Capítulo 19: Patch

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Trató de levantarla nuevamente, debo cargarla, llevarla al auto y a su casa.

- Descuiden, yo la conozco, se llama Alix - digo a las personas que se acercaron al ver que Alix se había desmayado - es mi vecina vive a una calle de mí, trataré de llamar a su casa y la voy a llevar.

En el auto trato de que se mantenga despierta, pero no me escucha, solo mira por ratos a la ventana.

- Alix, Alix, escucha, no recuerdo el camino a tú casa, guíame.- realmente nunca fui ahí así que no se en donde es.

Ella no me respondió. Mejor la lleve a mi casa, ahí revisaré en dónde trae su celular, para hablar con su madre y llevarla a su casa.

Llegamos a mí casa, la cargo en mi hombro para sanar las llaves de mi bolsillo. Abro la puerta y la cargo en mis brazos, ella huele a frutas y unas notas de flor de cerezo, tiene una cara tan tranquila y aún así tiene bolsas en los ojos y ojeras, es muy joven  para tener eso, con todo aún así es hermosa, totalmente.

La recuesto en el sofá cama rojo, le quito los zapatos y comienzo a buscar en sus bolsillos, francamente siento como si fuera un pervertido, toqueteando, quito ese pensamiento de mi mente y continuo, su teléfono estaba en en la bolsa trasera de sus jeans, su teléfono no tiene contraseña, busco el número de su mamá y llamo. No me contesta, trato nuevamente preguntando brevemente en mi cabeza el paradero de Vee ahora, no me contestan, seguramente estará ocupada, le quito la sudadera negra y reviso los brazos de Alix, no parecía tener ninguna herida, también su cabeza solo tenía algo rojo de lado izquierdo pero nada. Le quite los jeans y vi que su rodilla estaba rasgada, eso le dejara cicatriz, le desinfecto y pongo una bendita, la visto. Le pongo algo de hielo en la frente por el lado en el que se golpeó. La cubro con una manta. Tengo hambre ¿Ella habrá desayunado? Tal vez esa sea la razón de su repentino desmayo.

Voy a la cocina y preparo un huevo revuelto con tocino. Desayuno sobre el sofá cama que está al lado del rojo, un café con el huevo y tocino.

Su cara está tranquila, pero se ve tan cansada, me acerco un poco a ella, su pequeña nariz respingada, su respiración hace que su pecho suba y baje, suba y baje, lentamente, distingo cada una de sus pestañas, son largas y abundantes, no tiene rímel pero estan ligeramente rizadas, su blusa roja de manga corta se resbala tenuemente por la piel de su estómago, sus labios son carnosos, rosados y con la inhalación y exhalación de aire... Quiero tocarlos aunque fuera solo un rose sin importancia.

No puedo.

No lo haré.

Ella no es Nora.

Estoy consciente de que estoy a unos pocos centímetros de sus labios, siento su cálido aliento, inclino de lado mis labios y rozo su mejilla, es suave y delicada, aunque ahora mismo esta pálida. Una lágrima pequeña sale de sus ojos y se resbala por la mejilla que acabo de besar.

¿Qué está soñando?

Me meto en su sueño, y veo que estoy dentro de una casa.

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