Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)

Capítulo 19

Adara se encontraba junto a Carla, leyendo un pequeño libro. Carla aceptó que ella pasará tiempo con él, ya que esta se la pasó casi todo el tiempo pidiendoselo. Él mayor miró por el rabillo del ojo a la pequeña criatura que se encontraba leyendo fijamente el libro, el mayor solto un suspiro de cansancio y cerró el libro.

—¿No crees que estas muy cerca?
—dijo él, mirando a la pequeña, quien levanto la mirada y observaba fijamente a Carla.

—Perdón, ¿Te molesto?.—susurró ella, un bostezo salió de su boca.

Carla volvió a soltar un suspiro de cansancio y se hizo a un lado, palmeando su regazo para que la pequeña apoye su cabeza en este. Adara lo miró con el entre-cejo fruncido, y luego volvió a bostezar. La pequeña acostó su cabeza en el regazo de Carla, mientras este seguía con su lectura.

—Carla... —llamó la pequeña, mirando al mayor.

—¿Qué quieres, Kisama?—dijo él, mirando a la pequeña.

—¿Tendre que vivir aquí para siempre?—preguntó la Sakamaki, mirando con aburrimiento a Carla. Él asintió y continuó con su lectura.

—¿Tu y Shin serán mis nuevos hermanos?—preguntó de nuevo, jugando con la bufanda que cubría la mitad del rostro del chico, mientras que este volvía su mirada a Adara con su entre-ceja levemente fruncida. El sujeto asintió lentamente con confusión y continuó su lectura, ignorando totalmente las preguntas de la menor. Adara no pudo evitar sonreír y quedarse dormida en él regazo del Tsukinami.

En la mansión Sakamaki.

Todos estaban alterados, nadie podía dar con el paradero de la pequeña Adara. La menor había desaparecido, y eso tenia frustrados a sus hermanos.

—¿Donde rayos se metió esa pequeña monstruo?—dijo Ayato, teletransportandose de un lugar a otro, al igual que sus hermanos.

Ya habia pasado casi dos meses desde que la pequeña desapareció. Ellos pensaron que se había escondido en su habitación, pero nunca la encontraron. Todos estaban preocupados y no sabían donde estaba la niña.

—Ah~ esa pequeña me tiene preocupado~ —dijo Laito, acostándose en el sillón con su entre-cejo fruncido.

—Todo esto es culpa de Yui, ¿Neh~ Teddy? —dijo Kanato, mirando a su oso con cierro enojo.

Subaru estampó su puño contra la pared, haciéndola pedazos por endécima vez.

—Subaru, deja de destruir las paredes.—dijo Reiji, con sus dedos entrelazados, fulminando con la mirada a Subaru.

—Tsk... —hizo un gesto de enojo y desapareció.

—¿Qué haremos ahora?
Adara-chan no esta~ —dijo Laito, mirando con preocupación el techo.

En ese momento, todos se odiaban. Se sentían estúpidos al preferir a la "estúpida humana" como la llamaba Ayato. Ellos empezaron a odiar a Yui, ya que ella se había ido con otros vampiros, y eso era imperdonable,  por su culpa su pequeña hermana estaba extraviada. Shu había estado por varios días intentando encontrar un rastro que los llevara hacia Adara, pero no encontró nada. Era como si la pequeña hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

Todos estaban sumergidos en sus pensamientos, en esos momentos todos pensaron lo peor. Hasta que en el pasar de los meses, se rindieron y dejaron de buscar. Desde ese momento, todos habían cambiado drásticamente, volvieron a ser los mismo de antes de la llegada de Adara. Ellos estaban dolidos, querían desaparecer por hacer esa estupidez y abandonarla cuando ella dio aviso de la desaparición de Yui.

Sin darse cuenta del tiempo, ya habían pasado mas de cuatro años. Todos los Sakamakis ya ni se hablaban. Era como si cada uno estuvieran en dimensiones diferentes. ¿Cuando fue la ultima vez en la que sonrieron? No lo recordaban. Adara nunca volvió a aparecer en sus vidas. Y eso les dolía demasiado. Cada uno se torturaba en su propia mente.

Todo él brillo de felicidad que solía haber en la mansión, desapareció con el pasar de los años. Reiji empezó a ser mas estricto, y una criatura lleno de odio y rencor. Ayato ya no era muy arrogante, ya que solo pasaba encerrado en su habitación, al igual que Subaru.
Laito empezó a ser despiadado con las chicas que lo acosaban. Kanato, en un ataque de ira había hecho pedazos a su oso de peluche Teddy. Mientras que Shu, Shu se mostraba como una criatura oscura, sin sentimientos, estando al borde de matar a todos sus hermanos en un ataque de ira.

Ya nadie era como solían ser. Todos se habían convertido en unos egocéntricos y malvados monstruos, ya que todos recordaban la adorable sonrisa de su hermana, torturandolos todas las noches. Nadie tenia permitido hablar de ella. Shu lo prohibió. Él no quería tener que recordar lo doloroso que fue su partida.

Ninguno lo quería recordar.

[···]

Una adolescente se encontraba observando el paisaje que le proporcionaba su ubicación, una pequeña brisa movió su blanquecino cabello de un lado a otro. Adara tenia actualmente 14 años recién cumplidos, y ya ni siquiera recordaba a los Sakamakis. Carla había inyectado una droga al centro nervioso de Adara, haciendo que cada vez olvide mas su pasado. Ella solamente sabia que Carla y Shin eran sus hermanos. No sabia quien era su padre, y recuerdos borrosos de 6 chicos solían venir a su mente.

Ella era una persona diferente. Se convirtió en una criatura demasiado poderosa, y sus arranques de ira ocasionaban fuertes huracanes, y nevadas. Su estado de animo cambiaba el clima de vez en cuando, y algunas veces ponía en riesgo el equilibrio de la naturaleza. Tanto era su poder, que un día casi destruye una cuarta parte de Japón, ocacionando un terremoto.

Ella no quería tener ese poder destructivo, hací que había decidido bloquear gran parte de sus poderes sellándolos en la palma de su mano, en forma de la Luna y el Sol juntos, como su símbolo para no poner en riesgo él equilibrio natural. Carla ya no era tan duro con Adara, ya que esta había hecho que el mayor le tuviera un cariño incondicional, al igual que Shin. Los tres eran prácticamente inseparables.

Y ella era feliz con ellos, pero recuerdos vacíos solían colarse en su mente, creando confusión a la nueva Tsukinami.

Creando un extraño dolor vacío.

¡Feliz navidad a todos! 💖