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Hinata ingresa sin hacer ruido al interior de la cabaña del albino, cierra la puerta con cuidado y avanza hasta la cama sin despegar la mirada del bulto que está encima. El dolor vuelve aparecer en el centro de su pecho al observar los ojos hinchados y la nariz roja en el rostro de Komaeda, acaricia con cuidado las pálidas mejillas en las cuales hay lágrimas secas.

Comienza a desvestirlo con delicadeza, usa el talento del sigilo para no despertar a su omega y cuando lo tiene solo en boxers, y camiseta blanca agarra las sábanas junto con las mantas para cubrirlo, evitando que el frío llegue al delicado cuerpo. Se sienta a su costado acariciando los blancos cabellos, el verde mira con pesar al dueño, sabe que la noticia del cachorro de Hiyoko ha tenido un efecto negativo en su pareja, desconoce la razón; aunque una suposición se le viene a la mente.

—Nagito —el tono es de nostalgia—. Te quiero mucho. Prometo hacerte feliz.

Duda en quedarse, no quiere que Komaeda se altere al despertar y verlo, sin embargo, su lado alfa le dice que en estos momentos es primordial de que este junto su pareja por lo que decide obedecer, después de un largo mes de haber estado ignorándolo.

Mientras tanto, la carpeta color marrón cae de las manos de Makoto al leer el nombre de la persona que vendrá a la isla en menos de dos semanas por orden de la Fundación del Futuro número cinco.

—No…, esto…, él...

Murmura sin poder creerlo y se arrodilla para levantar el objeto.

— ¿Makoto?

La detective ingresa a la pequeña oficina y al ver el estado del omega suelta un suspiro.

—Makoto, cálmate.

—P-Pero, no puede venir —se pone de pie con torpeza—. No pueden traerlo aquí, Komaeda...

—Tiene a Hinata —interrumpe agarrando la carpeta—. Estarán bien.

—Y-Yo…, yo debo decirle.

Murmura respirando con dificultad.

—Makoto, no es tu asunto —dice caminando hasta la chimenea que hay—. Deja que Komaeda le cuente a Hinata lo que vivió con Kamukura en la ciudad Towa.

— ¿Tú crees que no le ha dicho?

Kirigiri arroja la carpeta al fuego.

—Por la forma en la que Komaeda se fue en la cena, es obvio que su alfa no sabe nada.

El omega traga saliva.

—Pero, Hinata es mi amigo y debe saber que...

Recibe un gruñido de protesta.

—No es tu asunto —repite cruzando los brazos—. Si lo haces, Komaeda pensará que solo quieres separarlos.

Muerde el labio inferior por la duda que empieza a sentir. No puede quedarse callado, debe contarle al castaño quién es la persona que vendrá y cómo debe mantener alejado al albino hasta que la fundación número cinco se lo lleve para nunca traerlo, de nuevo. El morado observa los nervios de Makoto, chasquea la lengua con molestia y se acerca hasta quedar frente suyo.

—Kiri...

Calla por el beso que le da.

—En vez de preocuparte por ellos —pone sus manos encima de las caderas del de ojos verdes—. Deberías preocuparte por nosotros, ¿no crees?

Gime al sentir los colmillos raspar su cuello.

—Te he extrañado, Makoto.

Togami aprieta las manos en forma de puño al escuchar los gemidos que suelta la Esperanza Definitiva de Preparatoria, gira sobre los talones para alejarse y cuando llega a la habitación en la que se está quedando tira los lentes con furia a cualquier parte.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora