in love with someone else ; harry styles ✔✔

una condición.

Acepté y ya no hay vuelta atrás, ahora mismo estoy en mi cubículo pensando en una forma de poder ir a Londres sin tener que ser despedida, aunque las posibilidades no son muchas.

—Alice...–escucho la voz de Noah, mi compañero de oficina quien asoma su cabeza por detrás del cubículo—. ¿Todo bien?

—No, nada está bien –reconozco soltando un suspiro y dirijo mi mirada hacia él.

—¿Quieres hablar sobre eso? –sus ojos café intenta colarse dentro de mi mente pero no lo logra.

—¿No estás ocupado? –pregunto sin mucho ánimo.

—Siempre tengo tiempo para ti –me da una sonrisa amistosa y asiento levemente—. Vamos, dime que sucede –arrastra su silla hacia mi cubículo fijándose de que el señor Raynolds no vaya a vernos y luego se sienta junto a mí—. ¿Y bien?

—Tengo que viajar a Londres...

—¿Por qué? –frunce el ceño y apoya los codos sobre sus piernas.

—Una “amiga de la infancia” –ruedo mis ojos y hago las comillas con mis dedos—. Me pidió ser su dama de honor y acepté.

—No pareces muy feliz de querer ir –me mira esta vez arqueando una ceja.

—No lo estoy, pero no pude negarme y ahora estoy en problemas –suspiro.

—¿Qué problema tienes? –vuelve a fruncir el ceño.

—Tengo que trabajar –respondo como si fuera obvio—. Esta semana tengo un viaje a Holanda con un grupo de estudiantes...

—¿Cuánto tiempo? –Noah se recuesta sobre su silla y cruza los brazos sobre el pecho.

—Un mes –hago una mueca—. ¡No sé que hacer! –me tomo la cabeza frente a la desesperación—. Podría renunciar, pero no creo que la boda de Miranda merezca tanto sacrificio de mi parte.

—Claramente no lo hace –asegura Noah—. Estás de suerte, Alice.

—¿Tú crees? –pregunto con sarcasmo y asiente.

—Acaban de declinar un viaje a Austria que estaba a mi cargo y tengo el mes libre así que podría tomar el viaje a Holanda...–comienzo a emocionarme—. Pero con una condición.

—¿Qué condición? –entrecierro mis ojos.

—Aun no la decido –puedo ver que sus mejillas comienzan a tornarse de color rojo—. Pero en cuanto vuelvas de Londres, hablaremos sobre eso.

—Está bien –sonrío y movida por la emoción me lanzo a darle un abrazo el cual es correspondido acompañado de su risa grave.

Conocer a Noah ha sido de lo mejor, es un buen amigo, divertido y siempre está dispuesto a escucharme, no me cabe duda que ha de tener muchas chicas que le pretenden. Cualquier chica sería afortunada de tenerle a su lado.

—Okay, ya basta –me aleja con cuidado—. Tengo que volver a trabajar, envíame los formularios y el correo electrónico de la escuela para informar del cambio, además deberás hablar con Raynolds para explicarle.

—Lo sé –vuelvo a hacer una mueca—. Pero antes buscaré mi boleto para ir a Londres.

—¿Clase turista? –pregunta Noah divertido.

—Es la única que puedo pagar por ahora –me río.

Amo trabajar en turismo, pero lamentablemente en esta agencia no gano lo suficiente como para ser independiente y además darme el lujo de viaja de aquí para allá, pues el departamento que poseo me costó bastante dinero y ni hablar de los muebles, continúo pagando algunos de ellos además de las cuentas de suministros básicos, ha sido bastante difícil. Pero yo quería ser independiente y me haré cargo.

Mientras busco mi boleto en internet, comienzo a pensar en que ni siquiera sé donde voy a quedarme al llegar a Londres, es decir, no sé si mi salario me permita pagar un hotel por dos meses, no aspiro a un hotel de cinco estrellas pero como mínimo quiero un lugar decente donde poder descansar luego de los largos días junto a Miranda y su prometido.

Luego de conseguir un boleto a un precio relativamente razonable, comienzo a buscar hoteles donde hospedarme en Londres cuando mi teléfono suena.

—Buenos días, habla Alice Clark –saludo como de costumbre en mi horario de trabajo—. ¿En qué puedo ayudarle?

—Buenos días, soy Harry Styles –responde un hombre de voz grave y profunda del otro lado—. Me alegro de poder contactarte, soy el prometido de Miranda.

—Oh, ¿en qué puedo ayudarte? –pregunto confundida y Noah se asoma desde su cubículo.

—Solo llamaba porque Miranda me pidió verificar que vendrás este vienes a Londres, para que pasemos a recogerte y llevarte al hotel –dice algo precipitado.

—Ah, sobre eso –comienzo a jugar con los mechones de cabello que no alcanzan a quedarse detrás de mi hombro—. Sí, saldré el mismo viernes y apenas llegue a Londres le enviaré un mensaje a Miranda.

—Perfecto –dice antes de aclararse la garganta—. Creo que eso es todo, que tengas buen día.

—También tú –respondo con la mirada de Noah aún sobre mí y luego el tal Harry cuelga.

—¿Todo bien? –mi compañero habla mientras dejo mi teléfono sobre mi escritorio otra vez.

—Sí, era solo el prometido de Miranda preguntando si iré a Londres –respondo desinteresada.

—Ah, okay –me da una sonrisa antes de volver a su cubículo y luego de largos minutos me decido a hablar con Raynolds.

—Voy con Raynolds –anuncio levantándome de mi silla y estiro mi vestido con las manos.

—Suerte –dice Noah a mi espalda.

—Gracias –camino decidida hacia la oficina de mi jefe y me detengo unos minutos frente a su puerta pensando en que voy a decirle para que no me despida, pero nada viene a mi mente y justo segundos antes de que logre golpear la puerta esta se abre mostrándome a mi imponente jefe.

—Clark –se sorprende.

—Señor Raynolds –digo algo nerviosa—. ¿Me permite un poquito de su tiempo?

—Por supuesto, adelante –dice dándole un vistazo a su reloj—. ¿Qué se te ofrece?

—Es sobre un viaje que debo hacer durante dos meses –anuncio nerviosa.

—Ninguno de nuestros viajes dura tanto –dice confundido y frunce el ceño.

—Ya lo sé, me refiero a un viaje personal. Una amiga va a casarse y...

—Quiere autorización para salir sin que la despida –dice mirándome directamente mientras juego con mis dedos más que nerviosa—. Un mes.

—Señor, necesito que sean dos –digo en voz apenas audible.

—Perfecto, puede ir dos meses pero solo voy a pagarle uno.

Me gustaría poder rebatirle aquello, pero es eso o ser despedida.

—Está bien, muchas gracias señor –le doy una sonrisa y termina por irse de su oficina dejándome ahí sola. Uf, lo logré.