Me prometí antes a mí misma que no lloraría por nada.
Estaba faltando a mi palabra.
Oculté mi rostro como si alguien pudiera mirar.
Me quedé en el suelo. Tenía esa sensación que sientes cuando estás increíblemente mal y quieres que nadie te vea pero al mismo tiempo quieres un abrazo.
Escucho unos pasos algo pesados viniendo hacia mí. Levantó el rostro para ver quién es y me doy cuenta que Robin está buscando con una cara adormilada. Me mira con confusión y se acerca. Yo oculto mi cara otra vez para que no me vea.
- Alix... - dice tranquilo como si no hubiese maldad en el mundo. - ¿Qué pasa?
- Yo... - solo esa palabra me salió y dije por mucho rato.
Lo gracioso de todo eso es como si hubiera hablado con él a pesar de solo decir una palabra repetidas veces. Robin solo sentía sin ningún tono sarcástico ni nada parecido, solo como leyera mi pensamiento.
Pronto no pude hablar más ya ni siquiera sabía por qué lloraba, era por mí madre, por qué me he sentido usada por mi padre y al final por qué no sé qué voy a hacer respecto a Jev y Alfred.
Siempre que tengo pensamientos deprimentes, al final termino pensando en por qué no puedo aceptar a Jev.
Robin solo se sienta junto a mí y acaricia mi espalda, como si me sintiera enferma. Fue un gesto de lo más simple pero me hizo sentir mejor, pronto había dejado de llorar.
- ¿Ya estás mejor? - dijo Robin.
- Ya, - me limpie la cara con el dorso de la mano. - gracias.
- Oye no hay por qué. - dijo con una sonrisa. - Sabes, los humanos son de lo más fuertes, por eso los caídos los admiramos y en algunas ocasiones nos enamoramos incluso.
- No es verdad, somos muy frágiles. - dije.
- Nosotros somos muy fáciles de matar en realidad, nosotros somos los frágiles. - continúo. - Cuando un caído cae en depresión es muy fácil matarle. Ya que nosotros tenemos que guiarnos por lo que sentimos en el corazón, cuando esté se entristece no tenemos de donde apoyarnos. Pero ustedes todavía sienten vitalidad física, sienten la ducha caliente que les quita el peso de los músculos donde se acumula el estrés. Nosotros no, podemos derrumbarnos y jamás ser reconstruidos.
- Vaya... - dije sorprendida. - No tenía ni idea.
- Yo conozco la historia del señor Jev, es una leyenda, y me sorprende francamente que se haya repuesto de la muerte de la señora Nora. - dijo con un tono un poco más animado. - Y eso fue gracias a que te conoció.
- Oh.
- Bueno, creo que ya debieron despertarse, o por lo menos tú linda mejor amiga. ¿Quieres ir a comer helado de chocolate para el desayuno? Yo invito.
- Sí, gracias.
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Restart
FanfictieJev y Nora ¿Quién no se enamoró (no solo de Jev) de está pareja? Demostró ser una de las parejas con un amor de lo más fuerte pero pensándolo de una manera diferente... ¿Te enamorarás de la misma persona una y otra vez aunque tuviera apariencia fís...