Capítulo 21: Alix.

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Entrecierro mis ojos tratando de acostumbrarlos a la luz y veo en la dirección de la que proviene. Esta la Sra Sky y mí mamá.

- Patch... ¿Qué le sucede a Alix? Esta tan pálida - dijo la Sra Sky.

- Alix ¿Qué haces aquí?¿Estás bien? Yo te hacía en casa.- dijo mamá.

Ambas se acercaron, Cipriano se alejó de mí y se sentó en el suelo abajo de el sofá cama en el que estaba. Ninguna de ellas preguntó acerca de la proximidad de Cipriano, me sorprendió pero en realidad era un alivio. Pensar en eso hizo que mis mejillas se pusieran calientes.

- Sra Vega, llame del teléfono de Alix repetidas veces pero jamás respondió.- dijo Cipriano, mamá saco el celular y puso una cara sorprendida.

- Lo lamento, lo tenía en silencio, hiciste 3 llamadas me parece, lo siento, cariño.- dijo dirigiéndose a Cipriano primero y luego a mí. Luego nuevamente a Cipriano - ¿Qué le pasó?- dijo mamá tomando mis mejillas, la Sra Sky tapándome con las mantas a mí alrededor.

- Se desmayó cerca del puente, usted... No recuerdo donde se encuentra su casa, así que la traje aquí, le llamé pero... Así que mejor la deje dormir, justo cuando entraron iba a llamar a mamá.- contestó Cipriano, tratando de parecer inocente... Y lo consiguió.

- Bueno, muchas gracias. Por lo pronto la llevaré a la casa ¿Puedes levantarte?- me preguntó mamá.

- ¿Eh? Creo que sí.- dije un tanto insegura ya que me temblaban las piernas, pero no quería quedarme más ahí.

- No es buena idea que se marchen aún - dijo la Sra Sky - digo... La invite a ver la casa y ella se ve bastante débil, deberían quedarse y comer hasta que ella se sienta con fuerzas para irse. Puedes quedarte a descansar lo que quieras querida.- dijo la Sra Sky dirigiéndose a mí.

- Muchas gracias de verdad pero...- contesté.

- Por favor... Quedense.- me interrumpió Cipriano.

- Tienen razón - dijo mamá. Y con eso ya estaba mi sentencia: Me quedaría ahí hasta que se les diera la gana.

Mi mamá y la Sra Sky se pusieron a platicar en la cocina y Cipriano y yo los quedamos en la sala. El subió de sentarse en el suelo a sentarse junto a mi en el sofá cama.

- ¿Por qué estabas tan cerca de mí cara cuando despierte?- inicie ya que el silencio era incomodo y el no saber la razón era aún más.

- ¿Por qué?... Porque a pesar de que estabas pálida y con ojeras y bolsas en los ojos, tus labios se ven suaves y hueles bien y quería besarte.- dijo sonriendo pero no parecía en absoluto divertido, sentí el rubor extenderse por mi cara, sentí que las mantas me daban mucho calor y abanique un poco con ellas.- ¿Qué pasa?¿ Es tan raro que quiera besarte?

- No me molestes, seguramente lo dices por molestar o porque estás molesto por que tuviste que ayudarme y quieres avergonzarme - estaba hablando muy rápido y eso me hacía ponerme más nerviosa. Cipriano río.

- Si te molesta la verdad, no es mí problema, no podría decirle eso a una chica de piernas impresionantes si no fuera hermosa, por cierto ¿Haces ejercicio no? Y si tuviera que cargarte en mis brazos para ayudarte de nuevo como lo hice hoy, no me negaría. Pero ciertamente me gustaría cargarte en otra posición - dijo con una sonrisa burlona.

Me recosté de nuevo en el sofá cama cubriendo mi cara de el. Sabía que tendría que quedarme mucho tiempo más pero no iba a soportar que me dijera más cosas así, sentía que mi corazón estallaría. De pronto sentí una ligera presión en mi cabeza y bajaba el peso del sofá cama.

- La próxima vez que llores en tus sueños, yo estaré ahí, confía en que no te dejaré sola - susurró.

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