PDV. LOUIS
De camino al apartamento de Harry pensé en cómo llevaría el tema del chico de ojos esmeralda. Las últimas veces que nos habíamos visto terminamos besándonos, y hoy por hoy no sabía en qué punto estábamos.
Harry cada día me gustaba más. Tenía todo lo que buscaba en un chico, por no hablar de su espectacular físico.
Llamé a la puerta, escuchando cómo unos pasos se aproximaban a abrir.
- ¡Hola Louis!- exclamó Gemma, dándome un abrazo.
- Hola- susurré, devolviéndole el abrazo- ¿Está Harry?- pregunté, entrando.
Gemma cerró la puerta, mirándome.
- Está en el sótano.
Le agradecí, bajando. Harry se encontraba tarareando una canción, sacando unas pinturas de un maletín.
- Hola- dije, sobresaltándole.
- Tú y tus sustos- añadió, sonriendo.
- Bonito maletín- añadí, dejando mi sudadera en una silla.
- Regalo de Navidad- dijo encogiéndose de hombros.
- ¿Qué tal ayer?- pregunté, sentándome en el pequeño sofá.
- Muy bien la verdad- dijo imitando mi acción- vinieron mi tío y su mujer. Lo pasamos bien- dijo sonriendo- ¿y tú? Se que no que querías hablar de ello, pero puedes contarme si quieres.
- Bueno. Anoche discutí con mi abuela, como de costumbre. Me fui a mi habitación y listo.
- ¿Qué pasó?- pregunto mirándome serio.
- Empezó a meterse en mi vida. Nada nuevo- suspiré- preguntó delante de todos que de quién era el chándal que traía puesto la noche anterior.
Harry abrió los ojos.
- ¿Y qué le dijiste?
- Mi hermana intervino diciendo que era de un compañero de su clase y amigo mío- dije haciendo comillas- Edward.
Harry empezó a reír, a lo que yo fruncí el ceño, sin comprender.
- Es gracioso porque mi segundo nombre es Edward- sonrió.
- Me estás vacilando- dije sorprendido. Negó con la cabeza, sin borrar la sonrisa de su precioso rostro.
- Así que teoría no mentiste- dijo guiñándome un ojo. Suspiré. Amaba cuando hacía eso.
- Te lo traeré el próximo día. Quise meterlo a lavar para dártelo limpio- susurré.
Harry se mordió el labio, sin despegar su mirada de mí. Me abalancé a sus labios, rompiendo la distancia que quise eliminar desde el minuto uno que bajé.
Harry me devolvió el beso, pero a los segundos se apartó bruscamente de mí, a lo que fruncí el ceño.
- ¿Pasa algo?- pregunté, sin comprender.
- Louis, no quiero que te hagas una idea equivocada. Me gustas- dijo mirándome- mucho, pero creo que estamos yendo demasiado rápido. La ultima relación que tuve fue bastante toxica, y no quiero lanzarme tan rápido.
Mordí mi labio interiormente, aguantando las ganas de llorar que me entraron.
- Comprendo. Si es lo que quieres- susurré, mirando el suelo, ya que era incapaz de mirarle a los ojos.
PDV. HARRY
Me estaba matando verle así, decaído y triste, pero con él no quería ir así de rápido. Quería conocerle más, tomarnos las cosas con calma. Sé que Louis merecía la pena, y precisamente por eso quería hacer las cosas bien, aunque fuese por una vez en mi vida.
- No estoy diciendo que no quiera estar contigo- recalqué, posicionando mi mano en su mentón y obligándole a mirarme- solo quiero hacer las cosas bien.
Los labios de Louis se curvaron en una leve sonrisa, tranquilizándome.
- ¿Qué te parece ir a tomar algo después del dibujo?- preguntó, a lo que sonreí, asintiendo.
***
Después de una hora terminando de pintar a Louis, decidimos dejarlo ahí y salir a tomar algo.
Recogí las cosas y fui a por el abrigo, mientras Louis me esperaba en la entrada preparado.
Fuimos a la cafería de Lina, como de costumbre, y nos pedimos dos cappuccinos bien calientes. Estaba deseando que se fuese este asqueroso frío.
- ¿No salisteis a ningún sitio ayer?- preguntó Louis, sorbiendo de su caza, con la nariz roja.
- Mi tío nos acercó al cementerio.
Louis me miró, dejando la taza en la mesa.
- ¿Y cómo fue?
- Raro. No me gusta ir allí. Es como si ese sitio fuese su hogar y tuviésemos que ir a visitarla.
Mi madre está conmigo siempre. Ese lugar no significa cada.
- Yo creo que nunca he ido a un cementerio. Ni cuando murió mi abuelo. No podía- comentó, frotándose las manos- la pérdida de mi abuelo es lo más duro que he vivido en toda mi vida, y tener que verle por última vez en ese sitio tan vacío me mataba por dentro, así que opté por quedarme en casa y llorar.
- Yo llevo dos años sin ver a los míos- me sinceré, ahora tomando un poco de mi cappuccino.
- ¿Y eso?
- Mis abuelos maternos siempre han vivido a las afueras, y mi madre nos llevaba a verlos en fechas señaladas o algún fin de semana, pero desde que murió no hemos vuelto a verles.
- ¿Y no te gustaría hacerlo?
- Sí, pero sería muy duro- susurré- mi madre se parecía tanto a mi abuela. Dudo que pudiese mirarla a los ojos y no romperme ahí mismo.
- No me imagino lo que debe de ser perder a una madre, pero tienes que empezar a superarlo- dijo poniendo su mano encima de la mía- y el primer paso es ir y hacerles una visita. De seguro que ellos mueren por verte a ti y a tu hermana. Y si verles te hace recordar y llorar, pues llora. Llorar no siempre es malo. A veces es una solución.
Louis en el fondo tenía razón, pero me daba miedo, miedo de que ya no nos quisiesen, de que piensen que les hemos abandonado.
- ¿Y si vamos y no nos reciben bien?- comenté, mordiéndome el labio.
Louis sonrió.
- Son tus abuelos Harry, de seguro que os recibirán bien. Seguro que mueren por veros.
- Se lo comentaré a Gemma.
Louis apretó mi mano en respuesta, para apto seguido apartarla y coger su taza.
- ¿Y no tienes abuelos maternos?- pregunté.- Mi madre es adoptada- dijo- sus padres la trataban fatal y cuanto cumplió la mayoría de edad se fue. Así que no he llegado a conocerlos, y tampoco es algo que quiera hacer.
- Y yo que creía que tendrías una increíble familia- dije añadiendo una pizca de humor, a lo que Louis soltó una pequeña risa.
- Las apariencias engañan.
- Estoy de acuerdo.
Seguimos charlando acerca de nuestras vidas mientras nos terminábamos el cappuccino.
Al terminar decidí acercar a Louis a su casa, ya que ahora que anochecía antes me daba un poco de cosa que fuese solo.
No dijimos nada de vernos mañana, ya que en la cafetería me comentó que mañana su hermana tenía planeado pasar el día con él, y yo seguramente tendría que pasarme por la galería a ver los próximos encargos que tenía que hacer.
Al llegar a su casa nos despedimos, y emprendí camino al apartamento, con una sonrisa en el rostro, como de costumbre cada que vez que le veía.
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El arte de amar
FanfictionLouis, un chico dispuesto a comerse el mundo. Harry, un chico dispuesto a que el mundo le comiese. Dos almas que se verán unidas por una sola cosa: el arte.