Capítulo 30

51 6 0
                                    

Estaba asustada, no sabía si hacía o no lo correcto, quizá era muy paranoica o bien, quizá no.
Estaba en un consultorio clínico; esperaba ser llamada por una psicóloga, recomendada por mi hermana.

Una mujer muy bonita salió por una puerta diciendo el nombre de la mujer que a mi lado estaba, por un momento creí que era mi turno pero no, las manos me sudaban y estaba nerviosa.

Mientras esperaba mi turno pensaba en Oscar, ya son casi 8 meses desde que murió sino más.

— Mírate ahora Alina, apunto de entrar con una psicóloga para saber si amas o no a Diego ¿Qué irónico no? — pensaba mientras limpiaba mis manos del sudor —

Diego

Muchas veces dejamos ir aquello que nos hace felices, y vamos por la vida tratando de buscar algo igual o por lo menos que se compare con eso.
Haber dejado ir a Alina fue una de las peores cosas que pude haber hecho en mi juventud, no pasaron 2 meses cuando caí en cuenta de mi error y tuve que soportar la culpa 11 años.

En estos meses he tratado de acercarme a ella, ser amigos pero ella es tan perfectamente imposible...

Pensando en ella hijo — dijo mi madre entrando a mi habitación —

— Pueda ser madre — respondí acostado en mi cama — tu que eres mujer dime algo por favor

— Claro que sí mi amor — decía acercándose a mí — dime

— Qué tengo que hacer para que Alina me perdone...

La cara de mi madre me dio a entender que las posibilidades de hacer algo eran pocas lo cual me desánimo un poco

Te daré un consejo que tu abuela le dio a tu padre cuando pidió mi mano

— Adelante por favor — dije cerrando los ojos esperando ese deseado consejo —

Dale amor

— Eso ya lo hago madre —respondí confiado —

— Pues algo te hace falta hijo

Ella es tan imposible, hoy es un amor y después puede ser la más fría como si no la conocieras

— Es normal, vive dolida. Diego, a veces vivimos con heridas que ni sabemos que las tenemos han estado tanto tiempo ahí.

Tengo que seguir luchando por ella, hasta que me vuelva amar y me perdone — pensé — así sea lo último que haga en mi vida.

Gracias madre — dije besando su mano, ella me miro con sus ojos tiernos que expresaban amor y orgullo para luego salir de la habitación —

Tomé mi teléfono y llame a Andrés, estar en casa tanto tiempo «recuperándome» comenzaba a ser aburrido

Andrés...

Alina

Muy bien Alina, siéntate y dime en que te puedo ayudar — comenzó diciendo la psicóloga —

Pues verá doctora — respondí nerviosa — estoy aquí porque — tartamudee un poco — porque estoy pasando por un momento de mi vida muy confuso y hay cosas que ya no puedo manejar sola

— Es normal Alina, todos pasamos por esos momentos, lo más importante es dar el primer paso y tú, ya lo has hecho — respondió amablemente — ahora cuéntame qué es lo que te tiene tan confundida

El Tiempo Después De Ti ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora