Restart

Capítulo 22: Alix

Me alegré de que llamarán a mi trabajo para decir sobre mi ausencia. Para mi sorpresa al parecer todos se preocuparon, me preguntaron incesantemente por como estaba y como me sentía. Yo me sentía mucho más fresca ya que pude dormir bien en la casa de Cipriano, me dieron el mejor festín que pude haber probado gracias a la deliciosa comida de la Sra Sky. Y cuando ya me sentí mucho mejor nos llevaron a casa.

Después de todo el alboroto por mí primera falta al trabajo en 2 años tuve otra sorpresa, mi compañera de turno Sam, había renunciado por “ circunstancias personales ”, es gracioso porque un bebé es llamado de esa manera para no sufrir vergüenza. Así que ahora la farmacia buscaba un reemplazo, hasta entonces yo cubriría el turno sola y un poco más, me beneficia porque son el pago de horas extras pero lo malo es que ya no me da tiempo de ir a rentar películas y series. En fin.

Todos los días son lo mismo, durante la mañana nada, en la hora de comer, mucho, niños Buscando medicina sin tener enfermedad y oficinistas buscando analgésicos para la espalda, hombros y cabeza. A las 8:30 pm llegó un chico con ropas negras... Cipriano, sonriendo lobunamente hacia mi.

- Hola - dijo dándole la vuelta a su gorra de béisbol e inclinándose en el mostrador.

- Hola ¿En qué puedo servirle señor? - dije las típicas líneas de alguien que atiende a un cliente con algo de molestia.

- En muchas cosas - Cipriano lo dijo en un tono que me hizo pensar que no eran las medicinas. El calor se expandió por mí rostro. El sonrió con la suficiencia de saber que me había avergonzado - pero no vine por eso. Tú mamá me dijo que viniste a trabajar a pesar de no estar bien del todo.

- No puedo darme el lujo de faltar tan seguido.

- Ya veo y ¿Ese cartel? - dijo señalando hacia atrás.

- Eso... - mi jefe estaba colocando un anuncio de que se buscaba un empleado. - un anuncio de trabajo por lo que ves. ¿Vas a comprar algo no?

- ¿A qué hora sales? - Cipriano ignoró mi molestia.

- Me falta mucho. Muchas horas aún. - Me va a crecer la nariz, solo en 15 minutos.

- Bueno, me alegra que te sientas mejor. - dijo alzandose y poniendo sus manos en los bolsillos. Se giró.

- Si, gracias. - Me dio curiosidad que trajera una gorra en la noche, es mi oportunidad de una pequeñita venganza - ¿Hace mucho sol verdad?

El volteo un poco y sonrió. Me di la vuelta y me fui al almacén y por alguna extraña razón yo también sonreí.

Salí a las 9:05. El viento hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Caminé más y me di cuenta que había nubes cargadas de lluvia.

Había alguien detrás de mí.

Podía sentirlo, aunque no lo veía, no era bueno, la imagen de un hombre ensangrentado con la mirada penetrante, perturbadora. Sonreía, eso me hizo voltear, pero...

No había nadie. La calle estaba totalmente vacía.

Algo frío toco mí brazo. Era lluvia. Empiezo un aguacero increíblemente rápido. Corrí a buscar refugio pero no lo encontré. Un auto empezó a deslizarse lentamente junto a mí.

- ¿Está muy despejado no es cierto? No es necesario un paraguas - dijo Cipriano desde dentro. Bajando el vidrio de la ventana.

Me reí un poco ante su sarcasmo pero tardíamente me di cuenta que nos estábamos riendo juntos de mi desgracia.

- Sube, te llevo a tú casa, voy de camino - di un paso acercándome al auto pero dudé - solo te llevaré a tú casa, no es como que fuera a matarte - me recordó la visión que tuve antes de que comenzará a llover  y retrocedí unos pasos - vaya eso si que duele - se limpió una lágrima imaginaria.

- Vamos, no muerdo, solo que tenga hambre o... - Cipriano abrió la puerta sonriendo - Que algo se vea delicioso - miro descaradamente mis labios.

Mi cara se sentía caliente y mis labios ardían a pesar del frío.

- Sube o te cargaré y te subiré a que te quedes en sentada en mis piernas dentro del auto.

- Ok, ok ya entendí - es un idiota pero... Siempre llega en un buen momento.

Subí al auto y el me dio su chaqueta para cubrirme, fue tan rápido y estaba tan cálida que no me quejé. Puso música clásica, fue agradable.