in love with someone else ; harry styles ✔✔

es un error.

Acabo de despertar y estoy sola en la cama, ni siquiera noté cuando Eleanor se fue y me molesta pensar en que no se despidió de mí, espero que planeé verme más tarde o mañana será muy tarde para despedirnos.

Me quedo mirando un momento el techo de la habitación sintiendo esta presión en mi pecho, estoy compungida y no hay mucho que pueda hacer, echo un vistazo al reloj sorprendiéndome al ver que son casi las dos de la tarde.

¿Como dormí tanto? Eleanor y yo nos dormimos a las cuatro de la madrugada, pero aún cuando eso sucede duermo solo hasta las diez.

Chequeo las notificaciones en mi teléfono, no hay ninguna llamada ni mensaje de Zayn, Miranda o Harry, Louis me ha saludado esta mañana preguntando por Eleanor y ella le ha respondido que está bien, también tengo un mensaje de mi madre diciéndome que me extraña y un correo electrónico anunciando que debo ir por mi boleto de avión al correo.

No tengo ánimo de arreglarme para pasear por Londres, entonces solo me doy una ducha rápida y visto completamente de negro, desde mí bufanda hasta mis botas, me doy un vistazo en el espejo y me odio por arruinar mi vida de esta manera, no puedo dejar que esto me derribe, mí vida era maravillosa antes de este viaje y lo seguirá siendo.

Me quito el sweater negro y lo reemplazo por uno de color blanco con algunas perlas en los hombros, también cambio la bufanda negra por una bufanda de color café claro y me maquillo, pongo un poco de máscara de pestañas, rubor sobre mis pómulos y labial rojo en mis labios, un toque de mi perfume y tomo nada más que las llaves del apartamento y un poco de dinero, no quiero mi teléfono ni mí identificación.

Quiero olvidarme por unos segundos de quién soy y de qué es lo que me molesta. No seré Alice, seré Jane mientras esté afuera el día de hoy.

Suena tonto, pero quiero mantenerme distraída aunque sea con cosas tontas.

Salgo de apartamento y me dirijo al ascensor, recuerdo cuando Harry me trajo por primera vez y me obligo a apartar aquel recuerdo de mi mente, pienso en cantar una canción pero no mente está ocupada por su voz y el nudo en mi garganta de hace presente.

—¿Por qué tenías que arruinar mi vida de esta forma? –susurro y presiono mi frente contra una de las paredes del ascensor hasta que llego a recepción, salgo rápidamente a la calle y subo a un taxi pidiendo que me lleve al correo.

Una vez más solo veo mis rodillas durante el viaje y recuerdo las palabras de Zayn, lo lastimé de eso no tengo duda, su semblante antes de dejarlo ayer fue suficiente como para notarlo. Soy una estúpida.

Al llegar al correo bajo rápidamente y camino directo hacia donde se supone que debería recibir mi paquete, luego de recibirlo, lo guardo en el bolsillo de mi abrigo y vuelvo a salir para buscar otro taxi, esta vez sí me doy el tiempo de mirar por la ventana y veo muchas parejas de la mano, decido apartar la mirada otra vez hasta que llegamos a mi destino.

Sin detenerme a mirar ni saludar a nadie entro en el ascensor y miro constantemente mis botas hasta llegar a mi piso o el piso de Gemma mejor dicho, entro en el apartamento y dejo mi boleto de avión junto a la puerta acompañado de las llaves y luego voy a la habitación, mi teléfono suena una y otra vez.

Me acerco, me pongo los anteojos y veo que son mensajes de Eleanor contándome sobre aquello que tenía que hacer, es bastante absurdo que se haya levantado tan temprano solo para ir de compras, pues de ser así me hubiese invitado, ignoro sus mensajes y me detengo en las llamadas perdidas.

Una de mamá. Una de Noah. Una de Connor. Una llamada de Harry.

Mi corazón da un vuelco y la puerta comienza a ser golpeada de la misma forma en que hacía ayer, llevándome a especular de que sea Eleanor.

Rápidamente me quito el abrigo, me cargo el cabello hacia un lado y corro a abrir la puerta, ni quiera me detengo a ver por la mirilla, solo abro la puerta.

—¿Por qué tienes que ser tan...–mi queja es acallada por los labios de Harry y su agarre sobre mi cintura, estoy congelada y no soy capaz de poner mis manos sobre él, mis ojos están abiertos de par en par mientras que los suyos están cerrados de la forma más bella en que he visto y luego me mira al alejarse.

—No puedes irte –cierra la puerta detrás de él con el pie y yo sigo sin saber que hacer—. Por favor, Alice –suplica sin dejar de mirar mis ojos—. No te vayas.

—¿Q-qué haces aquí? –me alejo de él y volteo dándole la espalda mientras me abrazo a mí misma.

—Vine a verte –siento su cuerpo contra el mío otra vez, su mano descansa sobre mi cintura y su respiración está sobre mi oreja.

—No deberías estar aquí –vuelvo a alejarme y me siento en el sofá mirando mis rodillas—. Tu boda es en unos días, no deberías estar aquí besándome.

—No me casaré –dice sosteniendo su chaqueta y se arrodilla frente a mí—. Quiero estar contigo.

—¿Qué dices? –mi ceño se frunce.

—Eres tú, Alice –aprieta una de mis manos—. Eres tú de quién me he enamorado.

—No puedes hablar en serio –bajo la mirada y él vuelve a unir sus labios con los míos, está vez sí cierro los ojos para que las lágrimas no se escapen y para disfrutar de aquel beso.

—¿Te parece que miento? –presiona su frente contra la mía y no puedo evitar llorar.

—Esto no está bien, tú...–tomo sus mejillas entre mis manos—. Tú tienes que casarte con Miranda, para eso vine.

—Las cosas cambiaron –acaricia mi mejilla con su pulgar y abro mis ojos para mirarlo, en sus ojos veo tanta preocupación como creo que hay en los míos, también está asustado—. Sé que esto no está bien, pero estaría peor si te dejo ir.

—Esto es un error –continúo con mis manos en sus mejillas—. No puedes dejar a Miranda solo porque crees que estás enamorado de mí.

—Tú no lo entiendes –toma una de mis manos y de sienta junto a mí—. Sé lo que siento, Alice.

—Es demasiado tarde para nosotros, imagina lo destrozada que estará Miranda si la dejas por alguien como yo...–suspiro—. Tienes que recapacitar.

—Alice...

—No, Harry –digo seria—. Tienes que casarte.

Él se me queda viendo un momento, en sus ojos veo distintos sentimientos, desde tristeza hasta enojo y me preocupa su reacción.

—Bien, me casaré –dice serio—. Pero tengo una condición.

—¿Qué condición? –siento un nudo en el estómago.

—Dame una última noche contigo –mi boca se abre de la impresión frente a la decisión de su voz—. Olvídate de Miranda, de Zayn, de Manchester. Olvídate de todos excepto de nosotros, finjamos que solo somos tú y yo –traga saliva—. Aunque sea solo por esta noche.