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Los y las omegas están alrededor de Peko mirando la marca como si fuera algo imposible de creer.

—Ah, esto me deprime —dice Soda soltando un lloriqueo infantil—. Me doy cuenta que me quedaré solo.

—Deberías decirle a Gundman que te muerda —comenta Hiyoko mirándolo divertida.

— ¡Qué! —Da un salto y se pone rojo— ¡Tanaka y yo no estamos saliendo!

—Y a mi no me gusta comer —dice Akane en tono irónico.

—Es verdad, yo quiero que Sonia-san sea mi alfa.

—Pide mucho —susurra Mitarai, pero la omega rubia lo ha escuchado y ríe por aquel comentario.

— ¿Cómo fue que te mordió? — Pregunta Soda tratando de cambiar de tema.

—Fue un acuerdo mutuo —responde la omega sonrojándose con ligereza—. Bocchan y yo creímos que era el momento para unirnos.

— ¡Ibuki quiere saber cuándo nacerán los cachorros!

Fuyuhiko escupe su bebida y está completamente rojo, Hinata se burla de aquella reacción y el albino lo regaña.

—Sí, ya que estos dos —señala Nekomaru a la pareja principal—. No planean darnos cachorros.

Ahora, el ganster se burla del castaño y Peko sonríe de medio lado.

—Quizás haya otra pareja pronto —menciona Togami acomodando sus lentes y observando de reojo al omega animador.

Mikan abre los ojos, sorprendida, y feliz al saber lo que podría pasar entre aquellos dos amigos de la infancia; sin embargo, un sentimiento de tristeza se forma en su pecho al ver que cada uno de sus compañeros está empezando su vida amorosa; y ella sabe que no habrá nadie para su persona, es decir, es beta y, también, se trata de su forma de ser.

— ¡Hay que hacer una fiesta! — Propone Mahiru con una radiante sonrisa.

—No está mal la idea —apoya Teruteru.

—Los dioses oscuros...

— ¡Hay que ir a la feria! — Lo interrumpe Sonia sin haberse dado cuenta.

—Hay que ir como a las cuatro —dice Nekomaru mirando el reloj del comedor—. Después de haber realizado las tareas.

De repente a Hinata se le viene una imagen a su mente, sonríe con malicia y carraspea para atraer la atención de sus compañeros.

—Hay que ir en yukatas —dice sonriendo para ocultar las intenciones verdaderas que tiene—. Y en la noche podríamos lanzar fuegos artificiales.

— ¡Que gran idea! —La princesa alfa está más que emocionada.

—Ah, será una gran noche —también, comenta Mikan sonriendo

Entonces de esa manera, la clase 77 quedó para reunirse a las cuatro en la feria de la cuarta isla. Mientras, cada quien está haciendo la tarea asignada que le corresponde, Hinata está que tiene una vídeo llamada con Makoto.

—Soda tiene listo los artefactos que usará para poder comunicarnos con Monaka —continúa diciéndole—. Quería saber cuándo podemos hacer la reunión para que se de la aprobación y nos puedan mandar los materiales.

—Si te parece bien —dice Makoto revisando una agenda—. ¿Está bien el martes a las tres?

—Sí, no hay problema —garantiza asintiendo con la cabeza—. Le diré a Sonia para que no asigne ninguna tarea.

—Bien —Makoto muerde su labio—. ¿Y cómo van las cosas por allá?

—Oh, pues —piensa en qué decirle—. Realmente, todo está normal —alza los hombros—. Lo único fuera de sí sería que Fuyuhiko mordió a Peko.

— ¡¿Eh?! — Casi se cae de la silla—. Vaya, quién diría que Fuyuhiko decidiría marcar a Peko —sonríe cerrando los ojos—. Estoy feliz por ellos.

—Sí, igual.

—Eh, Hinata —lo llama Makoto algo apenado y el mencionado cree haber visto un pequeño rubor en sus mejillas—. Eh, pues…, Hinata, tú...

—Makoto, Kirigiri está buscándote —dice la voz de Togami desde alguna parte de la habitación.

Makoto da un salto, seguro por el susto, y parece tener una mirada triste.

—Dile que ya voy —se escucha la puerta cerrándose—. Creo que será en otro momento, Hinata.

— ¿Qué? —Está confundido por los acontecimientos dados.

—Nos vemos el martes.

Y con aquellas últimas palabras, Makoto se despide.

—Mhm, que extraño —susurra Hinata para sí, una vez que la pantalla está negra.

Suelta un cansado suspiro, mira el reloj colgado en la pared de la sala y alza una ceja al ver que ya son las tres de la tarde. Una traviesa sonrisa se le forma al recordar lo que tiene en mente para su omega, se pone de pie y sale a buscarlo.

Los ojos verdes del alfa observan como Komaeda viene de la tercera isla, acompañado de Mikan y Tanaka, gruñe al ver como el alfa de cabello negro está que hace reír al albino; claro que la beta, también, está que ríe, pero esto pasa desapercibido por Hinata.

Solo le importa el albino.

—Oh, Hinata —dice Mikan al verlo.

Tanaka siente los celos del alfa castaño y rueda los ojos.

—Los dioses oscuros han invocado a unos de sus discípulos.

Komaeda mira al castaño con una sonrisa y rubor en las mejillas, al ver esta escena los celos de Hinata disminuyen. Tanaka y Mikan intercambian miradas para después, asentir y despedirse de la pareja.

—Hola, Hajime —el mencionado se acerca para darle un beso.

—Estuviste pasándola bien, ¿no? — No puede evitar no decirlo en un tono serio.

—Gudman es muy divertido con las metáforas que usa sobre los dioses oscuros y Mikan increíblemente no se cayó —responde con inocencia y sonrisa—. No creí que ambos pudieran ser amigables.

—Mhm —limita a decir y envuelve sus brazos por la cintura del omega.

— ¿Hajime? —dice algo confundido Komaeda cuando el alfa ha empezado a sobar su mejilla contra su pálido cuello.

Entonces, el omega lo entiende y sonríe con gracia.

—Hajime, no estes celoso —gruñe en protesta—. Eres mi alfa.

—Soy tu alfa —susurra seductoramente contra su oído—. Y tu mi omega.

—Hajime —lo aleja con las mejillas rojas—. No podemos, llegaremos tarde.

—Que esperen —dice volviendo a abrazar al albino, quien ríe.

—Pero, Hiyoko irá a mi cabaña a ayudarme con la yukata.

Aquella palabra hace que Hinata recuerda porque fue a buscar al omega.

—Sobre eso —los ojos verdes brillan—. Te dejé una yukata encima de tu cama, quería que sepas que es de mi parte.

El omega se avergüenza y besa al alfa con ternura.

—Gracias, Hajime —inclina un poco la cabeza al darse cuenta de algo—. Pero, por qué pensaría que no es de tu parte.

Alza los hombros con indiferencia.

—Quizás alguien quiera cortejar y...

— ¿Te refieres a un alfa de nuestros compañeros?

Hinata se apena, un poco, al ver la sonrisa burlesca de su pareja.

Sí, está exagerando el alfa.

—Podría ser un beta —desvía su verde mirada.

—Hajime, estoy seguro que ninguno de nuestros amigos quiere apartarme de tu lado.

Komaeda envuelve sus brazos alrededor del cuello del morocho y comienza a besarlo. Hinata abraza, protectoramente, a su omega y profundiza más el beso.

Ambos pierden la noción del tiempo.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora