Capítulo 60: Alix.

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- Ya te dije que nadie es perfecto, todos cometemos errores... - dijo estúpidamente.

Recuerdo que tuvimos una discusión parecida hace ya tiempo.

En ese tiempo él estaba extraño, había días en los que yo era su princesa y otros en los que era una basura.

Cuando nos enteramos, por un error que cometió, que engañaba a mi madre, mi mamá intentó arreglar las cosas, se suponía que se separarían en un principio pero prefirió intentarlo otra vez.

Después encontramos mensajes eróticos en su teléfono, y resultó que eran para una persona que me había llevado a conocer hacía apenas un mes, con la excusa de que era un cliente “ especial ” y tenía una hija con la que podía hacer amistad.

La chica y yo nos llevamos bien por eso salimos a comprar algunas cosas para después ver una película cuando estábamos a punto de entrar escuchamos ruidos extraños provenientes de dentro en la sala.

Me di cuenta de que habían cerrado las cortinas. La chica no abrió la puerta.

“ - ¿Qué pasa? - dije al notar que ella no abría la puerta.

- ¿Sabes? Se me ha olvidado un refresco para las papitas. ¿Puedes acompañarme a por él? - dijo con un tono muy poco seguro.

- ¿Eh? Claro. - dije olvidándome completamente de el hecho de lo que seguramente podía haber estado pasando dentro. ”

Fui una total idiota, lo ayudé a engañar a mi mamá.

Si no lo hubiese acompañado.

Si hubiese entrado a la casa.

Cuando me enteré que él engañó a mi mamá empecé a tener una actitud diferente hacia él. Pero comencé a odiarlo cuando supe de lo que me había hecho hacer.

Dejó de darme dinero para mis estudios, los gastos de la casa también y pronto me convertí en una rebelde por pedir por las necesidades básicas y según él ser una irrespetuosa por no tener el mismo cariño de antes.

Sus abrazos causaban un escalofrío horrible que azotaba contra mi cuerpo. Sus besos en mi mejilla causaban harjadas. Y el hecho de que él llegara a casa era algo molesto. Y el que me llamara por el antiguo apodo que solía tener por el hecho de que él me llamara diferente... Ya no podía ser.

Hasta que mis padres se separaron y estaban en proceso de divorcio no era nada lindo pasar el tiempo que pasan en casa pero tampoco tenía la energía de salir.

La última vez que hable con el discutimos exactamente por lo mismo.

“ Él es el humano imperfecto que como yo y todo el mundo comete errores ”. Esa es su excusa.

Pero hay una gran diferencia entre cometer un error a ser un reverendo imbécil.

- ¡Vamos a casa, ahora! - dijo sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué? - digo sorprendida.

- Sí, ve empaca tus cosas y metelas al auto.

- No, - dije poniendo más distancia entre nosotros. - no me iré.

- Aún eres menor de edad y ahora soy tu tutor legal.

- No, dije que no. No todo va a ser como tú quieres. - digo totalmente molesta.

- Pues yo seré tu padre no importa si te gusta o no. Es algo que no tiene remedio. Obedece. - dijo tomando su teléfono para hacer una llamada.

- No me voy a ir a vivir con un maldito ególatra que seguramente me dejara viviendo a mi suerte cuando yo tenga la mayoría de edad.

- ¡Respeta a tú padre! Sabes que yo jamás haría eso, Cariño.

- ¡No me llames “ cariño ”!. - dije antes de salir corriendo con todas mis fuerzas.

Detrás de mí pude escuchar uno que otro “ Alex ” pero no me importó, llegué hasta la casa de Jev y cerré la puerta. No me alcanzó ya que no toco la puerta

Me fui resbalando hasta llegar al suelo, las lágrimas amenazan por salir. Pero no las dejo, no le daré el gusto, de ninguna manera.

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