consejera.

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He decidido ir a la boda de Miranda y eso me tiene un poco inquieta, pues ha pasado bastante tiempo desde la última vez en que ella y yo siquiera compartimos algo.

Luego de dejar la escuela intenté mantener mi relación con ella aunque fuera a la distancia, pero ella no puso mucho de su parte y antes de aquella invitación, daba por sentado que se había olvidado de mí.

Al parecer no lo hizo.

Por eso estoy aquí, a segundos de entrar en la casa de mi madre para que me ayude a aclarar mi mente y saber si es no la decisión correcta.

—¡Má, ya estoy aquí! –grito dejando las llaves sobre pedestal de mármol junto a la puerta y cierro la misma detrás de mí.

La casa de mi mamá siempre me ha parecido linda y creo que fue la mejor parte de mudarnos a Manchester, pues nuestra antigua casa era linda pero no tanto como esta y sé que mi madre la ama.

—¡Tía Alice! –chilla mi sobrinito Luke.

Luke es hijo de mi hermano mayor Connor, quien es por cierto una clase de guardaespaldas personal para mí, siempre está protegiéndome y de pequeña siempre me dijo lo que los chicos buscan en una chica.

Tal vez por eso me cuesta tanto trabajo tener relaciones duraderas.

Él me enseñó el trasfondo de todas las promesas que los chicos hacen y lo pocos fiables que son, pero se le olvidó un detalle. Las chicas también podemos ser malas.

Bueno, todas menos yo según mi mamá.

—Hola, cielo –me agacho y le permito abrazarme antes de que mamá aparezca detrás de él.

—Hola, querida –me acaricia el cabello con una mano y me levanto para darle un beso en la mejilla—. ¿Cómo estás?

—Bien –sonrío a Luke quién se va en dirección al patio trasero y luego miro a mi madre quien tiene una mirada inquisitiva en su rostro a la espera de lo que tengo que decir—. ¿Qué pasa?

—Dímelo tú –arquea una ceja.

—Bien, pero me gustaría un té –le doy una sonrisa y arrugo la nariz como cuando era niña.

—Estás de suerte, hoy hice una tarta de fresas como te gusta –me toma del brazo y vamos hasta la cocina, me siento frente al mesón mientras veo a mi madre preparar dos tazas de té y cortando la deliciosa tarta—. Muy bien –deja la taza de té frente a mí y continúa mirándome con curiosidad—. ¿Qué te trae por aquí? –vuelve a arquear una ceja y le tiendo la invitación a la boda de Miranda, mientras lee el trozo de papel le arrebato el plato que tiene en la otra mano—. Oh –es todo lo que dice mientras yo como con deleite aquella deliciosa creación de sus manos.

—Hay algo más –comento con la boca llena y le tiendo la carta, mientras sus ojos recorren aquella pieza de papel su ceño se frunce y termina en una sonora carcajada.

—Tiene que estar jugando –dice dejando el papel a un lado—. ¿La chica que dijo ser tu mejor amiga y se puso de novia con el chico que te gustaba quiere que vayas a su boda? –vuelve a reír—. Simplemente está loca.

—Voy a ir –digo con seguridad y justo cuando estoy a segundos de tomar otro trozo de tarta, mi madre aparta el plato de mi lado haciendo que los dientes del tenedor que tenía en mi mano choquen contra el mesón haciendo un sonido que me hace sentir escalofríos.

—Por ningún motivo, Jane –frunce el ceño y la observo del mismo modo.

—No me llames Jane –ruedo mis ojos y vuelvo a mirarla—. Además no veo el problema –miento.

Ese es exactamente el motivo por el que le mencioné lo de la boda a mi mamá, para que me dé motivos para no asistir a esa estúpida boda.

—¿Que no ves el problema? –mi madre me devuelve mi tarta y apoya sus codos sobre el mesón para mirarme—. Alice, entiendo que seas fiel a tus promesas y demás, pero no tienes que hacer esto. Ella fue una perra contigo...

—¡Mamá! –me sorprendo y pongo a reír al mismo tiempo que ella.

—Lo siento, cariño –dice entre carcajadas—. Pero es cierto, entiendo que hayan tenido historia juntas, pero eso no borra las noches en que lloraste por Daniel.

—Daniel no tiene nada que ver –aparto mi mirada de mi mamá—. Además, sabes que no puedo tener rencor hacia nadie.

—Ya lo sé, cielo –acaricia mis manos y me obliga a devolver la mirada a sus ojos—. Pero tienes que saber que ser tan buena a veces solo trae problemas, pues creerán que pueden pasarte a llevar sin importar nada porque volverás a perdonarlas y no quiero que te lastimen.

—¿Qué propones? –arqueo una ceja.

—Que lo pienses mejor, solo eso –me da una sonrisa y asiento.

Mamá siempre tiene la razón y si ella me dice todo esto es por algún motivo, después de todos cuenta con más experiencia que yo.

—Promete que...

—Nada de promesas, mamá –niego con mi cabeza antes de que continúe—. Ya dije que me lo pensaré, cuando tome una decisión te la diré.

—Espero que sea la correcta –bebe un sorbo de té.

Será la correcta.

in love with someone else ; harry styles ✔✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora