in love with someone else ; harry styles ✔✔

soy louis.

Por fin es viernes y me gustaría poder estar emocionada de ir a Londres, pero simplemente no lo estoy.

Mamá una vez más intentó convencerme de que esto no era lo mejor, pero qué puedo hacer si mi consciencia me molesta una y otra vez para que cumpla esa estúpida e insignificante promesa, lo mejor será cumplirla y así librarme de ella, después de todo, Miranda volverá a olvidarme luego de que se case.

—¿Estarás bien? –Noah pregunta trayendo mi maleta pues insistió en acompañarme al aeropuerto.

—Sí, solo serán unas semanas y luego de eso –suelto un suspiro de alivio—. Adiós Miranda.

—Eso espero –se ríe.

—¿Ya pensaste en la condición? –pregunto mientras verifico que no haya olvidado ninguno de mis documentos.

—No, aún sigo sin saber que quiero de ti –alzo mi mirada hacia él y una vez más tiene las mejillas de un rojizo leve. Que tierno.

—No dejes de decírmelo cuando lo sepas –le doy una sonrisa y ambos alzamos la mirada tras el anuncio de mi vuelo, me despido con un abrazo y un beso en la mejilla para luego tomar mi maleta e iniciar mi marcha.

Tengo el presentimiento de que voy a arrepentirme de esto, pero ya no hay vuelta atrás.

Mientras busco mi asiento en el avión, recuerdo que no logré dar con un hotel que cumpliera mis exigencias básicas y que pudiera costear, en pocas palabras, estoy sin hogar.

No sé si sea capaz de decirle aquello a Miranda y ni hablar de su prometido, pues no tengo ningún tipo de confianza con él y hacerle responsable de algo así sería demasiado para una buena impresión.

No perderé mi dignidad frente a Miranda y si prometido.

Cuando doy con mi lugar, me dejo caer sobre el diminuto e incómodo asiento, no es como que yo sea muy alta, pero siendo justa y honesta, aquellos asientos son bastante estrechos entre ellos, no por nada son los más baratos que hay.

Me acomodo como puedo y extrañamente logro quedarme dormida luego del despegue.

...

Luego de una hora y media de viaje aproximadamente llegamos al aeropuerto de Londres, intento moverme pero tengo un dolor de espalda terrible y desiste de hacerlo por lo menos hasta que logre bajarme del avión.

Espero a que la enorme mujer que iba sentada junto a mí se aleje para finalmente retirarme y sentir como todos mis músculos duelen debido a la incomodidad.

Miranda tendrá que pagarme un día de spa.

Bajo a paso lento del vuelo, pensando solamente en que quiero dormir y descansar, pero que no tengo donde hacerlo.

Antes de que siquiera comience a lamentarme, decido enviarle un mensaje a Miranda para que sepa que ya he llegado y que quiero ya salir de este aeropuerto, solo quiero dormir un poco en una posición cómoda.

Ya estoy aquí. Te espero.

A. x

Tecleo en mi teléfono y luego bloqueo la pantalla para devolver el aparato al bolsillo de mi chaqueta, recibiendo un mensaje minutos después que me obligan a sacarlo de donde ya lo había puesto.

Preciosa, Harry pasará por ti. Estoy un poco ocupada ahora. Te veo en casa.

M. x

¿Cómo se supone que sabré quien es Harry? En mi vida lo he visto y me dice que vendrá por mí, si tanto quería que viniera, como mínimo debió venir ella misma ¿no?

— Agh, Miranda ­–gruño guardando una vez más mi teléfono y me apoyo sobre el borde de mi maleta esperando que por un milagro ese tal Harry logre identificarme y me saque de aquí.

Luego de quince minutos de recibir aquel mensaje de Miranda, siento que alguien toca mi hombro con su dedo y algo precipitada volteo encontrándome con un muchacho castaño y de ojos azules.

— ¿Eres Alice Clark? –pregunta algo inseguro y asiento.

—Tú debes ser Harry –mi ceño se frunce casi por instinto y le tiendo mi mano.

—Dios, no –se ríe el muchacho tomando mi mano—. Soy Louis, el padrino de la boda.

—Entonces te enviaron a buscarme...–comento cuando este suelta mi mano y toma mi maleta para que luego vayamos a la salida.

—Algo así, Harry está en el auto pues tuvo que tomar algunas llamadas y me pidió que viniera a buscarte –se encoge de hombros y luego caminamos a través del estacionamiento—. Tengo que admitir que me costó trabajo dar contigo, pues te imaginaba...diferente.

— ¿Diferente es un nuevo término para decir más bonita? –pregunto algo incómoda, tomando en cuenta que Miranda siempre fue la más linda según el mundo entero.

—No, claro que no –se apresura a decir—. Pero Miranda habló de una chica con lentes y aparatos.

—Debe haber olvidado que no nos vemos hace años, ella no sabía que me habían quitado los aparatos –me encojo de hombros cuando Louis hace algunas señas y la cajuela del auto frente a nosotros se abre automáticamente.

—Bueno, estoy seguro de que estará feliz de verte –me da una sonrisa amistosa y yo sonrío claramente incómoda—. Muy bien, arriba –cierra la cajuela y luego abre la puerta de la parte trasera para mí.

Usualmente no acostumbro a recibir este tipo de atención, me incómoda bastante pero no tengo ánimos de hacerme la difícil. Hoy no.

Al entrar en el auto, me encuentro con un muchacho de cabello rizado quien parece muy molesto con la conversación que está teniendo y ni siquiera se da el tiempo de mirarme, tampoco tengo la intención de que me vea pero por educación me merezco un saludo.

—Veo que tendremos que esperar un momento, hasta que termine de hablar –Louis se abrocha el cinturón de seguridad y luego voltea a verme—. ¿Cómo estuvo tu viaje?

—He tenido mejores –reconozco sintiendo como mis músculos aun están doloridos por el viaje—. Pero gracias por preguntar.

—No tienes que agradecer –sonríe una vez más y luego nos quedamos en silencio al ver como Harry tira su teléfono a un lado y pone el vehículo en marcha.

—¿Todo bien? –pregunta Louis a Harry.

—No, pero no importa –dice serio y luego alza la mirada para mirarme por el espejo retrovisor—. Hola, Alice.

—Hola –respondo y luego aparta su mirada una vez más.