El Tiempo Después De Ti ®

Capítulo 20

Una fuerte luz penetraba por mis párpados, abrí mis ojos y lo primero que vi fue a Diego dormido, abrazándome.

Me quedé dormida en su pecho y no me di cuenta, eran las 8 de la mañana y debía ir a trabajar, ya estaba atrasada una hora.

— Diego despierta, debes irte — tocaba su pecho para que despertará mientras me levantaba de su lado —

Diego abrió los ojos y enseguida frunció el ceño

— Me duele mucho la cabeza — dijo poniendo su mano en la frente — ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? — preguntaba observando todo a su alrededor —

— Es una buena pregunta: ¿Qué haces aquí? — Respondí — llegaste a mi puerta a la 1 de la mañana, borracho hasta la consciencia Diego, ¿Qué diablos pasa contigo?

— Alina perdóname, no sé qué me paso — replicó avergonzado —

— ¿Quieres perder tu trabajo Diego, quieres que el Sr. Brown te despida por tu irresponsabilidad? Te llevaré a tu casa, y después nos iremos directo a la oficina — dije subiendo a mi habitación —

Me di un baño y me aliste para salir a la oficina, llamé al Sr. Brown y me excuse por la tardía diciéndole una pequeña mentira piadosa.

Hoy teníamos una reunión por la tarde con unos compradores muy importantes, así que debíamos llegar puntuales después de mediodía.

Salimos de casa, camino al departamento de Diego rápidamente, el tráfico estaba un poco pesado así que tardaríamos un poco más de lo normal.

— Ahora sí me vas a decir por qué estabas tomando — preguntaba mientras pasábamos un rotonda —

— No sé, cuando te llame estaba saliendo de un bar y no recuerdo que pasó después de eso — respondía entre dientes —

— Diego, debes ser más responsable, el Sr. Brown confía en ti, no puedes darte el lujo de decepcionarlo.

Diego no respondía nada a mis palabras, sabía que yo tenía la razón.

Diego

Lo merezco, lo sé, merezco que ella ya no me quiera — pensaba mientras manejaba camino a mi departamento — la llamada de Ana me entristeció muchísimo, justo cuando creí que mi camino ya hasta libre para recuperarla, ella encontró un nuevo amor.

Una vez en mi apartamento, me serví un Whisky y brinde por ella, por ella y por su nuevo amor.

Oscar no pude cumplirte, discúlpame — pensaba en aquél que un día me hizo prometerle que la cuidaría y amaría por siempre —

Las horas pasaban y mi soledad cada vez se hacía más grande y duradera.

Mi teléfono sonaba en alguna parte del departamento insistentemente, pero no tenía ganas de hablar con nadie en estos momentos.

Media hora después volvió a sonar insistentemente, así que decidí atender la llamada.

Mamá
Llamando...
📞

—Dime madrecita, ¿qué sucede? — decía atendiendo directamente a mi madre —

— Hijo mío, ¿cómo estás? — su voz era algo apagada, no tenía la misma expresión de felicidad que siempre, así que supuse que algo pasaba —

— Sí, madre y tú estás bien... te escuchó algo triste. ¿Pasa algo?

— Sí Diego, por eso te llamó — respondía fríamente — Alina acaba de recibir un atentado la intentaron matar.