nuestro secreto.

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Luego de que Louis se fuera, Miranda insistió en alimentarme, no tuve de otra que aceptar mientras ella batía la lengua una y otra vez contando todas aquellas historias de las que fuimos partícipes ella y yo.

Ninguna de ellas me hace orgullosa, ni siquiera en las que yo terminaba siendo las mejor chica del mundo, la más buena y una total inadaptada social.

—Creo que ya estuvo bueno de historias –comento al finalizar la comida y suelto un bostezo involuntario.

—Estás cansada –comenta Miranda mientras Harry le acaricia el cabello—. Creo que deberías ir a tu hotel.

—También lo creo –añade Harry—. Si quieres puedo dejarte allí, tengo que ir por mi madre...

—No te preocupes, puedo tomar un taxi –me levanto de mi silla.

—No seas terca, Alice –la rubia dice sin despegarme la mirada—. A Harry no le cuesta nada, por favor.

—No quiero ser una molestia –hago una mueca.

Los amigos de Miranda son mis amigos, no será ninguna nolestiaasegura Harry y toma sus llaves antes de besar los labios de Miranda—. Vamos, te llevaré a tu hotel.

—Está bien –respondo derrotada, me despido de Miranda antes de seguir a Harry hacia la salida.

¿Qué se supone que haga ahora?

—Te veo mañana, manzanita –dice Miranda desde la puerta mientras yo solo me volteo un poco y me despido con la mano.

No tengo muy claro si ir en la cabina trasera o sentarme en el asiento del copiloto y me siento estúpida por ello.

—No me gusta ir solo adelante –asegura Harry como si me hubiese leído la mente y algo aturdida abro la puerta del copiloto—. Volveré en un rato –le lanza un beso a Miranda mientras me meto en el auto.

—Vayan con cuidado –dice esta sonriendo en dirección hacia acá.

—Lo haremos –asegura Harry antes de meterse en el auto también—. Cinturón –dice apenas cierra su puerta y ambos nos lo abrochamos antes de salir de aquella bella casa.

Estoy un poco incómoda con esto, hubiese preferido que Miranda viniera con nosotros para que así conversaran de cosas con no me interesan pero que aún así me molestaría en responder y comentar.

—Hm...Alice –la voz de Harry me saca de mi trance.

—Dime –respondo sin siquiera mirarle, solo viendo el camino frente a nosotros.

—¿Dónde está tu hotel?

—Oh...–genial. ¿Ahora que digo?—. Está en...en el centro.

—¿Cómo se llama? –esta vez cierro mis ojos intentando recordar los hoteles que reservamos para aquellas personas que vienen a Londres y no se me viene ninguno a la mente, si Noah estuviera aquí, probablemente recordaría hasta el menú del hotel. Pero él no está aquí—. ¿Y bien? –esta vez me da un rápido vistazo antes de devolver sus ojos al camino.

—Este yo...–suspiro derrotada. No sirvo para mentir—. No me preocupé de buscar un hotel y la verdad es que no tengo dinero suficiente para pagar un hotel por dos meses –reconozco incómoda y siento la necesidad de escupir todo lo que está en mi mente en este momento—. Porque mi jefe me recortó el salario y sólo me pagará un mes aquí, por lo que probablemente terminaré un mes durmiendo en la calle y solo por venir a acompañar a Miranda.

—Oh –es todo lo que dice—. Debiste decirnos.

—No tengo tanta confianza con Miranda ni contigo como para decirles algo así –apoyo la cabeza en el cristal de la ventana junto a mí—. No quería que lo supieran.

—¿No tienes confianza con Miranda? –pregunta y por el rabillo del ojo veo que está mirándome y niego con la cabeza—. ¿Por qué estás aquí entonces?

—Porque...hice una promesa cuando niña y soy demasiado responsable con lo que prometo –suspiro mientras él sigue conduciendo, no sé a donde vamos y puedo apostar a que ni siquiera él lo sabe—. De hecho, me cuestioné mucho mi decisión de venir pues todos me decían que Miranda no se merecía mi lealtad.

—Sí, también lo creo –suelta sorprendiéndome—. De hecho, me parece bastante noble de tu parte que a pesar de lo que Miranda hizo, estés aquí.

—¿Lo sabes? –esta vez si me vuelvo a mirarlo y él sonríe mirando el camino frente a nosotros mientras siente.

—Digamos que Miranda cuando está alcoholizada se convierte en un libro abierto –comenta divertido—. Tomando en cuenta eso, me decidí a llamarte.

—Dijiste que lo hiciste a petición de Miranda –arqueo una ceja.

—Talvez mentí –se encoge levemente de hombros—. Estaba preocupado de que no quisieras venir, pues Miranda estaba muy entusiasmada y no me hubiese gustado verla triste.

—Ibas a insistir –aparto la mirada de él una vez más.

—Pagar si hubiese sido necesario –admite y la sonrisa en sus labios desaparece.

—No creo que sea lindo comprarle amigos a tu prometida –comento algo incómoda.

Debí suponerlo, él al igual que Miranda creen que las personas son simples objetos que se pueden comprar.

—Haría lo que fuera por ella –su voz suena más grave que antes—. ¿Acaso tú nunca has estado enamorada y dispuesta a hacer lo que fuera por una persona?

—No –admito—. No soy tan estúpida.

—¿Nunca te has enamorado? –esta vez me mira otra vez y hago lo mismo encontrándome con sus ojos sintiéndome algo intimidada y trago saliva.

—Una vez –admito y suelto un suspiro—. Nunca le dije a nadie y tiempo después Miranda estaba saliendo con él –sus cejas se levantan de la impresión antes de volver sus ojos al camino. Creo que ese fue el fin de la conversación.

—Eso hace aún más valorable lo que estás haciendo por Miranda, definitivamente ya tienes ganado un lugar en el cielo.

—No quiero un lugar en el cielo, quiero solamente cumplir mi palabra...–vuelvo a apoyar la cabeza en el cristal de la ventana dando por terminada nuestra interacción.

in love with someone else ; harry styles ✔✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora