in love with someone else ; harry styles ✔✔

ángel guardián.

Ha pasado ya bastante esto desde que Zayn y Louis se fueron, pero no solo ellos desaparecieron, sino que también Miranda y Chelsea, lo que está haciendo que me preocupe, Harry tampoco está.

—¿Dónde están todos? –levanto la voz para hablar por encima de la música.

—No lo sé, también estoy empezando a preocuparme –admite ella mirando alrededor cuando siento el peso de alguien caer sobre mis hombros.

—Miranda...–la voz grave y alcoholizada de Harry golpean mi oreja—. ¿Dónde está Miranda?

—Yo, no lo sé –lo sostengo con fuerza para que no caiga y Louis aparece con el ceño fruncido.

—Eleanor, nos vamos –dice este tomamos la mano de su novia.

—Pero...–intenta excusarse la castaña.

—Por favor, Ele –él habla serio y Eleanor termina por ceder, se despide con la mano y ambos se van dejándome a solas con Harry. Maldición.

—Miranda...–dice con voz llorosa y decido salir de la pista de baile con él, lo llevo hasta la barra y le ayudo a sentarse en una de las sillas buscando a Miranda con la mirada.

A lo lejos veo a Chelsea conversar con un muchacho y decido ir a preguntarle, no sin antes asegurarme de que nada vaya a sucederle a Harry durante mi ausencia.

Camino hasta donde está y le toco el hombro.

—¿Dónde está Miranda? Harry quiere hablar con ella –grito una vez más.

—No lo sé, hace un rato que no la veo –dice ella sin mucha importancia.

—Okay, gracias –respondo antes de alejarme y echar un vistazo rápido alrededor sin ver a Miranda por ningún lado, tal vez ella fue a casa.

Vuelvo hacia donde estaba Harry quién está vez está apoyado sobre uno de sus brazos lamentándose por algo que no logro oír.

—No la encuentro, pero creo que te llevaré a casa –lo abrazo por el costado y le obligó a pasar uno de sus brazos por encima de los hombros para salir de la fiesta.

Agradezco que no emita ningún comentario y hago parar un taxi, le ayudo a subir y luego lo hago yo.

—Muy bien, Harry –le hablo para que se mantenga despierto pues ha empezado a cerrar sus ojos—. ¿Dónde vives?

Él no dice mucho, solo me tiende su teléfono y encuentro su dirección en una de las notas, lo que me hace pensar que esto le ha pasado más de una vez.

El taxista conduce hasta aquella dirección y me ayuda a bajar al ojiverde el carro, luego me acerco a la puerta golpeando con fuerza esperando que Miranda abra y eso no pasa.

Luego de cuarenta y cinco minutos recuerdo la casa de los padres de Harry y una vez más me veo en la obligación de hacer parar un taxi, le doy la respectiva dirección y cuando estacionamiento afuera Harry parece recobrar el sentido.

—No quiero molestar a mis padres, mira la hora que es –señala el reloj del auto.

Faltan veinte minutos para las cuatro y estamos aquí.

—¿Qué quieres que haga entonces?

—Llévame contigo –las palabras se enredan en su lengua.

—Pero, Miranda...

—A Miranda le importo una mierda –gruñe y decido hacerle caso, después de todo es el apartamento de su hermana.

Luego de pagarle al taxista por viajar de tan lejos hasta aquí, me las ingenio para llevar a Harry hasta aquel alto piso, entrar en el ascensor no fue fácil y ni hablar de mantenerlo en pie, pero aún en este deplorable estado el luce como un sueño hecho realidad.

Al entrar al apartamento, rápidamente nos quitamos los zapatos y le ayudo a sentarse en el sofá, voy en busca de un vaso de agua para él y luego me quitó las alas.

—¿Te sientes mejor? –pregunto luego de que ha bebido el agua.

—No –responde mirando un punto fijo—. Sé que Gemma guarda alcohol en algún lugar de este apartamento.

—Ya bebiste suficiente.

—Nunca es suficiente, Alice –me mira serio y se levanta del sofá para tomar una botella de ron de uno de los muebles de su hermana y dos vasos—. Ven, vamos a beber.

—Yo ya bebí bastante –me cruzo de brazos.

—¿Sientes ganas de reír? –pregunta divertido.

—No.

—Entonces no has bebido lo suficiente, vamos –me tiende un vaso lleno—. No seas aguafiestas.

—Solo uno –recibo el trago y lo bebo al instante terminando con una fea cara de mi parte.

—¿Cómo estuvo eso? –Harry se ríe antes de beber del suyo.

—Bien –me río.

Ya había bebido una cantidad decente o razonable de alcohol, estaba justo en el medio: lo suficientemente sobria como para ser consciente de lo que hago y lo suficientemente borracha como para pasarla en grande, pero gracias a esto estaba perdiendo mi racionalidad, ya no sé que estoy haciendo.

—Creo que deberíamos irnos a dormir –bostezo.

—También lo creo –dice este caminando directo hacia la habitación, ni siquiera se tomó el tiempo de encender la luz, solo se lanzó sobre la cama y luego de eso perdió el conocimiento.

Me gustaría poder pelear con él y decirle que se vaya de la cama, pero no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo.

Decido recostarme junto a él sin que nuestros cuerpos rocen en lo más mínimo y me quedo dormida profundamente.

No sé si se deba a la bebida o no, pero como nunca estoy soñando.

Es como si estuviera continuando la situación de hace un momento, solo que yo sé que en realidad estoy muy lejos de estar cerca de Harry.

Un escalofrío recorre mi espalda y mi único abrigo aquí, podrían ser los brazos de Harry, pienso un momento en que hacer y termino por arriesgarme, después de todo es mí imaginación, nadie se enterará de esto.

—Abrázame, Harry –me acerco un poco a él—. Tengo frío.

—Estás muy lejos –gruñe acercándose y luego me rodea con su brazo, efectivamente en su cuerpo hay mucha calidad y volteo ocultando mí rostro en su pecho, mientras el acaricia mi espalda con su enorme mano.

Estoy tentada, siento su respiración sobre mi cabello y ya estoy deseando tenerla sobre mis labios.

—Alice...–su voz grave suena aterciopelada y alzo la cabeza aún cuando no puedo ver nada en la oscuridad—. Creo que me gustas.

—Tú también me gustas –admito y luego de eso siento como mis labios se humedecen con los suyos, lástima que esto solo es un sueño.

Puedo apostar a que en la vida real estoy babeando.

Luego de una larga tanda de besos, vuelvo a ocultarme en su pecho para volver a dormir, no tengo interés en tener sueños eróticos con el muchacho que duerme junto a mí y mí cerebro lo sabe.