilusión ver a Rose por primera vez desde hace ocho meses. las dos tenemos que ponernos al día y eso nos tomara mucho tiempo. Aunque de ahora en adelante ella y yo estaremos con constante contacto. Y me hace mucha ilusión. Es mi mejor amiga y me hace mucha falta. Me remuevo como puedo y Steve se levanta de la cama liberando mi cuerpo de su peso corporal. Ufff, que alivio. El cuerpo me cruje y me estiro agradeciendo la liberación.

—Iré a darme un baño. —Steve se pasa una mano por el pelo. —Tengo una reunión con unos proveedores a las 9:00 a.m. y no quiero llegar tarde.

Alzo la mirada y lo veo salir de la habitación vestido únicamente con sus pantalones de pijama que le quedan tan sexy en las caderas. Mmm, desvió la mirada hacia el pequeño reloj que esta sobre la mesita de noche. 7:45 a.m. bueno, la reunión de Steve es la las 9:00 a.m. así que supongo hoy si podrá terminarse el desayuno.

Me quito las sabanas de encima y salgo de la cama de un salto. Me desperezo y me paso una mano por el pelo. Camino hacia la ventana y descorro las cortinas.... ¡Mierda! Entrecierro los ojos un poco por la fuerte luz solar. Entreabro los ojos y veo el sol resplandeciente en el delejado cielo.

Pero qué extraño.

Se supone que aquí en Nueva York no hay muchos días soldados. Frunzo el ceño. La vedad es que me sorprende que haga un excelente clima en todos estos días desde que llegue. No me quejo. Al contrario, estoy encantada. Solo no lo esperaba porque había escuchado en muchas ocasiones sobre el pésimo clima de esta ciudad. Al mensos puedo estar tranquila de que el mal clima no arruinara mis planes.

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