Capítulo 15

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"¿Quiénes son esos?" pensó Adara, mirando enojada a las cuatro figuras. La idea de que aquellos cuatro desconocidos hayan provocado el accidente llegó a su muy confundida mente. Estupefacta, miró hacia todos los miembros de la familia, y su atención se enfocó en el extraño gesto de Yui. Ella parecía muy consternada, incluso más que Adara misma.

"Ja, que miedosa" pensó la Sakamaki, cruzándose de brazos y mirando a Yui con una sonrisa. Pero al parecer la rubia estaba tan centrada en ellos que no se dio cuenta de Adara.

"Eva" escuchó Yui. Sentía que conocía esa voz, que la había escuchado en algún lado. Pero, ¿Quiénes eran ellos realmente?

[···]

Adara se encontraba mirando el paisaje desde la ventana del instituto, con una mano en su mejilla mientras que su codo estaba en su mesa, sosteniendo el rostro de menor.

-S-Sakamaki Adara.-susurró una voz masculina, admirando el rostro de la Sakamaki con un sonrojo.

-¿Dereck-kun? Uh, hola.
-dijo ella con una sonrisa, lo que causó que el pequeño niño de cabello castaño se sonrojada aún más.

-H... Hola, Adara-chan.
-dijo Dereck, con nerviosismo, ocultando ambas manos en su espalda.

-¿Necesitabas algo?-preguntó la Sakamaki, centrando toda su atención en el castaño.

-Eh... solo queria preguntarte algo.
-dijo él, bajando su mirada avergonzado.

-Claro, dime.- alentó la albina, regalándole una cálida sonrisa. Él la miró y sonrió tímidamente, para luego tomar aire.

-¿Quieres salir al receso conmigo?-dijo Dereck, con rapidez.

-Uhm... -Adara se puso a pensar, no sabía que decirle exactamente. No tenía amigas con las cuales podría salir, el sólo hecho de ser Albina la había tachado como la rara del salón, una conducta que ella no le importaba. Recordó, entonces, los malos ratos que Dereck solía pasar cuando se encontraba con un grupo de niños específico.
- Está bien, Dereck-kun.

Una gran sonrisa iluminó el rostro del pequeño, y sus ojos tomaron un brillo de felicidad.

-Entonces nos vemos luego, Adara-chan.-dijo Dereck, caminando hacia su asiento lo más felíz que pudo.

-Nos vemos luego.
-susurró Adara, sonriendo por lo felíz que se veía su amigo.

Las clases transcurrieron rápidamente, y cusnfo ya era cerca de la hora de receso, Adara soltó un bostezo. En la mayor parte, ella había estaba observando el paisaje a través de la ventana, ignorando por completo la clase. Luego de unos minutos el timbre sonó anunciando la hora de descanso. Todos los alumnos del salón salieron, excepto un tímido chico de cabellera castaña quien miraba hacia todos lados, buscando a su amiga.

-Eh... Dereck, estoy aquí.
-dijo Adara, poniendo una mano en el hombro del castaño.

-Oh... pensé que te habías ido.
-susurró el castaño, bajando la mirada.

-¿Qué? Claro que no, yo no le haría eso a alguien tan amable como tú.-dijo la albina, sonriendo al castaño.

El ser ignorada por todas las niñas de su salón ya no le afectaba, incluso el no salir con nadie a la hora de receso ya no la mantenía sumergida en tristeza, pero justo en ese momento, cuando Dereck le pidió salir juntos, vió de esa una gran oportunidad para ser amiga de alguien. La mayoría de  las veces la ignoraban por el simple hecho de pensar que era una niña mimada, y que era rara. Pero a Adara no le importaba, ella salía con sus hermanos la mayoría de veces, así que no necesitaba de una "amiga".

-Entonces vamos.-dijo Dereck, caminando hacia la salida.

-Y dime,... ¿Por qué me invitaste a salir contigo hoy?-preguntó Adara, mirando hacia el jardín.

Dereck pareció incomodarse por la pregunta y se llevó una mano a su nuca.

-Eh, porque... porque...
-titubeó el castaño, tratando de encontrar una excusa.
-P-porque no tengo amigos, y... Tú también estabas sola... y quería ser tú amigo.
-dijo Dereck, tratando de no mostrarse nervioso.

Y aunque era algo sumamente tierno, Dereck se había mantenido enamorado de Adara desde la vez, en una de las tantas ocasiones en que aquel grupo de niños le solía hacer bullying, lo estaban molestando de una manera un tanto agresiva. La sola idea de ver a alguien ser golpeado hizo que la sangre de la Sakamaki se calentara, y no tuvo más opción que acudir a la ayuda de Dereck.

Nunca nadie le había ayudado, y cuando ella llegó y lo ayudó, la vio como su heroína, que a pesar de ser amable, nunca conseguía hacer amigas. Siempre lo molestaban por lo tímido que era. Pero Adara casi siempre daba la cara por él, y Dereck nunca se atrevió a agradecerle, con el miedo de que Adara lo defienda por pena.

-Oh, ¿en serio? Gracias. Pensé que nunca me hablarías.
-dijo Adara, sonriendo a su amigo.

-Adara, yo... gracias. Por todo. Siempre me defiendes y quería agradecerte por ser tan buena persona conmigo. Pensé que lo hacías por pena, pero... ahora veo que no lo hacías por eso.
-dijo el castaño, jugando con sus dedos, con un gran sonrojo. Adara se derritió por dentro, Dereck era muy tierno, así que no se resistió más y lo abrazo. Dereck se quedó perplejo, no sabía cómo reaccionar a ese tipo de afecto, hasta que con timidez rodeó con sus brazos a Adara, captando el aroma a rosas que desprendía la Sakamaki.

-Oh, miren, los raros se están abrazando. ¿Qué son ahora? ¿Raro-novios?-dijo una niña, mirando con desagrado la escena junto a su grupo de amigas. Adara se separó rápidamente de Dereck, tomando un cierto sonrojo.

-No... Yo... -titubeó la albina, bajando el rostro avergonzada.

-¿Tu, qué? Oh, miren, la fenómeno se sonrojo, ¿Los fenómenos pueden hacer eso?
-dijo otra niña, burlándose de los niños, haciendo que los ojos de Adara se humedezcan.

-¡Dejenla en paz! Ella no les hizo nada.-dijo Dereck, poniéndose en frente de Adara.

-¿El otro raro también? No la defiendas, miedoso.
-dijo otra niña, cruzándose de brazos.

-¡Ella no es un fenómeno! Ella es mucho más linda que ustedes cuatro.-exclamó el castaño, con enojo. Adara levanto el rostro y miró avergonzada a las cuatro niñas.

-Los fenómenos no son lindos. Ella es horrible, como su cabello y sus ojos. ¿Porqué estas con ella, hermano? -dijo la cuarta niña, haciendo una mueca de asco.

-¿Porqué la tratas mal, Anna? Ella nunca te hizo nada.-dijo Dereck, con semblante enojado.

-Tranquilo, Dereck. Tienen razón, no deberías estar con alguien rara como yo.
-susurró Adara, sonriendo levemente.

- Tú no eres rara, Adara-chan. Mejor vámonos, no mereces que te hablen así.-dijo él, tomando a Adara de la mano y alejándola de las niñas.

Dereck estaba furioso, Adara no merecía ser tratada de esa forma. Dereck llevaba a rastras a Adara, caminando a paso rápido.

-Dereck... -llamó la pequeña. No tuvo respuesta.- Dereck, ¡basta, ya!-exclamó la albina, soltándose del agarre de su amigo.

-P... Perdón, ¿te hice daño?
-preguntó, con tono preocupado.

-¿Qué? No, no, claro que no. Es solo que... Gracias por defenderme, Dereck.-dijo Adara, sonriendole dulcemente. Dereck hizo lo mismo.

-No te preocupes, tú eres mi amiga.-dijo el castaño, sin quitar su sonrisa. Un nudo en la garganta de Adara hizo una aparición. Desde que llegó, nadie queria acercarse, ni mucho menos hablar con ella. Y por el simple hecho de que Dereck diga esa palabra, Adara se puso muy feliz.

Adara había hecho un amigo. Lo que implicaría hacer una mini celebración.

Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora