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Makoto agradece por la comida que la beta de cabello morado le ha traído, agarra la cuchara para empezar por la sopa; pero la deja en su lugar cuando el aroma del Heredero Definitivo llega a sus fosas nasales. Alza la mirada para ver cómo este cierra con lentitud la puerta, el apetito desaparece y busca el botón para que Mikan venga.

—Makoto, por favor —hay ojeras debajo de sus lentes—. Debemos hablar.

—No quiero.

Suelta un pesado suspiro.

—Aunque, no quieras debemos hacerlo, hay que hablar sobre...

— ¿Sobre qué te casarás con Sonia?

Pregunta en tono áspero y el verde se cristaliza.

—Lo que escuchaste...

—No me vengas a decir que no es lo que parece —interrumpe pasando las manos por encima de sus párpados—. Escuché, perfectamente, cómo Sonia te decía para que formen un lazo…, y tú aceptaste.

—No lo hice. Makoto, déjame...

—Y las palabras de por supuesto —imita las dos últimas palabras con la voz del alfa y ríe con ironía—. Por favor, no me vengas a soltar mierdas, Togami. Vete, no quiero que me acerques nunca más.

Frunce el ceño al no entender por qué el pecho comienza a oprimirle.

—No digas eso, yo...

— ¡Vete! ¡Lárgate! ¡Anda con Sonia!

Aprieta varias veces el botón rojo y su pulso se acelera haciendo que la máquina emita un fuerte sonido.

— ¡Ah, Makoto!

Dice la enfermera entrando con rapidez.

—Cálmate, Makoto. Tu pulso está, ¡subiendo! ¡No es bueno!

—Es mejor que te vayas, Togami.

El tono de la hermana del suertudo de la clase 78 sale con firmeza y Toko lo mira con nostalgia.

—Tsk.

Chasquea la lengua con molestia y decide que lo mejor es retirarse. Komaru, prácticamente, le cierra la puerta en sus narices, no sin antes mirarlo con puro odio.

—Maldición.

Susurra con frustración y su celular comienza a sonar. Pone los ojos en blanco al comprobar que es la odiosa fundación número cinco que está llamando, de seguro quieren confirmar la fecha en la que traerán a ese alfa; en estos momentos no está para lidiar con asuntos políticos por lo que no contesta y pone en silenciador el artefacto eléctrico.

—Agh, espero que solucionen sus mierdas antes de que mi cachorro nazca.

Dice la omega de cabello rubio desde el otro lado del recibidor.

—Lo sé —dice Mahiru haciendo una mueca—. Tampoco quiero que crezca en un ambiente incómodo.

—No se preocupen —menciona el alfa entrenador sonriendo—. De seguro, Makoto y Togami resuelven su pelea.

—Así es, no ven a Hinata y Komaeda —los tres miran al chef sin comprender—. Oh, vamos —hace una cara pervertida—. Apuesto a que Hinata está que mima mucho a su omega.

Hiyoko hace un sonido de asco cuando ha hecho señales de penetración con ambas manos.

—Solo digo, ya que, Hinata sale solo de su cabaña para alimentarse.

Nekomaru le da un golpe suave en la parte detrás de su cabeza.

—Es porque la clase de Makoto quiere la cabeza de nuestro compañero.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora