Capítulo 21

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Me remuevo un poco en el asiento mientras observo como poco a poco el crepúsculo va diciéndoles adiós al día y hola a la noche. Me sorprende lo rápido que pasa el día en esta ciudad. Te levantas en la mañana y en un abrir y cerrar de ojos ya está anocheciendo. Me pregunto si me da la impresión de que el día se te va volando por la agitada vida que se vive en esta ciudad. Supongo que sí. Cuando vivía en Northfield no sentía que le día fuera tan corto. Steve me toma de la mano y la aprieta ligeramente. Suspiro pesadamente y lo miro a sus preciosos ojos verdes.

—¿Estas nerviosa? —Entrelaza sus dedos con los míos y frunce el ceño al verme tan inquieta.

—Si. Un poco. —Admito con una ligera sonrisa nerviosa.

—Relájate cariño, estarás bien. —Se lleva mi mano a sus labios y me besa uno a uno los nudillos. —Además, yo estaré contigo todo el tiempo. No pienso separarme de ti en ningún momento.

Suspiro aliviada el escucharlo decir esto. Si él me dejara sola esta noche rodeada de todas esas personas extrañas, me pondría los pelos de punta.

—¿Aún falta mucho para llegar? —Decido olvidarme de los nervios y miro hacia la ventana. Frunzo el ceño. Esta ara de la ciudad no la había visto antes. Ni siquiera aquel día que salí con Steve y dimos una vuelta por la ciudad hasta horas de la tarde. O al menos no lo recuerdo.

—Falta muy poco cariño. —Aparece una media sonrisa en sus labios. —El hotel al que vamos está a solo una manzana de aquí.

¿Hotel?

—¿La fiesta ser en un hotel? —Mi voz es un hilo.

—Si. Se llama The Empire Hotel. —Me sonríe con malicia. —Te gustara el lugar.

Así que la fiesta será en un hotel. Debí de imaginarme que la fiesta seria en un hotel. Aunque no entiendo qué demonios harán los editores ahí. Según Steve, la razón por la que ellos estarán ahí es porque él los invito para presentármelos. Ahora que lo pienso bien, esto no tiene ningún sentido. Las reuniones de trabajo son solo con personas importantes relacionadas con sus empresas.

—Steve...

—¿Dime cariño?

—¿Cuál es la verdadera razón por la que invitaste a los editores? —Arqueo las cejas y el se pasa una mano por el pelo.

—Está bien, está bien. —Suspira y me mira a los ojos. —Pienso hacerme accionista de alguna de ellas.

—¿!QUE¡? —Me incorporo y lo miro con la boca abierta. ¿pero qué demonios...? ¿hacerse accionista de una editorial? ¿acaso se volvió completamente loco? ¿para qué carajos el querría hacerse accionista de una editorial cuando ya tiene demasiadas responsabilidades con las empresas de su familia.

Pfff todas estas preguntas que inundan mi cabeza no me dejan más que confundida. Al decirme que invitarían a esos editores y que me los presentarían, me imagine de todo menos que se haría socio de una de ellas.

—¿Para qué demonios quieres hacerte socio de una editorial? —Estoy casi sin aliento. Aun no me lo creo. —¿Qué no tienes suficiente ya con las empresas que manejas?

—Cariño, cálmate. —Me estrecha la mano. —Hacia mucho que había pensado en esto y ahora que se me está dando la oportunidad, no veo porque no hacerlo. —Se encoje de hombros como si estuviera hablando de un simple objeto barato. Habla como si hacerse socio de una editorial fue de lo más normal y común del mundo.

—¿Y esos editores son de aquí de Nueva York? —Lo miro horrorizada.

—Aja.

Me muerdo el labio inferior y hago un repaso mental de las editoriales que hay aquí en la ciudad. Ninguna de ellas pareciera que necesitaran un nuevo socio. Cosa que me sorprende bastante. No puedo imaginar la cantidad de dinero que Steve les estará ofreciendo a algunas de estas editoriales para que lo acepten como socio.

Destino InseguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora