Un nuevo hogar (3)

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-¿Qué...?- Me quejé con voz ronca alargando la última letra con fastidio. Odiaba despertar temprano.

-He dicho que despiertes.

-Solo dame un año más...-susurré volviendo a dormirme.

-¿Un año más?-se burló. -¿Para qué?

-Para... seguir... durmiendo...- de pronto sentí como me iba hacia un costado de mi cama y caía al suelo con fuerza. -¿QUÉ PASÓ? ¡SOY INOCENTE!-dije rápidamente poniéndome de pie mientras movía torpemente mis manos de un lado a otro.

-Tranquila, no voy a arrestarte.-Se burló Hugo.

-¿Y por qué me despiertas a las..?-miré la hora en mi celular.-¡¿CINCO DE LA MAÑANA?! ¡ESTO DEBERÍA SER ILEGAL!-gruñí lanzándome en el colchón de mi cama que se encontraba en el piso para seguir durmiendo. Eso hizo que soltara una carcajada. -No es gracioso...- refunfuñé como una niña de ocho años con la cara metida en la almohada.

-Vamos. Vístete que tenemos unas cuantas horas de viaje.-me dió un golpe con la almohada.

-Vístete que tenemos unas  cuantas horas de viaje.- hice una muy mala imitación de su voz mientras me ponía de pie. El rodó los ojos, divertido por la situación, y se fue.

***

Íbamos en el auto con el camión de mudanzas atrás. Yo iba con los audífonos puestos escuchando música a todo volumen. Ricky no paraba de moverse en mi regazo, lo cual me estaba hartando. Hugo iba manejando muy concentrado.

-¡Ricky! ¡Quédate quieto!- Me quejé apagando la música de mi celular. Hugo nos miró de reojo y solo sonrió.-Y... ¿cómo es la nueva casa?-me quité los auriculares.

-No lo sé.-se encogió de hombros.

-¿No lo sabes?- él negó con la cabeza. -¿Y cómo es eso posible?-lo miré incrédula.

-Mis jefes me consiguieron la casa. Pero no te preocupes. Si no nos gusta se lo decimos y listo.- Yo asentí lentamente y volví con mi música. Cerré los ojos y me acomodé en mi asiento. Ricky volvió a ponerse inquieto. Gruñí.

***

-Oye...

-¿Mmm...?-murmuré somnolienta.

-Ya llegamos.-Abrí lentamente mis ojos para acostumbrarme a la luz del sol.

-¿Ya?-me estiré en mi asiento.

-Sí.-Asentí, me quité el cinturón de seguridad y bajé del auto.

-¡No siento las piernas!- dije para luego estirarme más y hacer que toda mi espalda crujiese.

-Ouch.- dijo Hugo poniendo una mueca. A Ricky se lo veía feliz paseando por los alrededores. Al parecer quería hacer del baño. Detrás nuestra había una casa muy moderna y acogedora al mismo tiempo. Paredes blancas, un porche muy lindo, dos pisos y un lindo jardín delantero. Bueno, por fuera se veía muy bien.

-¿Y nuestras cosas?

-Ahí las están bajando del camión de mudanzas.-apuntó a los hombres que estaban bajando nuestras cosas del vehículo.

-Bien. ¿Ya podemos pasar?

-Claro, ahora es tu nuevo hogar.- le sonreí y fui directo hacia la gran casa que teníamos, con Ricky pisándome los talones. Entré y... Wow. Todo era como una casa soñada. Muebles súper modernos. Colores blanco, negro y marrón de aquí a allá. Simplemente hermoso.

-¿Te gusta?- Me preguntó Hugo.

-¿Qué si me gusta? ¡Me encanta!-reí dando un giro en mi lugar para ver todo a mi al rededor.

-Que bueno. Iré a ayudar con las cosas.

-Okay. Oye, espera, ¿te importaría si me voy en mi hermosa moto a recorrer el pueblo?

-Ve. Pero no te pierdas. Te quiero aquí en un rato.

-¡Gracias!- le di un corto abrazo y me fui en busca de mi bebé.

***

Sí que estamos alejados del pueblo. Veinte minutos en moto es mucho. Aparqué y me bajé de mi moto. Empecé a caminar mientras veía diversas tiendas, algunas más interesantes que otras. Llegué a una cafetería ya que se me antojó tomar algo. El frío ya se hacía presente en el pueblo, con una brisa suave. Decidí sentarme en la terraza para disfrutar del lindo día.

-Buenas, señorita. ¿Qué le ofrezco?- dijo un agradable camarero.

-Una limonada, por favor.-le sonreí con cortesía.

-Ya se lo traigo.-asintió. Mientras que esperaba mi pedido empecé a mirar sin interés alguno hacia las personas que transitaban por la calle. Uno en concreto me llamó la atención. Era un chico de cabello rubio, casi blanco y ojos color avellana. Era increíblemente sexy, debo admitir. Se veía de mi edad. Me estaba mirando fijamente con una sonrisa socarrona en sus rosados labios y cuando nuestras miradas se cruzaron me guiñó un ojo. Lo seguí mirando un poco más con el ceño fruncido hasta que tuve que desviar la mirada con la llegada de mi limonada. Y cuando quise volver a verlo... ya había desaparecido. Que extraño.

Holaaaaa
Eu, perdón si tardo en actualizar. Es que estuve con muchas pruebas y apenas tuve tiempo de respirar. Pero gueno, ya hay nuevo capítulo. Si tienen alguna sugerencia para los capítulos solo escríbanmelo en los comentarios. Otra cosa, si ven que los lugares no los describo mucho es porque lo dejo a la imaginación de ustedes. Es lo que a mi me gusta que hagan así que... lo hago jaja

LOS AMO! 🖤💜🖤💜🖤💜

Sami

¡My Secret! [Completo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora