— ¡Oh Dios, llegó el gran día! — Decía emocionada despertando — Diego despierta amor — dije tocando su hombro. Renegó cubriéndose con la sábana blanca —
— Amor vamos — insistí saliendo de la cama entrando al baño —
Quite mi bata y entré, abrí la ducha lista para que el agua cayera sobre mí.
— Quién diría que Andrés terminaría casado — dijo Diego entrando al baño —
— Todos terminamos atrapados no crees — respondí sonriendo mientras usaba jabón —
— Somos un ejemplo
Quité el jabón de mi cuerpo mientras escuchaba sus palabras...
— Eres un ejemplo — corregí saliendo de la ducha, colocándome la bata de baño —
— Ahora soy el único enamorado — dijo mirándome a los ojos —
— No dije eso — rodee con mi brazos su cuello y lo besé — apúrate sí, debemos irnos
— Te amo — respondió a mi beso. Le regalé una pequeña sonrisa y salí del lugar —
Mi vestido terminó siendo menta largo, en forma de corazón el cual acompañe con un semi recogido sencillo y zapatos altos color beige.
Además del matrimonio, me convertiría en madrina de mi sobrina la cual estaba cada día más grande y hermosa.
— Esta hermosa — decía Diego saliendo del baño —
—Tú crees amor — respondí mientras me comenzaba a maquillar —
— Por supuesto que sí — dijo buscando su saco en mi guarda ropa — después de Juliana serás la más bella en este día —
— Y qué decir de la pequeña Susana — agregué — es toda una reina
— Es una niña muy hermosa y risueña. No creí que tu hermana te hiciera tía antes que madre — rió —
— Y quién te dijo que no tuve hijos — repliqué mientras buscaba el color de labios adecuado —
— ¿Tuviste hijos con tu esposo? — Preguntó sorprendido — ¿Dónde están que no los veo? — observaba por todas partes —
Reí
— No amor, creo que nosotros teníamos otros planes como matrimonio — respondí acercándome al espejo para perfeccionar mi maquillaje —
Diego propició un profundo silencio y se acercó a mí
— Y conmigo si quisieras tener hijos — intentó besarme pero no quería llenarlo de maquillaje, por lo tanto lo evadí —
— Ten calma pequeño saltamontes — respondí acomodando su corbatín — todo a su tiempo — sonreí — y ya vámonos que se nos hace largo el camino.
Salimos de mi departamento, directo a la catedral donde se llevaría a cabo tanto el bautizo como el matrimonio. A pesar de estar en la época lluviosa, el día era radiante, el cielo azul y las nubes blancas, parece que (por lo menos) hoy no lloverá.
— Sabes que se me hace raro — comenzó Diego —
— ¿Qué será? — respondí mirando mi celular —
— Ana no ha vuelto a molestarnos, no te parece extraño
— Crees que esté planeando algo — supuse alarmada. Solo escuchar su nombre me produce malestar —
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El Tiempo Después De Ti ®
Romance¿Qué sucede cuando pierdes lo que más quiere en la vida? O ¿Cuando lo que más quisiste en un tiempo regresa? ¿Cómo podemos volver a ser felices cuando la dicha se vuelve desgracia?