dulce descanso.

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No sé que pasa, pero Harry y yo seguimos en camino a ningún lugar y no lo entiendo.

—¿Adónde vamos? –pregunto ya cansada.

—No lo sé –admite tomándose el labio inferior con los dedos sin dignarse a mirarme—. Estoy pensando que hacer contigo.

—Con que me dejes en el centro, me basta –comienzo a molestarme un poco.

—Por ningún motivo –dice estacionando su auto a un lado de la calle para luego tomar su teléfono.

—¿Qué haces? –mi voz suena mucho más a queja de lo que me hubiese gustado y Harry frunce el ceño sin responder, solo tecleando en su teléfono—. Harry.

—Espera un momento –dice antes de teclear una vez más y luego me mira dejando de lado su teléfono—. Ya tienes donde dormir.

—¿Ah sí? –alzo mis cejas sorprendida y asiente volviendo a ponerse en marcha.

Esta vez el viaje es más corto y nos detenemos en frente a un edificio con una linda fachada.

—Ya llegamos –dice el castaño antes de bajarse del carro dejándome a solas.

¿Dónde estamos?

—¿Vas a quedarte ahí toda la vida? –pregunta abriendo mi puerta antes de volver a la parte trasera del auto para tomar mi maleta de la cajuela, confundida desato el cinturón de seguridad y luego bajo del auto para volverme hacia él aún sin entender.

Mientras cierra la cajuela, doy un rápido vistazo a mi alrededor, toda la gente camina de aquí para allá sin descanso, pero aún así todos los edificios lucen perfectamente bellos y veo que Harry ha desaparecido de mi lado.

—Alice...–escucho detrás de mí y volteo para echar a correr detrás de él y entrar en aquel bello edificio.

Me siento bastante confundida y un poco nerviosa por esto.

—¿Dónde estamos? –pregunto cuando me veo obligada a entrar en el ascensor con él.

—Aquí está el apartamento de mi hermana, ella no estará aquí sino hasta el día de la boda y no tiene problema en que te quedes en su hogar –dice apoyado en uno de los muros del ascensor.

—Pero...esto no es necesario –digo algo incómoda con la situación, no esperaba nada de esto.

—A veces eres bastante irritante –Harry frunce el ceño y me quedo muda—. Pensé en llevarte a alguno de los hoteles de mis padres, pero no creo que te sientas cómoda ahí con el ir y venir de la gente.

No alcanzo a responder cuando la puerta del ascensor vuelve a abrirse y Harry me empuja al exterior, caminamos por el pasillo hasta la última puerta y este toma las llaves del bolsillo de su chaqueta para luego dejarme entrar.

Un apartamento que ni en mis mejores sueños hubiese podido imaginar, todo tiene un estilo completamente contemporáneo y puedo apostar a que cada uno de los objetos en esta casa cuesta más que mi apartamento completo.

—Que lindo –comento con un hilo en la voz y Harry camina directo hacia la ventana para abrir las cortinas dándome una perfecta vista de Londres y el Big Ben.

—Me alegro que te guste –voltea a verme otra vez—. Muy bien, tienes acceso a todo lo que quieras de la casa y si necesitas algo, no dudes en llamar a Miranda o si te sientes mejor, a mí.

—¿Por qué iba a llamarte a ti antes que a Miranda? –pregunto algo confundida y divertida por lo demás.

—Porque yo no te robé el novio –dice sin importarle nada.

—Miranda tampoco me robó el novio –ruedo los ojos.

—Como sea –hace un ademán con la mano—. Que tengas buena noche, descansa y nos vemos uno de estos días.

—De acuerdo –le doy una pequeña sonrisa mientras camina a la salida—. Gracias.

—No es nada –me guiña el ojo—. Oh, lo olvidaba –abre una gaveta del estante que hay junto a la puerta y me muestra un juego de llaves—. Son las que abren el apartamento, para que lo sepas.

—Estás bien.

—Entonces, adiós –vuelve a despedirse.

—Adiós –respondo impaciente por quedarme a solas y me siento aliviada cuando cierra la puerta detrás de él.

Cuando por fin estoy sola, me tomo la libertad de quitarme los zapatos, la chaqueta y la blusa, sintiéndome liberada.

—¡Al fin! –abro mis brazos para estirarme cuando siento la puerta abrirse detrás de mí.

—Maldición –escucho la voz de Harry y volteo para encontrarlo con una mano cubriendo sus ojos—. Lo siento, Alice.

—¿Qué haces aquí? –tomo mi camisa rápidamente para cubrirme un poco.

—Olvidé las llaves de carro y vine por ellas –continúa cubriéndose los ojos.

—¿Dónde las dejaste? –pregunto molesta.

—Ju-junto a la ventana –miro en esa dirección y las veo, rápidamente me dirijo hacia allí para tomarlas.

—Dame tu mano y no mires –ordeno seria y así lo hace, me muestra la palma de su mano derecha donde dejo las llaves y cierra el puño alrededor de éstas.

—Lo lamento mucho, yo...–comienza a disculparse.

—Olvídalo –digo sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza—. Pero la próxima vez podrías esperar a que yo te abra la puerta.

—Lo haré, lo siento –dice antes de irse por el pasillo hacia el ascensor y cierro la puerta.

Recojo mis prendas de ropa y mi maleta para luego dirigirme a la habitación, me encuentro con una cama enorme y que luce más que cómoda.

Agradezco mentalmente a Harry por esto sin olvidar el incidente recién ocurrido, mi rostro sigue rojo de la vergüenza y decido olvidar lo sucedido para ir a dormir.

Debo aprovechar de descansar lo más que pueda, ya que tengo más que claro que Miranda no me dará tiempo para descansar hasta el día de su boda.

in love with someone else ; harry styles ✔✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora