Los Bennett

Capítulo 27 - Final

-¿Aun vas a negar que sientes algo por él?

-¡Cállate Ben! ¡Jordan reacciona! - aun no reaccionaba.

-¿Sabe? Lo miras a él como solías mirarme a mí, de la mismas ¡Maldita forma!

-¡Jordan! – sus ojos comenzaron a moverse aun cerrados y su ceño se frunció ligeramente - ¿Jordan?

-¿Alex? ¿Eres tú? – se quedó en silencio al terminar – No, no puedes ser Alex, ella murió hace una semana. Ella solo, Mierda.

-No, Jordan no morí. Soy yo Alex, abre los ojos. Estoy aquí.

-Super encuentro de enamorados, si hubiera sabido que este idiota se lo había creído todo sin dudar, le hubiera dicho a Vanessa que no necesitábamos esa estúpida competencia. Solo hubieras ganado y tu serias mía. – Ben se acerca a Jordan y lo patea cuando finalmente abre los ojos – Vamos bello durmiente ¿Piensas quedarte en el suelo? Así me harás las cosas más fáciles.

-¡Cállate y lárgate Marshall! 

-¿Quién es? – pregunto Jordan.

-Nadie

-Soy Ben, un gusto. – dijo al mismo tiempo que yo.

Le lance una mirada amenazadora, este idiota complicaría mi vida siempre. Si apenas podía tolerar estar cercas de él, ahora quería que Jordan se les uniera a mis hermanos para intentar matarlo.

-¿Tu no aprecias tu vida? – inquirí

-Absolutamente, bombón. – puse los ojos en blanco – Estoy seguro de que ya te contaron cosas sobre mí, espero que no sean malas ¿Verdad Alex?

-Completamente – lo mataría yo – Ahora largo.

-Hasta luego, competencia.

Y finalmente se alejó por uno de los pasillos que tenía la casa, mire a Jordan aun tirado en el piso de la entrada. Me puse en pie.

-¿Puedes ponerte en pie o necesitas ayuda? – el me miro confundido.

-¿Es Ben? – pregunto una vez ya de pie frente a mi .- ¿El Ben de Londres? ¿El idiota?

-¡Maravilloso! Te golpearon, te trajeron aquí a la fuerza, te despiertas en el suelo de una casa que no conoces, te enteras de que no morí. ¿Y lo que te impresiona es si es el Ben del que te hable? – lleve mis manos a mi cabello - ¿Qué mierda pasa por tu cabeza?

De la nada el me envolvióen un abrazo, paso sus brazos alrededor de mi cintura y me acerco a él, tantocomo le fue posible. Le devolví el abrazo, porque soy mujer y un chico extremadamente guapo esta abrazándome tan emotivamente. Y porque puede que también sienta algo por él, pero jamás le daría el gusto a Ben de aceptarlo.

-¿Ya me puedes soltar? ¡Me asfixias! – cuando me soltó dejo un beso en mi frente ¡, me paralice y el comenzó a reír como un maniaco.

-¡Oh dios! Pedí durante una larga semana que nada de lo que decían fuera cierto. ¡Oh dios!

-Lamento interrumpir su emoción, pero, necesito presentarme. Soy Vanessa Bennett, la madre de Alexandra.

¡A la mierda!

(...)

Conocen esa sensación cuando todo se está yendo mucho al carajo, pero no puedes detenerlo o hacer nada al respecto, bueno por eso está pasando justo frente a mis ojos.

La cara de Jordan ha pasado por diferentes etapas, escepticismo, incredulidad, enojo, indignación y confusión.

-Lo único que necesito de ti, es que ganes la carrera junto a Alex y después habrá una mini competencia. – lo único que puedo hacer es mirar a Jordan – Y si ganas Alexandra y todo mi imperio serán tuyos.

-¿Por qué haría algo como eso?

-Porque, te he vigilado desde de que Alex llego a este lugar y mucho antes que ella supiera tu nombre tú ya la mirabas. – mis manos están sudando – Así que niño, no me vengas con juegos, sé que quieres a mi hija.

(...)

No queda mucho que recordar o rememorar de los días siguientes. Fueron ni de cerca los días más felices que creí si algún día cabía la posibilidad de que mama volviera.

Mi mundo solo se detuvo, actué por inercia, en lo único que mi mente algo retorcida podía pensar era en que Vanessa había dañado a Richard en más de un ocasión y en más de una forma.

La carrera, la grande; la gran competencia que se supondría seria mi regreso glorioso paso como un borrón frente a mis ojos.

En un principio aun con la amenaza de Vanessa sobre mis hombros pensé muy segura que perdería la carrera a como diera lugar, hasta lo había comentado con Jordan. El a pesar de no estar muy seguro, accedió y dijo que cualquier cosa que decidiera estaba bien para él.

Y por esa misma razón de que él tenía una familia a la cual mantener y cuidar, decidí que era mucho más importante que siguiera vivo y tal vez alejado de esto.

En la última vuelta gane la carrera y me corone como la campeona. Intente persuadir a Jordan de que no participara en la estupidez que había creado mi supuesta madre. No pude. Con la frente en alto me dejo hablando sola intentado persuadirle.

No entre a ver la competencia de esas tres bestias en la semi-pista que habían creado en medio de un prado de árboles. 

Solo reaccione cuando sacaron a uno de ellos inconsciente y corrí en esa dirección, Ethan y Cameron me detuvieron y su mueca me lo dijo todo. La persona inconsciente no era Jordan, era Ben y no solo esta inconsciente. Estaba muerto.

No pregunte como había sucedido todo, no me interesaba nada en ese momento. Solo ese retorcido plan que tenía en mente y que no hacía que nada más tuviera importancia hasta tener completado todo.

-¿Y Jordan? 

Fue lo único que pregunte en su lugar, los gemelos me miraron con diversión brillando en sus pupilas marrones.

Era también la única respuesta que necesitaba para saber que Jordan estaba bien, que había superado el maldito reto de Vanessa y que todo sería mucho mejor de lo que me había imaginado.

Recuerdo caminar en dirección de Vanessa y sonreírle sínicamente. Ella me regreso el gesto y una palmadita en mi hombro.

Después de eso me dejo a solas con Jordan y lo único que pude hacer al verle bajar de su motocicleta todo lleno de tierra y quitando su casco, dejando a la vista esos impresionantes ojos azules con diferentes tonalidades que me regresaban la mirada, fue correr en su dirección, rodear su cuello con mis abrazos, atráelo a mi cuerpo y besarlo.

Besarlo como hacía meses atrás quería besarlo, dejando que el beso le dijera todo lo que en palabras no podía poner, no aun. 

Cuando se separa de mí para tomar aire, sus ojos brillaban. Y la sonrisa tonta en sus labios, labios hinchados y rojos que acababa de besar. Me decían que jamás se olvidaría de esto.

-¿Por qué fue el beso?

El agarre que tenía en mi cintura se intensifico.   

 -Por ser un idiota que no sabe cuándo dejar nada.

La sonrisa en sus labios se expandió y me beso de nuevo.