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Mikan saca con nerviosismo la carpeta en la cual están los resultados de los exámenes médicos que le ha estado haciendo a su compañero de clase durante las dos semanas que ha estado en el hospital. Hinata agarra la carpeta temblorosa y comienza a leerla usando el talento del Médico Definitivo de Preparatoria.

—C-Como p-puedes ver —dice con su típico tono de voz—. K-Komaeda ha mejorado mucho...in-incluso en su terapia para ca-caminar.

Hace un sonido indicando que está en lo correcto y sigue pasando las hojas con lentitud.

—Ya puede dejar el hospital.

Concluye alzando la mirada.

— ¿Eh? — Abre los ojos al procesar lo que acaba de decir— ¡S-Sí! — Juega con sus manos—. Estaba pensando decirle a Komaeda que su condición está mucho mejor y q-que puede, ¡puede regresar con los demás!

Asiente cerrando la carpeta al haber terminado de leer los exámenes y la culpa regresa a sus pensamientos debido a que al haber revisado la salud del omega, esto ha hecho que reafirme el terrible daño, tanto físico como psicológico, que le causó.

—Será mejor que sea yo quien le de la noticia.

No es que esté celoso solo que si la beta le dice que puede irse del hospital, Komaeda no dudará en salir velozmente e instalarse en su cabaña. Una vez en ella ya no podrá sacarlo, caería ante los lindos y tiernos pucheros de su pareja, es mejor si es él quien le dice y así va a poder supervisar el tema que el albino vaya de frente a la cabaña de su propiedad.

—Hay un tema que debo hablar con Nagito.

Menciona con tranquilidad.

—Cla-Claro. Entiendo, Hinata.

Exclama con fuerza al recordar algo.

— ¿T-También, quieres hacerte cargo de los, de los, medicamentos?

—Sí, hazme una lista con los que debe tomar y por cuánto tiempo —pide poniéndose de pie y sonríe con amabilidad—. Muchas gracias, Mikan. Gracias por cuidar a Nagito.

— ¡No es nada! — Se siente feliz por el halago del castaño—. K-Komaeda es mi compañero. L-Lo hice con, ¡gusto!

Sonríe más por la sinceridad en los ojos de la Enfermera Definitiva de Preparatoria, camina hasta la salida, se despide con su mano izquierda y sale rumbo a la habitación del albino. Sin embargo, su recorrido es interrumpido por la figura del omega de cabellera castaña de la clase 78.

— ¡Hinata! —dice Naegi sorprendido— ¡Hasta que por fin apareces!

—Hola, Makoto —saluda con nervios por el pequeño regaño—. Lo siento, no quise...

—Estuviste dos días encerrado —el tono es molesto— ¿Sabes lo preocupados que estábamos todos? — Rasca su mejilla derecha y mira hacia otro lado—. No que vas a saberlo si estabas encerrado en tu cabaña. Ni siquiera respondes cuando te llamaba —cruza los brazos y arruga la nariz—. Sino fuera por tu aroma habría pensando que estabas muerto.

—Realmente, lo siento, Makoto —recibe un suspiro de resignación—. En esos días no quería ver a nadie.

—Entiendo —el verde lo mira con preocupación—. Pero, ya estás bien, ¿no? Es decir te ves bien, pero igual quiero preguntar.

Hinata sonríe un poco al ver la amabilidad del contrario y extiende la mano para dar pequeños golpecitos encima de su cabeza.

—Estoy bien. De verdad. Muchas gracias, Makoto. No sé qué haría sin tu...

Calla cuando se ha dado cuenta que alguien los está mirando, dirige sus ojos hacia la parte derecha del cuerpo del omega de la clase 78 y observa como Komaeda está parado en medio del pasillo.

— ¿Nagito?

Pronuncia el alfa caminando hasta el mencionado y el tono ha salido confundido.

— ¿Qué haces de pie?

Cuestiona una vez que está delante suyo.

—No quería seguir en la habitación—retrocede al oler el aroma del otro omega y aprieta la parte izquierda de la bata—. Así que, salí a caminar un rato.

—Bien, pero no te esfuerces mucho —recomienda notando como el albino frunce el ceño, señal de que está disgustado— ¿Sucede algo, cariño?

—Komaeda —dice el suertudo de la clase 78 llegando hasta ellos—. Que bueno que ya puedes caminar sin muletas.

—S-Sí.

Se limita a responder.

—Eso significa que pronto Mikan te dará de alta.

Quiere decirle que se aleje de su alfa.

—Sobre eso —el alfa no ha dejado de mirar a su persona y eso hace que esté un poco tranquilo—. Mikan dijo que ya puedes regresar con los demás, Nagito. Puedes hacerlo hoy si gustas.

El gris brilla por la emoción.

— ¿De verdad? — Hinata asiente con una sonrisa y tiene el impulso de besarlo, pero no puede ser atrevido delante de otros presentes—. Entonces, quiero irme ya, Hajime, ¿sí? Por favor.

Naegi observa como la mano de la persona con el mismo color de ojos que los suyos acaricia con ternura una de las sonrojadas mejillas y no puede evitar sentir envidia por aquella muestra de afecto entre un alfa, y un omega.

—Como gustes, cariño. Iré por tu ropa, ¿de acuerdo?

Recibe un asentimiento de cabeza.

—Te acompaño, Hinata.

Menciona el omega castaño haciendo que el otro de su especie se ponga en modo protector con su pareja.

— ¿Nagito? — No entiende por qué le ha agarrado con fuerza el brazo impidiendo que se mueva.

—Y-Yo... —busca una excusa—,..., antes de eso quiero hablar contigo, Hajime.

El mencionado acepta con una mirada preocupada, es la primera vez que ve a Komaeda tan nervioso y ansioso, algo está que lo molesta, espera que lo que tenga que decirle sea eso; de lo contrario, no va a poder ayudarlo.

—Bueno, los dejo para que puedan hablar.

Naegi ha captado la amenaza del omega blanco en su mirada.

Una vez que este se ha alejado por los pasillos, Hinata mira a su omega para poder preguntarle sobre qué tiene que decirle; sin embargo, no llega hacerlo, pues se ha abalanzado a sus labios haciendo que su espalda choque contra la pared y jadea sorprendido al darse cuenta que Komaeda está impregnado su aroma en él.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora