CAPITULO 28

40 3 0
                                    

PDV. LOUIS

La noche de ayer fue una completa mierda. Los Fitcher se quedaron a pasar aquí la noche, así que mi hermana durmió conmigo, para que Andy durmiese en su cuarto, cosa a la que mi hermana se opuso, sin obtener resultado alguno.

Eran las ocho de la mañana y no podía dormir. Sólo dar vueltas y comerme la cabeza.

- Me estás poniendo nerviosa- refunfuñó Lottie, dándome la espalda.

- No puedo dormir.

- ¿No me digas?

- Necesito hablar con Harry- susurré, mirando hacia el techo.

- Pues ve a buscarle.

- No está aquí, ya te lo dije.

- Ve a buscarle a donde esté- dijo dándose la vuelta- total, para que no me dejes dormir.

- ¿Pero cómo voy a presentarme en casa de sus abuelos?- pregunté, frunciendo el ceño.

- Eso sí que es una prueba de amor- respondió, tapándose con el edredón.

El plan de mi hermana era de locos, pero una solución a fin de cuentas.

- Voy a ir a verle.

- Muy bien. Ahora cállate.

Rodé los ojos, saliendo de la cama. Cogí el móvil y busqué el número de Gemma, mandándola un mensaje pidiéndole la dirección. Solo espero que respondiese.

Y gracias a dios Gemma me respondió a los diez minutos. Así que me metí en la ducha y me vestí, diciéndole a mi hermana que le dijese a mamá la verdad.

Salí de casa sin hacer ruido, y me metí en el coche, emprendiendo camino.

***

Después de casi dos horas de viaje (ya que me desorienté varias veces) llegué. Era una casa rural, rodeada de campo y montañas. Preciosa.

Aparqué el coche y salí, subiendo los tres escalones, suspirando. Allá vamos.

PDV. HARRY

Me levanté temprano para ayudar a mi abuela con el desayuno. No descansé muy bien y estar en la cama mirando el techo era demasiado aburrido.

- ¿Dónde ha ido el abuelo?- pregunté, sacando la sartén.

- Está sacando la leche de Petra.

- ¿Seguís ordeñando a las vacas?

- ¿Tú sabes lo cara que está la leche?- preguntó, frunciendo el ceño- además, no hay leche más sana que la recién ordeñada.

Reí, sacando unos cuantos huevos.

- ¿Qué desayuna Gemma? Se que los huevos no le gustan.

- Tostadas con mermelada.

- Bien, voy a ver si queda de fresa en el almacén.

Asentí, cascando los huevos. A los segundos alguien llamó a la puerta. Supuse que sería el abuelo, así que fui a abrir.

En cuanto vi a la persona que tenía enfrente me quedé sin aliento, sorprendido.

- ¿Louis?

Éste se abalanzó hacia mí, dándome un beso urgente, haciendo que me balancease. A pesar de ser más pequeño que yo consiguió sacar fuerza, tambaleándome. No me dio tiempo a reaccionar, ya que a los pocos segundos se apartó, respirando agitadamente y pegando su frente a la mía.

- Lo siento- dijo- siento todo lo que pasó el otro día. No te mentí, tuve una cena con mi familia y unos socios que llevaron a su hijo, Andy, y salimos a dar una vuelta porque no estoy acostumbrado a beber y-

El arte de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora