¿Señales de Humo? (14)

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Hoy debo ir a casa de los Bartholy. ¿Qué me esperará en este día? ¿Más collares? ¿El lobo? Agh.-¡¿Por qué tengo que vivir todo esto?! ¡Soy solo una adolescente!-bufé.-Cálmate Riley, no pierdas la calma. Mirémosle el lado positivo. ¡Eres lo más cool que puede existir! Tienes poderes, estás en una súper investigación y eres amiga de vampiros y una bruja. Pf, eso es normal, ¿no? Cualquiera tiene como amigos a... brujas y... a vampiros... pf... Ja... ja... me estoy volviendo loca.-Mejor me pongo en marcha hacia la casa de los Bartholy y dejo mis pensamientos raros de lado. Me di una última mirada de aliento frente al espejo.  Tú puedes, Riley.-Yo puedo.-corrí hacia mi moto, me subí y comencé a conducir. Tenía la costumbre de hablarme frente al espejo, ¿era raro eso? Espero que no...-Listo, llegamos, Riley.

-Sí, me di cuenta.- escuché una voz detrás mía haciendo que dé un respingo en mi lugar.
Por instinto ataqué con mis poderes al que me habló pero por suerte lo esquivó. Digo suerte porque no era nadie más y nadie menos que...

-Drogo...- Murmuré aflojando me entrecejo y bajando la guardia. Debería tener más cuidado en cómo reacciono ante apariciones sorpresa.

-¿Lo ves? Ya estoy preparado para saludarte. Aprendí la manera en la que lo haces.- sonrió burlón. Solté una risilla algo nerviosa.

-Lo siento, otra vez.

-No importa.- dijo restándole importancia.- ¿Lista para un súper día conmigo?

-¿Súper día contigo? Pero creí que íbamos a investigar y eso.- fruncí el ceño.

-Riley, Riley, Riley. Oh mi querida e ingenua Riley.-me dio golpecitos en la cabeza como si fuera tonta. Rodé los ojos.-¿Es que aún no me conoces bien? Yo no me manejo con libros como el aburrido de Nicolae.

-¿Entonces qué..?

- Ven.- Me tendió la mano.

-¿A dónde vamos?-dudé por un segundo.

-¿Confías en mi?- Abrí la boca para hablar pero antes de que pudiera responderle me tomó entre sus brazos y comenzó a correr hacia el bosque a una velocidad impresionante. Claramente eso me tomó por sorpresa por lo cual solté un grito mientras él reía.

-¡Deja de hacer eso!- grité para que pudiera escucharme, ya que el viento hacía que se escuchara menos nuestras voces. Me aferré más fuerte cuando vi que casi chocamos con un árbol pero lo esquivó en el último momento. Lo miré mal, lo hizo a propósito.

-¿Por qué? Sé que te gusta que lo haga.- dijo dejando de correr.

-Sinceramente, es divertido. Pero al menos avisa a la próxima.

-Sí... lo tendré en cuenta.- Rodé los ojos al ver su sonrisita ladina.

-Ya puedes bajarte.-rayos, aún seguía aferrada a él con fuerza.

-Sí, ya lo sabía.-me solté, poniendo mis pies sobre el suelo otra vez.

-Bien, ven aquí, hay algo asombroso que quisiera enseñarte.-Me tomó de la mano.

-Eh... okay.-murmuré siguiéndole el paso. Este contacto no me dejaba indiferente. ¿Por qué? Es decir, no es la primera vez que nos tomábamos de la mano o que estaba cerca de él. Literalmente hace unos segundos me tenía entre sus brazos.

-Mira, por aquí.- dijo pasando entre unos árboles. Fruncí el ceño.

-Pero esto ya lo vi, es la cascada del otro día.- dije dirigiendo mi vista hacia él.

-Sí, lo sé.- aún estaba desconcertada.

-Bien... ¿Dónde entra lo asombroso aquí?- dije tratando de no sonar tan mal.

¡My Secret! [Completo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora