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Dos días han pasado, Komaeda se encuentra en un excelente estado gracias por los cuidados que su alfa le dio.

En este momento, ambos chicos están acostados debajo de una palmera en la playa en donde el castaño preparó una cita, la cual consistió de un picnic y salió con éxito. La suave brisa del viento y el aroma a mar hace que tanto el alfa como el omega tengan sus ojos cerrados, es una imagen tan relajante y tan tierna a la vez. Hinata sabe que nadie los va a interrumpir debido a que les advirtió a sus compañeros que no se acerquen a la playa durante el resto del día y ellos saben que tienen que hacer caso si quieren seguir con vida.

— ¿Qué tal si vamos a nadar? — Cuestiona Hinata abriendo los ojos para mirar al albino.

— ¿Nadar? — Abre los ojos, también y hace una mueca—. No creo que sea una buena idea.

Le pregunta la razón.

—Bueno es que —se avergüenza—. Siempre que iba a la playa mi mala suerte intervenía —suelta un suspiro—. Además, mi piel es sensible al sol.

—No te preocupes, por eso —busca algo en la canasta—. Traje este protector solar especial para ti —muestra la botella—. Por otro lado, al estar conmigo la mala suerte que posees no va a intervenir —sonríe con arrogancia—. Puedo bloquearla.

—Claro que puedes, señor talentoso.

El castaño ríe por como lo ha llamado y Komaeda termina aceptando la invitación de ir a nadar. Así que, ambos chicos se desvisten quedando en ropa interior y el alfa echa el protector solar al delicado cuerpo de su pareja.

—Ah, la temperatura del agua está increíble —menciona Hinata para girarse y extender su mano—. Vamos, cariño.

—Puedo entrar solo —hace berrinche—. No soy tan frágil, Hajime.

—Lo sé —agarra sus mejillas cuando lo tiene frente suyo—. Eres fuerte, cariño —besa con delicadeza los labios del contrario—. Eres capaz de todo.

No dice nada, solo se avergüenza.

Las horas pasan, ambos chicos disfrutan del mar y de las bromas que se hacen el uno al otro. Sin embargo, de repente Komaeda siente como el interior de su cuerpo se llena de un insoportable calor, cree que es por los rayos solares; por lo que, decide no darle importancia.

—Aah, ngh —gime cuando siente un hormigueo en su vientre—. Ay, no, no y no —dice abriendo los ojos al saber lo que tiene—. Hajime, Hajime.

Llama al alfa debido a que este se ha ido a bucear.

—Hajime —gime nombrandolo cerrando los ojos al no soportar el calor y lloriquea al no ver al castaño—. ¡Hajime, dónde estás!

Silencio.

Komaeda traga saliva y gime agarrándose el vientre con fuerza para nadar con dificultad hasta la orilla. Pero, no siente las piernas y antes de que comience a desesperarse, siente como unos brazos envuelven su cintura.

—Nagito —murmura Hinata contra el cuello del nombrado y aspira el aroma a vainilla.

—Hajime —gime tranquilo al sentir al alfa—. Yo…, mi celo…, no sé...

—Tranquilo —el tono sale ronco y excitado—. Ya era tiempo —besa la marca y lo carga al estilo nupcial para sacarlo del mar.

—Lo siento.

—Por qué te disculpas, cariño —pregunta tomando las cosas de ambos y poniéndolas sobre sus hombros.

—Por ser un omega defectuoso —susurra triste y muerde su labio al querer llorar.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora