Capítulo 18: Alix

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Llego a casa.

- Hola mamá.- digo entrando a la casa - ya llegué.

- Hola hija - dijo mi mamá mientras yo subía a mi habitación - quédate un momento.

- Mamá ¿Podemos hablar mañana? Estoy muy cansada ¿Sí?- dije mientras bajaba 2 escalones. Tenía toda la intención de no hablar porque sé que si lo hago, hablaré de Cipriano y eso es una mala idea.

- Álex...- escucho la voz de alguien a quien odio, solo hay una persona que me llama así.

- Mi nombre es Alix no Álex - respondo con desagrado.

- Sabes bien que mi deseo siempre fue que te llamaras Álex, pero tú madre dice que es nombre de niño. Antes te gustaba.- dice mi padre saliendo de la cocina, me abraza y besa mi mejilla, su beso y abrazo manda escalofríos desagradables por todo mí cuerpo y siento como sí algo asqueroso estuviera tocándome, quiero safarme pero no lo hago, solo me quedo parada ahí.- ¡Abrázame!- dice firme, como tratando de intimidarme, eso solo hace que me sienta enferma y molesta.

- Aunque no me nazca dártelo... ¿Aún así lo quieres? - digo sin una pizca de remordimiento en mis palabras, he tenido un largo día y ésto era la última cosa que me faltaba.

- Sí - contesta, pero a pesar de su respuesta no lo hago - hija, sigues siendo mi hija a pesar de todo.

- Espero que recuerdes tú posición y la mía - estoy harta de éste estúpido chantaje, sé que dice algo sobre el cariño de padre e hija, pero no me tomo la molestia en escuchar y cuando termino solo asentí con la cabeza.

Vuelvo a mí habitación. Escucho voces sobre que mí mamá se pone contra este hombre desagradable, ella no le contesta, hemos llegado al punto en que lo que el nos diga nos importa muy poco. Pasan las 5:00 am y han acabado la discusión, me baño rápidamente y me parece que aunque todo acabó no podré dormir.

Me cambio a unos jeans negros y una blusa roja con una sudadera negra. Salgo de mi casa en silencio, sé que es muy temprano para ir a trabajar, pero al menos podré ver la televisión tranquilamente en el Walmart y calmarme. Hay mucha gente en el puente y van tan despacio que es desesperante, decido cruzar por abajo. Tengo frío, hambre también, ahora que recuerdo no cené anoche y tampoco desayuné hoy y con sus constantes discusiones no puedo dormir. Estoy cansada, asqueada y enferma, en realidad, empieza a dolerme la cabeza.

Mis ojos quieren cerrarse pero los obligó a mantenerse abiertos, veo  que puedo cruzar y voy hacia el borde pero... Me da un fuerte punzón en la cabeza y... No puedo permanecer despierta más tiempo. Todo se va oscureciendo.

- ¡Alix!,¡Alix!,¡Alix!- escucho a alguien desesperado pero muy lejano, es una voz familiar y reconfortante ¿Quién es? No puedo abrir mis ojos, me siento mareada, trato de poner mis piernas firmes pero no puedo, me duele la rodilla, probablemente estoy tirada, no tengo fuerzas.

- ¿Está bien?- pregunta otra voz... Es un hombre.

- Revisa que respire.- dice ahora una voz dulce... Una mujer.

Escucho un poco más claro, más cercano, pero son tantas veces que no las comprendo, solo escucho claramente la voz familiar, alguien me sujeta por detrás del diafragma.

- ¿Quieres sentarte?- dijo la voz familiar, me sentarón y por fin pude abrir mis ojos, la calidez en mi espalda y diafragma se ha ido pero siento una pequeña brisa en mí rostro, veo detrás mío y veo 2 ojos negros que absorben pero... Todo se vuelve negro junto con ellos otra vez.

Veo árboles pasar.

Estoy acostada pero no sé en donde.

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