PDV. LOUIS
Me tiré toda la mañana llamando a Harry, pero no había respuesta. Incluso fui a su apartamento, pero todo indicaba que se habían ido antes, o que no quería abrirme.
No se qué clase de cosas se le pasaron a Harry por la cabeza, pero necesitaba hablar con él y arreglar este malentendido.
Estuve toda la mañana metido en mi habitación, ni siquiera quise comer. Tuve que ahorrarme las explicaciones ya que mis padres no almorzaron aquí.
En unas horas vendrían los Fitcher, y no tenía ánimos de celebrar nada.
- Louis el traj- mi madre se quedó callada, mirándome- ¿Qué haces tirado en la cama? Tienes que empezar a arreglarte.
- No tengo ganas de nada- susurré, sin mirarla. Se sentó a mi lado, acariciando mi brazo.
- ¿Qué te ocurre?
- Anoche hubo un malentendido con Harry- dije, suspirando- y no me coge el teléfono.
- Bueno, ya se le pasará. Mañana vas a hablar con él y listo.
- Se ha ido a casa de sus abuelos. Me dijo que pasaría el Año Nuevo con ellos.
- Pues cuando vuelva. Venga, ya verás como mañana ves las cosas de otra manera- me animó, obligándome a que me levantase- te he dejado el traje en el baño. Date una ducha y despeja tu mente.
Asentí, levantándome. Mi madre se acercó y me dio un pequeño abrazo, dejando un beso en mi mejilla.
- No quiero verte mal, ¿de acuerdo?- susurró, sonriéndome. Imité su acción, asintiendo.
Me metí en el baño quitándome la ropa, para apto seguido meterme en la ducha, y de paso desahogarme un poco.
PVD. HARRY
Mis tíos decidieron venir temprano, ya que la galería hoy no abría.
Teníamos hora y media de viaje, así que opté por ponerme los cascos y descansar, así no pensaría.
Louis se pasó toda la mañana llamándome, pero la verdad que no quería hablar con él. No hoy. Necesitaba desconectar.
- ¿Se puede saber qué te pasa? No has hablado desde que te has levantado- dijo Gemma, tapándose con una manta.
- Nada. Solo tengo sueño.
- Espero que no recibas a los abuelos así- dijo poniéndose sus cascos y acurrucándose.
Miré por la ventana, encendiendo mi música y cerrando los ojos.
***
Mi tío decidió hacer una parada para almorzar y de paso descansar un poco.
Después de comer mi tío aprovechó para echar gasolina y mi hermana y yo nos metimos en el coche.
- ¿No estás nervioso?- me preguntó, abrochándose el cinturón.
- Un poco. Hace mucho que no les vemos.
- No se qué decirles.
- En su momento todo saldrá- respondí, poniéndome los cascos y mirando por la ventana.
El camino a casa de mis abuelos fue ameno. Mi hermana optó por ayudar a Ingrid a sacar las bolsas, mientras yo me dirigía directamente a la casa.
- ¿Prefieres ir solo?- preguntó mi tío, frenándome. Asentí, subiendo los escalones y llamando al timbre.
Solté todo el aire de mis pulmones, esperando. Oí unas pisadas que se acercaban.
La puerta se abrió, mostrándome el rostro de mi abuela, la cual borró su sonrisa de su cara y abrió los ojos, sorprendida.
- ¿Harold?- dijo, todavía anonadada.
- Hola abuela- sonreí, sin saber qué hacer.
Me atrajo hacia ella, estrechándome entre sus brazos.
- Mi niño- susurró, llorando. Cerré los ojos, acurrucándola entre mis brazos.
- ¿Cómo estáis?
- Muy bien, cielo- dijo separándose.
- Linda, ¿Quién es?- preguntó mi abuelo, mirándome y quedándose parado.
- Hola abuelo.
- ¡Oh dios mío!- exclamó, abalanzándose a mí. Reí, abrazándole.
- ¿Has venido solo?- preguntó mi abuela.
- He venido con el tío, Ingrid y Gemma.
- Mi niña- susurró, saliendo en su búsqueda.
- Qué grande estás- dijo mi abuelo, mirándome de arriba abajo- por fin te cortaste esos pelos.
Reí, negando con la cabeza.
- Espero que tengáis uvas suficientes para esta noche.
- Eso siempre- respondió, sonriendo.
PDV. LOUIS
Quise hablar con mi hermana acerca de Robert, pero opté por hacerlo mañana, ya que hoy no tenía ganas de nada.
El timbre sonó, indicándonos que los Fitcher ya estaban aquí.
Mis padres abrieron la puerta, saludándolos. Mi hermana y yo estábamos en el salón, esperando.
- Buenas noches chicos- dijo Marcus, saludándonos. Le devolvimos el saludo, sonriendo.
Mi hermana se fue con mi madre y la señora Fitcher, y yo me quedé en mi lugar, divisando a Andy, el cual llevaba un traje rojo oscuro y una corbata negra. Y cómo no, sonriendo de oreja a oreja.
- Vaya Louis, estás muy guapo- me alagó, a lo que abrí los ojos, sin esperarme un piropo por su parte.
- Gracias- susurré- igualmente. Te sienta bien el rojo.
- ¿Tú crees? Mi madre me ha obligado a ponérmelo. La verdad es que soy muy clásico para estas cosas. No me gusta vestir con estampados ni colores llamativos.
A Harry le encantaban los estampados. Y en otras personas me hubiese reído en su cara, pero a él le sentaban tan bien esas prendas.
- Te queda bien- respondí, mostrándole una leve sonrisa.
- Bueno, la cena está lista. Espero que os guste el marisco- dijo mi padre, guiándoles a la mesa.
- Tu duda me ofende- respondió Marcus, sonriendo.
Nos sentamos en la mesa y nos servimos la cena. Nuestros padres hablaban de temas variados y Andy y yo tan solo comíamos.
- Tu hermana es muy habladora- susurró Andy, bebiendo de su copa.
- Es una pesadilla cuando se lo propone- dije, a lo que Andy sonrió.
- Es agradable.
No dije nada más. La verdad que no tenía ganas de fingir estar a gusto. No tenía ganas de este paripé.
Esta Noche Vieja sería la peor de mi vida, definitivamente.
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El arte de amar
FanficLouis, un chico dispuesto a comerse el mundo. Harry, un chico dispuesto a que el mundo le comiese. Dos almas que se verán unidas por una sola cosa: el arte.