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Subimos a las casas rodantes separados por grupos, cada casa tenía cinco camas partieron siete autos; éramos treinta y cinco, sin contar a Juan que siempre viajaba solo en una camioneta un poco más pequeña y algunos bebes que aún dormían con sus madres en total podíamos ser no más de cuarenta.

Viajábamos sin rumbo alguno hasta que paramos para tomar provisiones en un viejo motel, pasamos cuarto por cuarto tomando cosas valiosas y evitando a los caminantes, en un cuarto al final del pasillo las luces parpadeaban, algo que no podía explicar me atrajo a él, camine sin voluntad hasta llegar a la puerta tome el pomo y abrí, una anciana tejía sentada en una mecedora cantando viejas canciones que nunca había escuchado.

—Sabia que vendrías hija, es el momento, todo paso como debía pasar la profecía está a punto de cumplirse pero necesito que me ayudes tienes que poner de tu parte.

Estaba en trance, mi cabeza daba vueltas y mi cuerpo perdía fuerzas mi mente se sumía en recuerdos, todo lo que había pasado en estos ocho meses se refrescaba en mi cabeza.

—Sí Harry, te ayudare con la tarea —dije con ese aspecto de tonta enamorada que solía tener cuando Harry estaba presente.

— Por eso eres mi nerd favorita —dijo él en tono de burla dando unas palmadas en mi rostro y riendo con todo su grupo de huecos.

—Adiós Bells —Dijo uno de los amigos de Harry, Zayn.

—Adiós Zayn —Sonreí — ¡Adiós Harry, nos vemos pronto! —Grite pero él no respondió.

—Vamos Isabella, deberías  tener un poco de respeto por ti misma y ya dejar de humillarte por ese tonto egoísta.

—Mica, tú no hables ni siquiera sabes que es enamorarse y nunca lo sabrás solo míranos somos feas, las sabelotodo de todo el lugar.

—No somos feas, Bella somos hermosas.

—  ¿Hermosas? ¿Enserio no nos has visto? Solo lo dices para darnos ánimos.

Mi mente pasaba por recuerdos absurdos como mi amor ingenuo e incondicional por Harry , por memorias que ya había dejado en el pasado como los insultos que Steve lanzaba contra mica llevándola al punto de odiarse a sí misma, el rencor que sentía conmigo misma por no haberle brindado un par de palabras de afecto, algo que subiera su autoestima, en lugar de eso sólo la quebré más, aunque todo esto en mi nueva vida ya no tenían espacio.

—¿Mica?, ¿Mica estas aquí?

—¿Que ocurre Bells? —Pregunto Zayn.

—De nuevo el tonto de Steve, la llamo "la gorda nerd" y como si fuera poco mostró sus marcas a todo el salón.

—Así que es cierto, se lastimaba —afirmo un poco consternado, asentí.

—No es momento, Zayn por favor ayúdame a encontrarla.

—Lo haré —caminamos por todos los pasillos por los baños por los salones pero no la encontrábamos —  ¿alguna idea de donde pueda estar?

—Claro como no lo pensé, en la terraza junto al baño hay un pequeño cuarto, es el último lugar al que iría —corrimos me sentía con ilusiones tal vez podía estar ahí, yo podía ayudarla a que no estuviera tan triste, comer un helado, contarle un chiste.

—¿Mica? —dije al abrir la puerta —¡Mica! — grite, no podía creerlo, esto no podía estar pasado.

La Profecía |Zayn Malik|en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora