16

4.8K 353 446
                                    

Frunce el ceño con molestia debido a que los rayos del sol están sobre su rostro, gira el cuerpo hacia el lado de la sombra y gime cuando un malestar se apodera de su estómago. Abre los ojos con lentitud y la cabeza le pesa, lleva las manos hacia ella y gime de nuevo para encogerse. Observa que está solo en la habitación, no hay señal de Hinata.

—Ah —soba su cabeza y nota como hay un vaso con jugo de naranja sobre la mesa de noche, también hay dos pastillas.

Bebe el jugo junto con las pastillas, es innecesario decir quién las dejó. Cierra los ojos con fuerza y vuelve a acostarse, se siente pésimo, no volverá a tomar alcohol otra vez. La resaca es tan desesperante. De repente, los recuerdos de anoche comienzan a llegar con lentitud hacia su mente y abre los ojos al visualizar lo que le quiso hacer Hinata, lo único que no recuerda es cuál fue la causa.

Infiere que debió ser algo grave para que el castaño pierda el control y quiera poseerlo sin importarle sus sentimientos.

—Hinata debe estar triste —murmura para sí y se incorpora sentándose.

Atrae las piernas hasta el pecho y con su brazos las abraza para esconder la cabeza entre ellas. Los minutos pasan con lentitud y Komaeda se cuestiona el porqué el castaño no ha venido. Sin más opción, se levanta y camina hasta el baño para entrar, y observar que su ropa está lavada al igual que doblada.

Toma una rápida ducha, se viste y sale de la cabaña del castaño para ir a buscarlo.

— ¡Hi…¡Hajime! —Exclama feliz al encontrarlo cerca de la piscina.

El alfa deja de caminar y alza la mirada.

—Buenos días, Komaeda —lo saluda desviando la mirada— ¿Cómo te encuentras?

El albino frunce el ceño debido a que lo ha llamado por su apellido y sabe que sí debió hacer algo horrible para que esté molesto con él.

—Eh, algo cansado —lo sigue mirando—. Y pesado.

—Es normal —comenta alzando los hombros.

—Eh, Hi…, Hajime —lo llama con nervios— ¿Estás molesto? —Este lo mira inmediatamente— ¿Qué fue lo que hice anoche?

Suelta un suspiro.

—Perdón, Komaeda —sus ojos verdes están apagados—. Por hoy quiero estar solo —baja la mirada—. Tengo cosas que pensar.

El omega parpadea confundido por lo que acaba de decir y sin saber qué hacer, deja que el castaño pase por su costado y vaya a la cabaña que le corresponde.

—Hajime —murmura contra la almohada sollozando.

No quiere estar lejos del castaño, necesita su calor.

Puede sentir la angustia del alfa por la marca, algo lo tiene intranquilo. Trata de recordar los sucesos de anoche, pero solo consigue recordar la casi violación.

La hora del almuerzo llega, el albino va al comedor con la esperanza de que Hinata esté ahí; pero no es así. No está, los minutos pasan y no llega.

—Hinata dijo que ya había almorzado —contesta Teruteru, después que le ha preguntado por su pareja—. Sinceramente, no falta nada en la cocina —el albino traga saliva al saber que el castaño ha mentido—. Deberías llevarle el almuerzo.

Asiente, está totalmente de acuerdo y con demasiado nervios camina hasta la cabaña de Hinata.

—Hi... —aún no se acostumbra—. Hajime —toca suavemente la puerta con el pie derecho—. Hajime, ¿estás ahí?

—Te dije que quiero estar solo —una voz apagada le responde.

—Lo sé, pero... —la voz le tiembla—,..., pero, te traje el almuerzo.

Nuestro Amor © (HinaKoma/Omegaverse) [Segunda Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora