PDV. HARRY
Palmeé el colchón, buscando el cuerpo de Louis, sin encontrar nada. Abrí los ojos, encontrándome solo en la habitación.
- ¿Louis?- dije, frunciendo el ceño.
- ¡Ya voy! ¡No salgas de la cama!- gritó, haciéndome reír.
Me lancé de nuevo al colchón, cerrando los ojos.
La puerta se abrió, a lo que abrí los ojos, encontrándome a Louis solo con sus pantalones del pijama, acompañado de un plato de tortitas con una cerilla clavada en el centro, encendida.
Empezó a cantarme el cumpleaños feliz, sentándose a mi lado.
Sonreí, sin poder creer lo que estaba viendo.
- Venga sopla- dijo, acercándome el plato. Le hice caso, apagando la cerilla.
Louis dejó todo en la mesilla, pasando sus brazos por mi nuca y atrayéndome a sus labios, besándome dulcemente.
- Feliz cumpleaños- susurró, dejando un casto beso en mis labios, abrazándome.
Enterré mi rostro en su cuello, dejando un beso ahí.
- Te quiero- respondí, mirándole. Louis sonrió, sentándose al otro lado de la cama, tapándose hasta la cadera.
- Tengo un regalo para ti- dijo, sonrojado.
- Mmm… ¿el qué?- murmuré, acercándome hacia él.
- Eres bobo. No es nada sexual- dijo apartándome- cuando desayunes te lo doy.
Hice un puchero, cogiendo el plato de las tortitas y compartiéndolas con él.
Terminamos llenos de chocolate, más Louis que yo.
- Eres un cerdo- dijo limpiándose con la servilleta.
- Con lo sexy que estás lleno de chocolate- dije lamiendo su nariz, a lo que Louis frunció el ceño, carcajeando.
- Quita, que tengo que coger tu regalo- dijo saliendo de la cama y sacando una bolsita verde- toma.
Cogí la bolsa, mientras Louis se tiraba en la cama de nuevo, mirándome ansioso.
Dentro había una cajita negra de terciopelo.
- Tenía pensado ser yo el que te pidiese matrimonio- dije sonriendo, a lo que Louis golpeó mi brazo.
- Venga- dijo, mordiéndose el labio interiormente.
Abrí la cajita, encontrándome con una fina cadena, la cual saqué. Colgando de ella se encontraba un avión de papel.
- ¿Un avión de papel?- susurré, cogiéndolo cuidadosamente.
- Hace tiempo me fijé que tenías varios bocetos de aviones de papel, y pensé que te gustaría. Mandé que te fabricasen uno solo para ti.
Vi detalladamente que en una esquina había dos iniciales. L.T.
- Louis… ha debido de costarte mucho dinero- dije, mirándole.
- No tanto.
- Es oro blanco. Eso cuesta una pasta.
- Harry- dijo acercándose a mi- no me importa el dinero si se trata de ti. Lo importante es que te haya gustado. ¿Lo ha hecho?- susurró.
- Es el mejor regalo que he recibido- respondí, besando sus labios. Louis sonrió en el beso, pasando sus manos por mis mejillas.
- Deja que te lo ponga- dijo arrebatándomelo de las manos, pasándolo por mi nuca y abrochándolo.
- ¿Me queda bien?
- Todo te queda bien- dijo encogiéndose de hombros, a lo que sonreí- ¿Por qué te gustan los aviones de papel?
- Cada vez que estaba triste mi madre me los hacía y me los dejaba encima de la cama. Al abrirlos siempre había una frase bonita- dije, recordando aquellos momentos.
- Me alegro de haber acertado con el regalo- dijo, abrazando mi cintura.
PDV. LOUIS
Harry y yo pasamos toda la mañana en su casa. Recibió llamadas de amigos y familiares felicitándole, así que aproveché para preparar la comida. Berenjenas rellenas, ya que a Harry le encantaba ese plato.
- Esta tarde iré a pasarla con mis abuelos- dijo abrazando mi cintura por detrás, dejando un beso en mi nuca.
- Mándales saludos de mi parte- dije, metiendo las berenjenas en el horno.
- ¿Cuánto tiempo tienen que estar?- preguntó, apoyándose en la encimera.
- Media hora.
- Perfecto- dijo, acercándose a mí y besándome salvajemente. Tardé en reaccionar, pero segundos después se lo devolví, envolviendo mis manos en su cintura.
- Me ha encantado tu regalo, pero creo que queda el más importante- dijo frotando su pelvis con la mía.
- Va-Vamos a la habitación- susurré, a lo que Harry me cargó, haciendo que envolviese mis piernas en su cintura, besando su cuello mientras nos guiaba hasta el dormitorio.
Entre besos y risas caímos en la cama, con Harry debajo de mí.
No nos demoramos mucho con la ropa, ya que yo estaba únicamente con la camiseta y los calzoncillos y Harry solo con esta última prenda.
- No te preocupes por el tiempo, pienso ser rápido pero intenso- susurró, arrebatándome los calzoncillos y posicionándose encima de mí.
***
Después de comer descansamos un rato, ya que despues del sexo salvaje acabamos agotados.
Pasadas las dos horas Harry me acercó a casa, no sin antes agradecerme por el día de hoy.
En cuanto entré divisé a mi hermana con Robert en el sofá, besándose.
Fruncí el ceño, intentando borrar esa imagen de mi cabeza y subiendo a mi cuarto, dispuesto a ponerme a estudiar.
Pasadas un par de horas recibí un mensaje de Harry diciéndome que acababa de llegar, a lo que le respondí con un ‘pásalo bien xx’.
Estar con Harry era, definitivamente, lo mejor que podía haberle pasado a mi vida.
Me había dado cuenta de que ya no podía vivir sin él. Sin su sonrisa con su hoyuelo, sin sus ojos color esmeralda, sin su manía de pasarse la mano por el pelo cuando no tenía inspiración.
No podía vivir sin todas y cada una de sus manías y rarezas.
Nunca llegué a imaginar que podía terminar enamorado de un chico como él. El destino lo puso en mi camino, y le agradezco por ello, ya que posiblemente si no fuese por él cada día estaría mas amargado y solo.
Sacudí mi cabeza, dejando todos esos pensamientos y siguiendo con la dichosa economía.
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El arte de amar
FanficLouis, un chico dispuesto a comerse el mundo. Harry, un chico dispuesto a que el mundo le comiese. Dos almas que se verán unidas por una sola cosa: el arte.