El Tiempo Después De Ti ®

Capítulo 25

— Alina — decía Diego recuperando la voz —

Mi corazón se agitó un poco, respire profundo y me di media vuelta.
Lo vi ahí con los ojos abiertos y lo escuché con la voz cansada..

— Diego — respondí caminando hacia él — ¿Cómo te sientes?

— Siento como si un tren me hubiese pasado por encima ¿Qué sucedió? — respondío soñoliento —

— Tuviste un accidente, tu carro se volcó camino a Pueblo Escondido. No lo recuerdas

Negó con la cabeza

— Igual no te preocupes ya estás fuera de peligro, ahora debes recuperarte lo más pronto posible — dije a los pies de la camilla —

— Y mi madre ya lo sabe — preguntó recomponiendose, tratando de levantarse —

— Diego por favor arrecuestate — repliqué — tu madre viene en camino no te preocupes por eso...

— ¿Desde que horas estas aquí?

— Masomenos como una hora ¿por qué?

— Me alegra verte aquí — dijo —

— Lástima que no pueda decir lo mismo — los dos soltamos una risilla a la vez — pero si me alegra que estes vivo — terminé mientras acariciaba su brazo —

Saliendo del hospital recibí una llamada de Andrés la cual me dejó muy inquieta. Durante el almuerzo le conté sobre lo sucedido con Amelia días atrás y al parecer ese asunto no había quedado ahí.

— «He visto a Amelia subir al auto de Ana»

Ana

Si quieres las cosas bien hechas debes hacerlas tu misma Ana — me decía mirándome al espejo — Hoy iré yo misma por Amelia, ella no sabe de lo mucho que odio a la estúpida de Alina así que no hay ningún riesgo de hacer un trato directo con la mocosa.
El beto no siguió mis instrucciones lo cual le provocó muchos problemas conmigo. Saber que me acosté con ese cerdo a cambio de nada

— Amelia mucho gusto soy Ana — baje los vidrios del auto y me presenté extendiendo mi mano. Ella tímida correspondió en seguida sin decir una sola palabra — sube al auto que no muerdo — obedeció y en un dos por tres ya estaba dentro del auto —

— Beto te debió hablar de mí ¿cierto? — pregunté —

— Sí — respondió cabizbaja y en voz baja —

— Perfecto. Quiero que hagamos un trato Amelia, algo muy sencillo

— ¿Qué necesita? — exalto —

— Sé que le debes mucho dinero al beto, si me ayudas en un «trabajito» tu deuda será cancelada y podrás seguir consumiendo cuando y cuanto gustes...

— ¿De que estaríamos hablando? — preguntó —

— Conoces a esta mujer — dije entregándole una foto de Alina —

— ¡Sí claro! es Alina Mayorga viuda de Aragón.. ¿Qué pasa con ella?

Dile que la mate — decían las voces en mi cabeza —

— Quiero que la mates — respondí tajante —

— ¿Disculpa? — giró su cara extrañada con la foto en sus manos —

— ¿Qué no entiendes? — pregunté deteniendo el auto — quiero que la mates

Amelia observaba la foto pensando en su respuesta