Capítulo 22

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—¿Quieres bailar? —La voz de Nick es más sube que hace unos minutos y nuevamente me toma con la guardia baja. Lo mor a los ojos como platos y me regala una enorme sonrisa. —Concede, aunque sea solo una canción. —El extiende su mano hacia mí y me muerdo el labio inferior.

—No se bailar. —Miento con toda la naturalidad de la que soy capaz y sacude la cabeza divertido.

—No dejare de insistir hasta que me digas que sí. Y hablo muy enserio. —Lo miro a los ojos y parece que no miente. Joder. Quisiera que me dejara en paz peros se que no dará su brazo a torcer. Miro a todos lados en busca de una escapatoria, pero no la hay.

—Si bailo contigo hasta que la canción se acabe, ¿me dejaras en paz el resto de la noche? —A la canción no le faltaría mucho para que termine y no creo que Steve aparezca hasta entonces. Eso es. Bailo con el lo que queda de canción para que me deje en paz y regreso a la mesa antes de que Steve vuelva de donde quiera que esté. Miro a Nick que tiene los ojos encendidos como focos de navidad.

—¡Si! Vamos. —Casi salta de la silla donde eta sentado y se acerca a mi con su mano extendida para ayudarme a levantar. Antes de decidir si tomarla o no, el me agarra la mano y me levanta de la silla de un solo jalón.

Suelto un pequeño grito por la impresión. Pero que majadero. Ambos caminamos haciéndonos paso entre la gente hasta llegar a la pista de baile donde algunas personas curiosas nos miran a Nick y a mi con demasiada curiosidad. Ignoro esas llamadas y me concentro en terminar esto de una maldita vez. Todos aquí saben que estoy con Steve y ahora mas que nunca me arrepiento de haber aceptado bailar con este hombre.

Pero que imbécil.

Nick me toma de la cadera y me atrae a él con mucho tacto. Acaba con esto de una maldita vez, Beth. Con un suspiro, coloco mi mano sobre su hombre y ambos comenzamos a movernos de manera sincronizada al lento ritmo de la canción que parece que ni acabara enseguida. Trato de mantener un poco de distancia sobre todo cuando me acaricia la espalda muy sutilmente. Nick da un giro, descubro que a la zorra de Nathaly está bailando con su pareja a unos cuantos pasos de nosotros y me mira con las cejas arqueadas insinuando algo que no me gusta para nada. ¡Perfecto! Justo lo que me faltaba. No puedo ni imaginar las barbaridades que le dirá a Steve de mi. Definitivamente me he ganado el premio de la estupidez. ¿por qué carajos acepte de todos modos?

Segundos después, la maldita canción se termina y yo suspiro aliviada. Me separo inmediatamente de Nick y camino hacia la mesa donde estaba sentada hace un par de minutos sin decirle media palabra. Justo cuando me siento en la silla, Steve aparece junto al señor Benedith. Ambos se están riendo a carcajadas de algo que solo ellos saben y me alivia enormemente que Steve no me haya sorprendido bailando con Nick. No me quiero ni imaginar la que se habría armado.

—Hola preciosa mía. —Me da un tierno beso en la mejilla y se sienta a mi lado. Yo le sonrio ampliamente y el coloca su mano sobre mi muslo. Su tacto hace que me caliente la piel y suspiro de puro gozo. —Lamento haberte dejado sola tanto tiempo.

<<Yo también>> se cuela por la mente, pero me muerdo la lengua y contesto:

—Tampoco fue tanto tiempo. —Coloco mi mano sobre la suya y le acaricio los nudillos. —No te preocupes por eso. —Le sonrió con cariño, pero la sonrisa desaparece en cuanto Nick llega a la mesa y se sienta en su viejo puesto. El me lanza una miradita, pero lo ignoro. En estos momentos no necesito que...

—¿Pasa algo? —Steve mira a Nick y a mí y me hundo en el asiento. A Steve no se le escapa una joder. Será mejor que sea honesta y le diga ahora mismo que baile media canción con Nick antes de que se entre por terceros y le llenen la cabeza de mierda.

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